12 junio, 2008

Un magnate brasileño apuesta en grande al crudo

Por Antonio Regalado

RIO DE JANEIRO—Crece la emoción por el petróleo en Brasil, donde recientemente hallaron un tesoro submarino de la preciada materia prima. En ese país, nadie le está apostando más fuerte al crudo que Eike Batista.

Tras fundar una petrolera a mediados del año pasado, Batista, un flamante ex campeón de carreras de lanchas de alta velocidad, participó y superó de lejos a otros postores en una subasta por derechos de perforación. Su oferta de US$1.120 millones le otorgó derechos para perforar 21 bloques submarinos.

Hoy, Batista, quien hizo su fortuna en la minería de oro y hierro, le está ofreciendo la oportunidad al público a que lo acompañe en su gran apuesta por el petróleo. Sin siquiera haber empezado a perforar, está a punto de sacar su empresa a bolsa.

La oferta pública inicial de OGX Petróleo e Gas Participacões SA está fijada en más de US$3.500 millones, dos veces más que la publicitada OPI de Google Inc. en 2004. Esta venta es una señal de la forma en que los elevados precios del crudo están dirigiendo efectivo al sector petrolero, incluso a empresas principiantes. Se espera que la acción empiece a negociarse en Bovespa el viernes.

El éxito de Batista en las inversiones ha provocado el interés de muchos gestores de fondos. "Ha creado enormes expectativas, pero es extremadamente arriesgado", acota Jean Paul Prates, un abogado y consultor que ayudó a redactar las leyes petroleras de Brasil. "Han cargado una bazuca y tendrán que dispararle a algo".

La región de alta mar de Brasil es uno de los pocos lugares con el potencial de sostener nuevas y grandes reservas de crudo. La euforia está concentrada en las aguas profundas donde la petrolera estatal Petrobras ha hallado indicios de inmensas reservas. Los potenciales depósitos están a 2.000 metros bajo el mar y una capa de sal de otros 2.000 metros de groso, formada hace eones de años cuando los continentes de África y Sudamérica se dividieron.

La producción petrolera de Brasil en otros campos ya ha crecido 60% en esta década a unos sustanciales dos millones de barriles diarios. Si los nuevos descubrimientos resultan rentables, en unos 10 años Brasil podría convertirse en un exportador significativo.

Batista, de 50 años, es el tercer hombre más rico de Brasil según la revista Forbes, y dice que su meta es convertirse en el hombre más rico del mundo en cinco años. En función del precio de la oferta fijado ayer por los banqueros, OGX está valorada en US$22.000 millones. La participación de 60% que tiene Batista podría agregarle hasta US$13.000 millones a su fortuna. El empresario, quien tiene un Mercedes-Benz SLR McLaren de US$500.000 estacionado en su sala, es mejor conocido en Brasil por su matrimonio con una hermosa actriz y reina del Carnaval, de quien luego se divorció en medio de chismes de la prensa de la farándula.

Meteórico ascenso

El proyecto petrolero de Batista se parece mucho a sus aventuras anteriores, en las que reunió activos valiosos en sectores dominados por grandes empresas. Este año, vendió a Anglo American PLC una operación de mineral de hierro que edificó durante tres años por US$5.500 millones.

El meteórico ascenso de Batista, cuyo padre en su día llegó a dirigir el gigante minero brasileño Companhia Vale do Rio Doce, lo ha convertido en un héroe entre la clase empresarial de su país. "Para mí, Eike es el hombre más inteligente del mundo, es un genio", dice Pedro de Andrade Faria, un socio del fondo de cobertura Tarpon Investments, en São Paulo. "Es un emprendedor en serie que se mueve a una escala masiva".

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Sin embargo, no siempre ha acertado. Entre sus fracasos destacan una empresa de envíos express, una marca de cosméticos y un vehículo tipo Jeep. "Para bien o para mal, es muy apasionado", dice Julio Carvalho, un ex socio de Batista. "No le importa nada, toma decisiones totalmente con el corazón y la nariz".

Batista empezó a interesarse por el petróleo cuando se enteró de que Petrobras encontraba crudo en más del 30% de los campos en alta mar que perforaba. "La proporción de éxito en la minería de oro es de 17.000 contra uno", dice.

Así, en julio fundó OGX y contrató a más de 10 ejecutivos de Petrobras, incluyendo uno de sus principales ejecutivos de exploración.

En 2006 y 2007, Petrobras descubrió petróleo en un bloque submarino llamado Tupi, cuyas reservas se estiman entre 5.000 millones y 8.000 millones de barriles. El riesgo de explorarlo es casi nulo, según Haroldo Lima, jefe de la Agencia Nacional de Petróleo de Brasil.

El gobierno había planeado una subasta de concesiones de exploración pero con las altas perspectivas retiró de la licitación 41 bloques cerca de Tupi. La decisión truncó los planes de varias grandes petroleras que habían pensado participar. De todos modos, Batista mantuvo sus ofertas.

Es poco probable que los bloques menos profundos, explorados ya por más de dos décadas, contengan reservas significativas sin descubrir, señala Victor Dauzacker, un ex jefe de exploración de Petrobras. Sin embargo, agrega, OGX tiene "un equipo de exploración muy bueno". "No dudo que si esos bloques contienen petróleo, lo encontrarán".

OGX calcula que sus bloques arrendados contienen 4.000 millones de barriles de crudo y espera estar produciéndolo en un lapso de cuatro años. La demanda por la oferta de OGX es 10 veces mayor al número de acciones disponibles, según Felipe Taylor, un analista de Ciano Investments, en Rio. "Es una situación de alto riesgo y alto retorno", señala. "El panorama es muy bueno si triunfan".

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