25 julio, 2008

Las regulaciones del gobierno lastiman a los mismos que ayuda

Por Tibor Machan
Bajo el Sol

La interferencia del gobierno en nuestras vidas es la mayoría de las veces defendida en la forma de que los más débiles, vulnerables e impreparados de nuestra sociedad no se espera que puedan con los más fuertes e inteligentes. Claro está, que este pensamiento es solo ayuda para instigar la guerra entre clases.

Alega, que algunos deben ser socorridos en sus vidas, aún si ellos no lo saben o no lo han pedido. La idea más receinte que han ofrecido es que todo este entrometimiento del gobiern es un aislado paternalismo libertario o un empuje. Esto significa que el claro control disciplinario del gobierno es indeseable. si solo los burócratas nos empujaran gentilmente para todos lados, dándonos incentivos para hacer lo que es correcto, eso definitivamente es defendible en contra de las objeciones que invocan la amenza de la opresión del gobierno.

Ahora que esto es un razonamiento bastante malo ya que, como recientemente argumenté, uno no tiene la certeza de que la gente que está haciendo este estímulo nos está dando un empujón de la manera correcta y no están aprovechándose de su posición como "estimuladores oficiales".

Para abreviar, ¿quién va a estimular a los que nos empujan?, ¿quién hará la labor del paternalista para quienes son paternalistas, recordemos, no solo inmunes a las flaquezas en contra de las cuales se supone que nos cuidan, dado al aumento de su poder sobre la gente?, ¿están más tentados a comportarse mal?
Pero existen otros problemas con la idea de que las regulaciones del gobierno hacen algún bien. John Stossel demostró algo de esto en su excelente especial de televisión de ABC: "¿Estamos asustándonos de más nosotros mismos?" Las regulaciones del gobierno acortan las vidas de la gente debido a su enorme costo, por lo cual los pobres sufren, especialmente desde que al menos pueden pagar por ello por la vía de los impuestos (ingresos, propiedad, ventas y las más escondidas).

Es más, a consecuencia de las regulaciones del gobierno existe, claro está, la enorme burocracia y papeleo a la que se enfrenta la gente en sus vidas como resultado de las muchas medidas de seguridad que exigen a todos en el mercado demasiadas agencias federales, estatales, y municipales. Protección al consumidor es como le llaman, pero es todo menos eso.

Quizás todo esto es un poco más fácil de lo que muchos otros pueden entender debido que en mis primeros años viví en una sociedad burocratizada concebida por las mentes humanas, en un país comunista.

Cualquier cosa que mi familia trató de hacer necesitaba ser mejorado, para poder ser aprobado, autorizado, vigilado, permitido y así, por un nivel de o rama del gobierno.

Y una cosa si es segura: No todos están igualmente preparados para soportar esto, mucho menos resistir estos obstáculos para vivir una vida propia.

Aún aparte del gobierno -pero con fecuencia por su culpa- una persona ordinaria necesita enfrentarse a innumerables impedimentos burocráticos. Yo siempre he estado un poco mejor preparado para esto que las demás personas debido a ese asqueroso entrenamiento que obtuve cundo viví bajo el régimen comunista en Budapest.

¿Podemos esperar que todos estemos lo suficientemente capacitados para enfrentar estas dificultades? Probablemente millones de personas están mejor equipadas que otras para hacerlo, más o menos con frecuencia, por mucho de la burocracia a la que tienen que confrontar, viniendo a ellos bajo la bandera de: "Somos el gobierno y estamos aquí para ayudarte".

Estos son, desde luego, los propios ciudadanos en cuyo nombre el gobierno nos vende en sus medidas regulatorias. Los poderosos, ricos, los muy conocedores, en contraste, están mucho mejor equipados para lidiar con todo esto. Contratan abogados, expertos en recursos humanos y a varios equipos de especialistas quienes les ayudan a enfrentarse con los reguladores, inspectores, planificadores gubernamentales y el resto.

Es irónico que es Ralph Nader quien es llamado un asesor para el consumidor cuando su propia asesoría de toda esta intrusión gubernamental ayuda a lograr que millones de consumidores ordinarios paguen mediante la intuición y titubeo de otras formas mientras tratan de enfrentarse con los tantísimos niveles del gobierno por los que nos están empujando, naturalmente, todo por nuestro propio bien.

Tibor Machan preside R. C. Hoiles en Ética Empresarial y Libre Empresa de la Universidad Champan y es investigador asociado de la Institución Hoover y del Instituto de Investigaciones del Pacífico de la Bahía de San Francisco.

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