Mugabe y la Biblia guían el Banco Central de Zimbabue
Por Andrew Higgins
The Wall Street Journal
Guardián de una moneda en caída libre en un país asolado por la hiperinflación, Gideon Gono, el gobernador del banco central de Zimbabue, se mofa de los "principios económicos tradicionales" y busca orientación en otras partes.
Dice que lee la Biblia. Eso, asegura el centinela de la política monetaria de Zimbabue, le ha enseñado la importancia de obedecer a Robert Mugabe, el líder de 84 años del país y el arquitecto de políticas a las que muchos han achacado el declive de una economía africana que en su día prosperaba.
"Quienquiera que diga que el gobernador del banco debería ir en contra del jefe de estado está violando los principios que Jesucristo exigía a sus discípulos", dice Gono, un cristiano devoto y ex banquero comercial. "Un elemento esencial que Cristo buscaba en sus discípulos era la lealtad".
El banco central de Zimbabue, al igual que su sistema judicial, sus medios de comunicación y otras instituciones, han perdido toda apariencia de autonomía y no actúan como un contrapeso sobre el ruinoso camino trazado por Mugabe y su corrupto partido, ZANU-PF.
Gono tiene que obedecer a su patrón, dice Tapiwa Mashakada, un destacado economista del partido de la oposición, Movimiento por el Cambio Democrático. "Ya no hay línea divisoria", dice, entre los intereses de la nación y los del partido en el poder.
De todos los banqueros centrales del mundo, el de Zimbabue tiene el salario más abultado, o al menos el más largo. Gono no revela cuánto gana como jefe del Banco de Reserva de Zimbabue, pero sí admite tener "más ceros" en su cheque que cualquiera de sus colegas. Gana billones (millones de millones) de dólares de Zimbabue. Al cambio actual, se necesitan más de 16.000 millones de la divisa local para comprar un sólo dólar estadounidense. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke gana US$191.300.
Si el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decide imponer sanciones contra Zimbabue, a Gono, de 48 años, se le aplicarían restricciones de viaje y se le congelarían sus activos. De momento, ya está en una lista del Departamento del Tesoro estadounidense que bloquea los activos de ciudadanos de Zimbabue acusados de "vulnerar procesos o instituciones democráticas".
Lamentando en una entrevista telefónica que tiene "el trabajo más difícil" del banco central, Gono dice que quisiera controlar la inflación, pero tiene las manos atadas. Los críticos que le acusan de imprimir demasiado papel moneda, dice, no comprenden que "los principios económicos tradicionales no se pueden aplicar por completo a este país".
La política, dice, "es más dominante en lo que se refiere a las dificultades económicas" de Zimbabue.
A pesar de su cercanía a Mugabe (fue su banquero personal hasta 2003), Gono solía ser un profesional respetado, a quien se le atribuía la recuperación del Banco Comercial de Zimbabue de una institución en quiebra al tercer banco comercial del país.
Después de su nombramiento al banco central en 2003, Gono fue aplaudido por tratar de controlar la inflación subiendo los tipos de interés y modernizando un sistema de divisas abusado por el ZANU-PF. Por un tiempo, Gono hasta criticó la reforma agraria de Mugabe, que destruyó la agricultura comercial del país y con ella la base de su economía. La inflación, que era de 600% cuando se estrenó en el cargo, descendió a menos de 150%.
Respiro efímero
Sin embargo, el respiro duró poco. La principal fuente de divisas del país (las exportaciones agrícolas) siguió cayendo. Los ingresos del gobierno se evaporaron y la presión para imprimir moneda para pagar salarios se volvió incontenible.
En 2005, con la inflación de nuevo en ascenso, Gono propuso que el país construyera más cárceles para combatir la corrupción, pero sus críticas se vieron opacadas por acusaciones de que él también se estaba aprovechando indebidamente del sistema.
La inflación es ahora tan alta que ya no se publican cifras oficiales.
Alcanzó 100.580% en enero y desde entonces se ha disparado a niveles estratosféricos. En junio, los precios eran 8.000.000% más altos que en junio del año pasado , dice John Robertson, un economista en la capital, Harare.
Robertson dice que Gono a veces parece convencido de la necesidad de aplicar políticas sólidas que respondan a la situación del mercado, pero que luego hace todo lo contrario, al parecer presionado por Mugabe.
Cada tantos meses, Gono presenta un resumen de las políticas del banco central. Siempre termina su alocución con el siguiente mensaje: "Dejo en manos de Dios este comunicado de Política Monetaria".
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