19 julio, 2008

Perú dice que CAN no es viable

Belaúnde dijo que no quieren ser rehenes de quienes no quieresn el acuerdo (Fotomontaje: Gustavo Poletto).


El Gobierno Peruano consideró que el proyecto de un mercado común para el que fue concebida la Comunidad Andina (CAN) no es viable, por lo que el bloque más antiguo de la región deberá plantearse algunas redefiniciones, dijo ayer el canciller peruano, José Antonio García Belaunde.

La CAN, fundada en 1969 e integrada por Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú, ha experimentado serias diferencias comerciales entre sus miembros en los últimos dos años, lo que ha echado sombras sobre su vigencia como mecanismo de integración regional.

El bloque andino negocia actualmente un acuerdo de cooperación y comercio con la Unión Europea (UE), que se ha visto trabado por los constantes desacuerdos entre sus integrantes.

"Sería remar contra la corriente insistir en lo contrario, insistir en que no ha pasado nada y que podemos seguir avanzando hacia el mercado común, eso sería remar contra la corriente", dijo el canciller.

García Belaunde explicó que si bien la CAN ya actúa como una zona de libre comercio de bienes, "no va ir más allá" en profundizar sus aspectos económicos y comerciales.

"Creo que la CAN tiene que asumir una agenda que privilegie la integración física, que privilegie temas de integración fronteriza y desarrollo social pero que asuma que no están las condiciones dadas para formar el mercado común para el cual fue prevista", agregó.

A fines de junio, la UE suspendió una ronda de conversaciones con la CAN argumentando falta de consenso entre sus miembros en temas de comercio, desarrollo sostenible y propiedad intelectual.

Negociaciones. Ecuador y Bolivia, que siempre han pedido respetar las asimetrías de las naciones andinas, no han logrado acuerdos en las negociaciones, debido a que sus posiciones resaltan las políticas nacionalistas de sus respectivos Gobiernos.

Colombia y Perú, por su parte, han avanzado con mayor rapidez en las discusiones tras negociar acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, hecho que no agrada a sus socios andinos.

"No queremos excluir a nadie, lo que no queremos es ser rehenes de quienes no quieren el acuerdo (...) No estamos en contra de nadie, estamos a favor de tener un acuerdo", afirmó el ministro.

Por otra parte, el canciller sostuvo que quedó superado un reciente incidente diplomático con Bolivia, país con el que espera retomar el curso normal de la relación bilateral. "No hay ningún tema de conflicto, hay percepciones distintas, proyectos de desarrollo diferentes pero no contenciosos bilaterales", expresó.

Las relaciones entre ambos países llegaron a un punto crítico a fines de junio, cuando el embajador peruano en La Paz fue llamado a consulta tras una serie de declaraciones del presidente boliviano, Evo Morales, que fueron consideradas como una injerencia en asuntos internos del Perú.

Gobierno cierra el conflicto con el agro

Más adelante, el Gobierno podría enviar al Congreso un nuevo proyecto sobre las exportaciones agrícolas. (Reuters)


El Gobierno argentino dio un paso atrás el viernes al anular una polémica subida en los impuestos a las exportaciones agrícolas, una decisión que busca sacar al país de una profunda crisis política y que fue aplaudida por el sector rural, la oposición y los mercados.

La decisión llegó un día después de que fracasara el plan de la presidenta, Cristina Fernández, que buscaba que el Congreso ratificara la polémica medida que había despertado la furia de los productores agropecuarios de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos.

"Corresponde tomar las medidas que posibiliten destrabar la situación," dijo en una rueda de prensa el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al leer el decreto que anula los criticados impuestos móviles y repone para la soja, la principal exportación del país, la tasa fija del 35% que regía antes del inicio del conflicto, tal como reclamaban las entidades rurales.

El funcionario dijo luego que "tal vez más adelante" el Gobierno envíe al Congreso un nuevo proyecto sobre las exportaciones agrícolas.

El impuesto buscaba redistribuir la renta extra del sector agropecuario hacia los sectores más desprotegidos y contener los precios internos de los alimentos, según el Gobierno, pero los analistas creen que necesitaba esos fondos para pagar deuda pública y financiar un creciente gasto.

La reacción inicial del sector rural fue de algarabía, tras más de cuatro meses de resistir el alza impositiva con huelgas y bloqueos de rutas que tensaron al máximo la relación con el Gobierno y derrumbaron la imagen de la mandataria, que hasta ahora siempre había elegido confrontar con el sector.

"Celebramos y es un dato importante para nuestros productores después de cuatro meses de lucha y un proceso histórico que vimos en el Congreso de la Nación," dijo Eduardo Buzzi, líder de la Federación Agraria. El dirigente, sin embargo, señaló que aún son necesarios otros cambios en la política oficial hacia el sector, especialmente respecto de los productores de baja escala.

Los mercados también aplaudieron. Inmediatamente después del anuncio, la bolsa recortó pérdidas mientras que los bonos saltaron, al tiempo que en Chicago los precios de la soja tocaron sus mínimos de la rueda ante la expectativa de que la decisión multiplique la oferta de mercadería argentina.

A lo largo de cuatro meses, la presidenta defendió con manifestaciones y agresivos discursos el proyecto, pero chocó contra el rechazo sectorial y legislativo en su primera gran frustración en siete meses en el poder. La oposición vivió el cambio de actitud como un gran paso adelante y dio por cerrado el problema.

"Su reacción (de la presidenta), y yo esperaba esto porque siempre tuve un resto de confianza en una parte de Cristina, es sumamente positiva (...) Doy por superado el conflicto, me alegro profundamente," dijo a la televisión Elisa Carrió, una de las líderes de la oposición.

Revisión. Durante la mañana, un ministro ya había dado pistas de este cambio de estrategia al admitir que, si bien el Gobierno mantenía la convicción de defender los intereses de los más desprotegidos, estaban dispuestos a revisar políticas. "La política es política, todos los días se practica y es tan dinámica que obliga forzosamente a que se revise todos los días," dijo el ministro de Justicia, Aníbal Fernández.

Durante los cuatro años de gestión del ex presidente Néstor Kirchner -esposo de Fernández y con gran influencia en su Gobierno- la oposición fue casi inexistente y la llamada "pareja presidencial" logró imponer sus políticas económicas y sociales sin resistencia.

Todo indicaba que con Fernández en el poder nada cambiaría. Pero este nuevo escenario de un Congreso limitando sus acciones es desconocido para Kirchner y Fernández. Y mucho más extraño es el hecho de que su vicepresidente, Julio Cobos, fuera quien aportó el voto decisivo en el Senado en contra del Gobierno.

Agustín Rossi, un diputado oficialista que es uno de los más celosos defensores de la política de Fernández, también se mostró abierto a pensar en cambio en el modo de gestionar. "Creo que con todo esto tenemos que pensar en los tres años y medio de Gobierno que nos quedan y salir fuertemente a iniciar una nueva etapa," dijo Rossi a una radio.

Cuatro eternos meses. La realidad política comenzó a cambiar cuando en marzo la mandataria decidió sin consultar con el sector rural elevar los impuestos que pagan las exportaciones de soja y sus derivados, el principal complejo exportador del país.

El sector rural lanzó una serie de huelgas y protestas que forzaron al Gobierno a negociar cambios en la norma, pero las discusiones no avanzaron y Fernández decidió politizar el conflicto acusando al sector de querer destituirla.

Ambas partes se radicalizaron y en junio Fernández decidió -aún cuando no era legalmente necesario- enviar la medida al Congreso para una mayor legitimación, confiada en la mayoría de legisladores oficialistas en ambas cámaras. Pero la presión de los productores sobre los legisladores en provincias agrícolas rindió sus frutos y la norma no fue ratificada, forzando al Gobierno a dar marcha atrás.

Moneda local. El peso argentino cerró estable el viernes, luego de recortar una pérdida ante el dólar como consecuencia del anuncio gubernamental de anular un controvertido impuesto a las exportaciones de granos.

La medida posibilitará a los productores rurales vender granos con una menor carga tributaria, una medida solicitada por el agro en los últimos cuatro meses mediante huelgas, cortes de carreteras y otras manifestaciones.

La decisión oficial obligó al Banco Central a intervenir inmediatamente mediante la compra de dólares, dado que se prevé una avalancha de liquidaciones de exportaciones cerealeras. La moneda local quedó sin cambios en la plaza mayorista interbancaria a 3,0225/3,025 por dólar, cuando antes había marcado nominalmente un mínimo de 3,03 unidades para la venta. Mientras tanto, en la franja informal el peso también cerró estable a 3,0775/3,08 unidades, contra los 3,09 como el valor más bajo del día.

Precio del crudo cae un 13%

El petróleo cayó el viernes por debajo de los US$ 129 el barril, luego de extender una baja que lo había alejado cerca de un 13% del récord de la semana pasada por el alivio de las tensiones entre Irán y Occidente y las crecientes preocupaciones acerca de la demanda.

Las pérdidas del petróleo de esta semaan son las más grandes en términos de dólares desde que los futuros comenzaron a negociarse en Nueva York en 1983 y las más grandes en términos porcentuales desde diciembre del 2004.

El crudo estadounidense cerró con una baja de US$ 0,41, a US$ 128,88 el barril en la cuarta jornada consecutiva de pérdidas, mientras que el crudo Brent de Londres cayó US$ 0,88 para concluir a US$ 130,19 el barril.

Las preocupaciones crecientes acerca de la salud de la economía estadounidense debido a la crisis inmobiliaria y los costos crecientes del combustible han presionado esta semana a los precios, provocando una caída del crudo desde el máximo histórico del viernes pasado de más de US$ 147 el barril.

La demanda de petróleo del mayor consumidor mundial ha caído este verano boreal en comparación con la de ese período del año pasado debido a que los estadounidenses están reduciendo sus planes de viajes en vacaciones.

El alivio de las tensiones entre Occidente e Irán, miembro de la Opep, que habían ayudado a apuntalar este mes a los precios, ejerció más presión bajista.

Estados Unidos planea mandar un enviado a Ginebra para que se una el sábado a las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear por primera vez, para subrayar su compromiso con una solución diplomática al impasse con Teherán.

El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, dijo el viernes que prácticamente no veía posibilidades de que Israel o Estados Unidos atacaran a su país por el programa nuclear, que ha apuntalado a los precios al suscitar preocupaciones de una potencial interrupción de suministros de petróleo de la nación de la Opep.

"Pienso que aún estamos atrapados en la tendencia bajista que comenzó esta semana, realmente nada la ha revertido," dijo Tom Bentz de BNP Paribas Commodity Futures Inc, destacando que los operadores estaban atentos a un sistema climático en el Caribe.

"No hay un panorama claro de si se va a desarrollar o no," agregó.

Los precios del petróleo habían subido más temprano por las amenazas de que un sistema climático que se está desarrollando en el Caribe pueda azotar el Golfo de México, que contiene una alta concentración de instalaciones de petróleo y gas natural, en alrededor de cinco días, de acuerdo a modelos climáticos.

El sistema de baja presión, que actualmente se encuentra en el noroeste de Aruba, estaba mostrando un alto potencial de convertirse en una depresión tropical.

Una huelga nacional de cinco días de trabajadores de petróleo que tuvo un efecto limitado en la producción de la compañía estatal de energía brasileña Petrobras finalizará en la medianoche del viernes, pero hay más paros en el horizonte. Los trabajadores se reunirán el 25 de julio para discutir su próxima medida.

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