07 agosto, 2008

Estados Unidos no ve el final del túnel de la crisis

LA IDEA de una importante quiebra bancaria ya no es un tema tabú, como lo prueba la caída del californiano IndyMac.
GABRIEL BOUYS / AFP/Getty Images
LA IDEA de una importante quiebra bancaria ya no es un tema tabú, como lo prueba la caída del californiano IndyMac.

Un año después del comienzo de la crisis, Estados Unidos, donde se iniciaron los problemas, continúa sin ver el final del túnel, pese a las masivas intervenciones de las autoridades.

Lo que al principio parecía sólo una crisis manejable de los créditos a riesgo (subprime), nacida de los excesos de la burbuja inmobiliaria, lentamente contaminó todo el sistema financiero y la economía, en un efecto dominó que parece no tener fin.

La comparación con la Gran Depresión es evocada a menudo, y aunque hasta ahora la economía ha logrado escapar a la recesión y los mercados a la implosión, cada comienzo de recuperación se frustra.

Los problemas del mercado bursátil ilustran el fenómeno: el Dow Jones perdió 13 por ciento desde agosto del 2007, con bruscas aceleraciones que se desinflan como globos. "Desde el verano pasado, se reprodujo el mismo esquema al menos seis veces: malas noticias económicas y financieras llevan a una caída de la Bolsa, luego una sorpresiva acción de la Reserva Federal o del gobierno aparecen para salvar a los mercados'', subrayó el economista independiente Nouriel Roubini.

"En cada ocasión esto impulsa los mercados durante un corto período, pero la fuerza del tsunami de malas noticias los hace recaer'', agregó.

Roubini es conocido por su pesimismo, pero fue uno de los primeros en anticipar la extensión de la crisis. Su opinión es cada vez más compartida tras el incremento de las tensiones registradas por el mercado a principios de julio.

"Es claro que los mercados financieros y la economía entraron en una nueva zona de riesgo, con un peligro mayor de un importante evento negativo y de un aterrizaje brutal de la economía'', afirmó Brian Bethune, del gabinete Global Insight.

En cuanto a los bancos, la idea de una importante quiebra ya no es un tema tabú, como lo prueba la caída del californiano IndyMac.

La desconfianza se palpa en la creciente reticencia de los bancos a prestarse dinero entre ellos, factor que limita la disponibilidad de crédito.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó inquietud por un posible "círculo vicioso entre el sistema financiero y la economía'', subrayando que el riesgo se había desplazado más allá de los créditos subprime, principalmente hacia los préstamos hipotecarios clásicos.

Ello no hace más que agravar las dificultades del sector inmobiliario, al multiplicar los embargos (en alza de 121 por ciento sobre un año en el segundo trimestre) y haciendo bajar los precios (-15.8 por ciento sobre un año en mayo en las 20 mayores concentraciones urbanas).

Las autoridades financieras tratan de cerrar la brecha a base de intervenciones masivas, pero las soluciones a menudo no están a la altura de la amplitud de la crisis.

Washington lanzó un vasto plan de reactivación por $168,000 millones con el objetivo de impulsar el consumo que se reveló decepcionante, puesto que la mayor parte del rembolso de impuestos fue consumido por la disparada de los precios de la gasolina.

El banco central estadounidense decidió importantes reducciones en las tasas de interés (3.25 puntos desde septiembre) y acordó dar facilidades de financiamiento nunca vistas a los bancos. Si bien ello permitió mantener el sistema a flote, las condiciones del crédito continúan tensas: a fines de julio, las tasas de crédito hipotecario fijas a 30 años volvieron a sus niveles más altos en un año.

Constatando que uno de los problemas provenía de la extrema desactualización del sistema de reglamentación financiera, que data en lo esencial de los años 30, las autoridades multiplicaron los llamados a su reforma, pero sin duda llevará años para que la reflexión dé sus frutos.

En consecuencia, los economistas no ven una mejoría a corto plazo.

"Decir que las cosas irán bien en el 2009 es prematuro. No se puede esperar una mejoría antes del 2010'', dijo John Makin, del American Enterprise Institute.

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