La caída de las materias primas alivia las preocupaciones sobre la inflación mundial
Por Patrick Barta y John Lyons
La pronunciada caída en los precios de las materias primas alimenta la esperanza de que la inflación esté llegando a su punto máximo en las economías emergentes, ofreciendo algo de alivio a la frágil economía global.
Los altos precios del petróleo, los alimentos y otros productos esenciales siguen siendo un gran reto, especialmente para países pobres como Haití, Egipto e India, donde la carestía desató violentas protestas callejeras, huelgas de transporte y otros conflictos.
Recientemente, sin embargo, muchos de esos precios han caído significativamente. El petróleo descendió US$1,24 el viernes para cerrar en US$113,77 el barril, un 22% por debajo de su récord de hace unos meses. El arroz, un alimento básico en el mundo en desarrollo, se ha precipitado cerca del 40% desde mayo, mientras que el aceite de palma, una fuente de aceite de cocina, ha bajado una cifra similar desde su máximo de marzo. El trigo, el cobre y una serie de otras materias prima también han experimentado caídas considerables.
En momentos en que el crecimiento se enfría en todo el mundo, incluyendo China, y cae la demanda por materias primas, muchos analistas creen que es improbable que los precios de los commodities retomen las alturas de hace unos meses. Se trata de un cambio importante para los países en desarrollo, cuyas economías dependen mucho más de las materias primas que Estados Unidos y Europa y donde la inflación está muy influenciada por la evolución de los precios de los commodities.
América Latina vulnerable
Algunos países latinoamericanos, por ejemplo, son vulnerables a una caída en los precios de las materias primas.
Los observadores están especialmente preocupados por Argentina y Venezuela. La deuda argentina asciende a un 55% del Producto Interno Bruto y la presidenta del país está usando los ingresos extraordinarios de la soya y otras exportaciones para financiar un alza del gasto.
A diferencia de anteriores auges de los commodities, esta vez muchos productores han utilizado bien los ingresos, según economistas, apartando gran parte de las ganancias para uso futuro. Y en muchos casos, dicen los analistas, los precios de los commodities parecen estar evolucionando a niveles que mantienen las altas ganancias para los productores al tiempo que reducen las presiones inflacionarias.
En Brasil, donde el banco central se ha embarcado en una campaña de alza de tasas para combatir la inflación, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y otros funcionarios han declarado que "lo peor ya quedó atrás" en cuanto al combate de la inflación.
Los economistas, en todo caso, advierten que los volátiles precios de los commodities podrían fácilmente volver a trepar, sobre todo si surgen nuevos conflictos geopolíticos o desastres naturales. Incluso si los precios no repuntan, siguen más altos que hace un año o dos, lo que se traduce en dificultades para muchos consumidores pobres. El arroz, por ejemplo, es todavía dos veces más caro que en 2007.
Ahora, se está formando un consenso de que el aumento de la inflación "se ha evaporado, se ha acabado", al menos en Asia, dice Tim Condon, economista de ING, en Singapur.
Si la tendencia se mantiene, significa menos presión para que los bancos centrales suban las tasas de interés, algo que desaceleraría aún más el crecimiento económico.
Asimismo, la caída en los precios de las materias primas disminuye las facturas de importación para los países en desarrollo y los subsidios para proteger a los consumidores de los precios altos de los alimentos y el combustible. La baja del petróleo y los metales también apuntala las ganancias de las empresas.
La reciente caída en los precios de los commodities es "totalmente positiva para el mundo", especialmente para "los países en desarrollo", dice Nancy Birdsall, presidenta del Center for Global Development, un centro de estudios de Washington, D.C.
![[commodities]](http://s.wsj.net/public/resources/images/OA-AW080_wsjamd_20080817185302.jpg)
China ya está disfrutando de los frutos de la caída de las materias primas. Después de alcanzar un máximo de 8,7% en febrero, la tasa anual de inflación ha caído a 6,3% y se espera que baje más.
La razón es que gran parte de la inflación del país respondía a un problema: una carestía de la carne de cerdo que está siendo corregida. Los ganaderos disminuyeron la población de cerdo después de 2006 debido a bajos precios temporales, y un brote subsiguiente de enfermedad redujo más el ganado.
Los funcionarios chinos ofrecieron vacunas y programas de seguro médico para animar a los ganadores a incrementar la producción. Ahora, la oferta ha vuelto a aumentar. Después de dispararse un 70% en los 12 meses que concluyeron en febrero, los precios del cerdo han bajado un 7% desde entonces, dice el banco de inversiones CLSA.
Aunque algunos economistas temen otras posibles fuentes de inflación en China, la recuperación ha permitido que los reguladores tomen más medidas para estimular el crecimiento. El gobierno aumentó recientemente los límites a los préstamos bancarios al igual que el gasto en infraestructura.
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