Morales espera poder sobrevivir al referendo
Bolivia celebrará mañana un referendo en que el presidente Evo Morales y los prefectos aspiran a ser ratificados en sus cargos, en una jornada originalmente convocada para sacar al país de una difícil crisis política que sin embargo parece haberse agravado por esta consulta.
A dos días de la consulta, Bolivia vive la tensión por el enfrentamiento creciente entre el gobierno de Morales y seis de los nueve departamentos, que desafían su proyecto indigenista y estatista.
Según un sondeo publicado a comienzos de esta semana, el mandatario no debería tener problemas para sobrevivir al referendo pero igual pasa con sus adversarios más caracterizados, entre ellos el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, convertido en el principal opositor de Morales.
La polarización en Bolivia es tal que el Presidente no pudo viajar en los últimos días a cuatro departamentos, donde grupos cívicos se tomaron aeropuertos o sus inmediaciones para evitar su presencia.
También tres prefectos llegan a la consulta en huelga de hambre, en protesta contra el gobierno porque a sus departamentos les fueron quitados recursos, mientras que mineros, maestros e impedidos, activos en su protesta esta semana, dieron una tregua pero ya anunciaron que desde el lunes harán escuchar sus demandas.
Todo esto hizo expresar el jueves al ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, que Bolivia estaba ``en el umbral de un golpe de Estado''.
Con el referendo, según analistas, el Presidente busca consolidar un poder que ha sido erosionado en las regiones opositoras.
''Desde hace un año Evo recibe golpe tras golpe y ahora quiere tomar la iniciativa'', dijo un diplomático europeo en La Paz.
Para la oposición, el referendo constituye un problema porque puede potenciar al Presidente y algunos aliados se pueden perder en el camino. ''La oposición ha querido impedir el referendo y busca quitarle credibilidad y deslegitimarlo'', indicó el sociólogo francés Franck Poupeau, experto en Bolivia.
Analistas han advertido varias grietas en el referendo, empezando por las dudas que existen sobre su legalidad, ya que la consulta no pudo ser avalada por el Tribunal Constitucional (TC), desmantelado desde comienzos de año por la renuncia de cuatro de sus cinco miembros.
Silvia Salame, la única integrante en funciones, señaló que el referendo debía anularse, pero su concepto terminó siendo desestimado.
Según la ley de convocatoria para que el Presidente sea revocado, debe haber una votación superior al 53.74 por ciento que obtuvo en la elección de diciembre del 2005.
El mecanismo opera de la misma manera para los prefectos (que fueron elegidos con porcentajes que varían de 38 a 48 por ciento), aunque una interpretación de la Corte Nacional Electoral (CNE) señala que para revocarlos se requiere más de 50 por ciento del No. Las diferencias entre la ley convocatoria y la CNE podría convertirse en un problema. Es posibile que en algún departamento, un prefecto sea revocado según la ley pero no según el concepto de la CNE.
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