05 agosto, 2008

México: La farsa democrática


por Roberto Salinas León

Roberto Salinas León es presidente del Mexico Business Forum.

Un referéndum sobre una posición técnica no es, ni en la lógica ni en la realidad, una confirmación de los hechos sobre los contenidos en consideración. Menos aún, si este ejercicio se celebra con una fracción mínima de participantes. Y todavía peor, si tanto los contenidos como todos los jueces de los contenidos vienen flagrantemente cargados hacia la respuesta buscada.

Pero este no es un escenario de lógica, de verificar la validez de los argumentos o el contenido de las proposiciones, sino más bien de realpolitik—de intereses especiales, de mesianismos tropicales, de una gigantesca teoría de juegos donde el que menos cuenta es el bienestar de la población, y donde hablar con la verdad es privilegio exclusivo de un puñado de “intelectuales” designados por su majestad tropical, amo de la verdad, heredero real de Hegel, único demócrata del mundo, presidente legítimo de la nación, Manuel Andrés López Obrador (AMLO).

No importa que, pase lo que pase, estamos destinados a ser importadores de crudo; no importa tampoco que hayamos desperdiciado una de las más grandiosas oportunidades de desarrollo que se han presentado en el último siglo; o, incluso, que seamos el motivo de risa entre otros países que han aprovechado el “boom” petrolero para captar mayores recursos, o generar mayor bienestar.

Lo importante es la soberanía de López, y de sus charlatanes intelectuales (si no se quiere reconocer una serie de realidades, y sólo avalar la majestuosidad de AMLO, no se puede catalogar a estos con otro calificativo), que ven en la consulta pasada un mandato irrevocable para hacer lo que el espíritu de Hegel les dicte, con el fin de detener cualquier intento de cambio (el que sea) en nuestro patético, ilógico, vergonzoso, brutalmente anti-económico régimen de energía.

Es un insulto a la democracia real, una farsa de un ejercicio verdadero, consistente con una sociedad abierta. ¿De qué sirvieron 72 días de “debate”?

En esta materia, el gobierno se vio muy inocente, teniendo a su disposición todo un arsenal interesante de contra-juegos, contra-estrategias, es más, de contra-demagogia. Nos preguntamos, cómo hubieran votado los participantes, si las preguntas se leyeran de una forma similar a la siguiente: “¿qué prefiere usted… a) que sigan las cosas como están, sin que se sepa dónde van los recursos de la factura petrolera, sin que multi-millonarios líderes sindicales rindan cuentas, con la corrupción y desperdicio que se ha acumulado a lo largo de los años; o b) ser reconocido como propietario individual de los hidrocarburos, y que este reconocimiento de propiedad, como dicta nuestra Carta Magna, lo convierta en un accionista de la Nación, con el derecho pleno de recibir un dividendo anual sobre la propiedad que tenemos todos, que es de todos”.

Sin duda, las preguntas vienen cargadas: qué preferimos, ¿la porquería, o un flujo anual de dinero? Pero como esto es realpolitik, como estamos jugando el juego de farsas democráticas, así es como, pensamos nosotros, debió haber contraatacado el gobierno.

Claro, hay que detallar la fórmula para generar ese “dividendo nacional”—algo que haremos en futuras colaboraciones.

Entre tanto, nos ha inspirado el liderazgo, el heroísmo, de Pedro Graue, de la lucha inmensa que dio contra su terrible enfermedad. Nuestra solidaridad, nuestra fe, nuestro más sincero pésame, a Bernardo Graue y a toda su familia. Que la memoria de Pedro viva con todos nosotros y que su alma descanse en paz eterna…

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