13 agosto, 2008

Resurge el fantasma de la Guerra Fría por el conflicto entre Rusia y Georgia

TIFLIS, Georgia

Rusia anunció el martes que había detenido los ataques militares en Georgia, pero los bombardeos se mantenían en gran parte del país, mientras Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que abandonen la antigua república soviética ante la continuación de la ofensiva.

Aviones rusos bombardearon la ciudad de Gori, ubicada entre Osetia del Sur y la capital Tiflis, mientras helicópteros artillados lanzaban cohetes contra las aldeas de los alrededores. Columnas de humo flotaban sobre la zona, donde los helicópteros sobrevolaban una zona montañosa disparando misiles.

No estaba claro el propósito de estos ataques. Las tropas georgianas se habían retirado de la ruta entre Gori y Tiflis durante la noche, abandonando piezas de artillería y transportes de tropas junto a la carretera.

En Tiflis, los georgianos se alegraron de escuchar que los combates casi habían terminado, después de días de pánico de que los rusos pudiera toman la capital, pero mantienen un fuerte resentimiento sobre la guerra.

"Es como en los viejos días de la Unión Soviética. Nos está poniendo como ejemplo de lo que puede pasarles a Ucrania y otros'', dijo Dato Gorgodze, quien caminaba de regreso de un mitin en el centro. "Querían desmoralizar al pueblo''.

En Moscú, el presidente francés Nicolas Sarkozy --que preside la dirección rotativa de la Unión Europea-- se reunió con el presidente de la Federación Rusa, Dimitri Medvedev, para proponerle un acuerdo de paz. Sarkozy dijo que aunque el acuerdo no es perfecto, "lo que hace falta es salir de la crisis. Sólo quiero presionar para que negocien''.

La propuesta, que Georgia no ha firmado todavía, contempla un cese el fuego, acceso libre a la ayuda humanitaria, la retirada de las fuerzas rusas y georgianas a sus posiciones originales y un debate sobre el futuro de Abjasia y Osetia del Sur.

En la conferencia de prensa Medvedev dijo que se debe preguntar a los osetios y abjasios si desean permanecer como parte de Georgia, un ligero respaldo a la independencia de ambas regiones.

Pero los acontecimientos se desarrollaban con tal velocidad que la Casa Blanca programó y tuvo que posponer indefinidamente una sesión de información del asesor de Seguridad Nacional Stephen Hadley con los reporteros.

Anteriormente, Medvedev había anunciado en Moscú el cese de las hostilidades. "He tomado la decisión de poner fin a las operaciones para obligar a las autoridades georgianas a declarar la paz'', dijo en una declaración.

"El objetivo de la operación se logró. La seguridad de nuestras fuerzas de paz y la población civil está asegurado. El agresor ha sido castigado su sufrido bajas muy considerables'', dijo.

Pero Medvedev amenazó con más ataques. "Si queda algún foco de resistencia u operaciones ofensivas, hay que tomar medidas para neutralizarlos''.

Un alto jefe militar ruso dijo que la orden de detener la ofensiva no significaba automáticamente que todos los combates hayan cesado.

"La orden de cese el fuego no significa que han terminado todas las operaciones, como las de reconocimiento'', dijo Anatoli Nogovitsin, subjefe del Estado Mayor ruso.

Los tanques y la infantería del Kremlin entraron a Georgia la semana pasada después que fuerzas de ese país intentaron tomar la capital de la provincia secesionista de Osetia del Sur. la aviación rusa estableció el control de los cielos georgianos y las fuerzas de ese país se vieron obligadas a retirarse rápidamente de Osetia del Sur.

Para el martes las fuerzas rusas controlaban Osetia del Sur y Abjasia, otra provincia prorrusa, y había tomado el principal puerto de Georgia en el Mar Negro y las fuerzas del poblado estratégico de Gori.

Las fuerzas rusas informaron que la capital de Osetia del Sur quedó destruida, y aparentemente culpó de ello a los georgianos.

"Tsijinvali ya no existe. Es como Stalingrado después de la guerra''.

Nogovitsin agregó. "Escuelas, hospitales, casas, toda la infraestructura ha sido destruida. No hay agua ni electricidad. Pero lo reconstruiremos''.

No se pudo confirmar de manera independiente la envergadura de la destrucción o si ésta fue obra de los ataques georgianos de la semana pasada o los combates ocurridos desde entonces.

A pesar de informaciones sobre el avance de fuerzas rusas hasta las afueras de Tiflis, los rusos repitieron una vez más que no deseaban derrocar al gobierno prooccidental del presidente georgiano Mijail Saakashvili.

"No creo que Rusia tenga deseos de hablar con el Sr. Saakashvili después de lo que hizo a nuestros ciudadanos'', dijo el canciller ruso Serguei Lavrov.

"Lo mejor que pudiera hacer es renunciar'', afirmó, pero agregó que Rusia "no tiene planes de sacar a nadie del poder. Esa no es nuestra cultura política''.

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