12 agosto, 2008

Se ahonda el cisma en la sociedad boliviana

LA PAZ, Bolivia

Un choque fundamental entre los socialistas y los pueblos indígenas de la región andina y los habitantes más emprendedores y racialmente mezclados de las tierras bajas del este paralizaron este país en el 2008. Y esa fisura aparentemente empeorará después del referendo nacional del domingo.

El presidente Evo Morales declaró ayer a la prensa que ganó un mandato cuando el 63 por ciento de los bolivianos votaron a favor de que se quede en el cargo, incluyendo la asombrosa cifra de 85 por ciento de los votantes rurales.

Cuando se le preguntó si ofrecería concesiones a sus opositores, Morales se quejó de que han mostrado poco interés en tratar de limar las diferencias.

''Lo que me interesa es la justicia social y la igualdad para el pueblo'', dijo Morales, que acusó a los líderes opositores de promover intereses menos amplios.

Morales dijo que promovería una nueva Constitución que sus enemigos más poderosos van a combatir: se refirió a los gobernadores de los cuatro estados del este del país, un sector conocido como media luna por su forma geográfica.

En esos cuatro estados, los votantes ratificaron a sus gobernadores, que han estado procurando más autonomía de los dictados del presidente socialista.

Está en juego quién controlará las enormes reservas de gas natural del este (las segundas en Latinoamérica), y quién decidirá el destino de grandes terrenos agrícolas también en el este, que Morales quiere confiscar para dárselos a indígenas partidarios suyos.

La nueva Constitución que Morales quiere redactar le permitiría aspirar a la reelección para un tercer término, establecería legalmente un mayor control del gobierno sobre la economía y establecería 37 ''naciones'' indígenas dentro de Bolivia para los diversos pueblos amerindios del país.

La Constitución consolidaría los cambios que ya él ha efectuado.

El dirigente opositor es Rubén Costas, gobernador de Santa Cruz, donde radican los más poderosos intereses industriales y financieros.

Costas ganó 66 por ciento del voto el domingo. Esa tarde, habló en una plaza atestada de partidarios suyos que agitaban la bandera verde y blanca de Santa Cruz, que es una ciudad y un estado. Morales sólo ganó 40 por ciento de la votación en Santa Cruz.

Costas catalogó a Morales de ''totalitario'' y dijo que Bolivia tiene que decirle que no ''a los grandes monos extranjeros'', un obvio soslayo racial dirigido a Chávez.

Otro indicio de intransigencia se produjó tres días antes del referendo el alcalde de Santa Cruz.

Percy Fernández hizo un llamado para un golpe militar que derrocara a Morales

El referendo les pedía a los votantes si deberían revocarse los mandatos de Morales y de ocho de los nueve gobernadores del país. El gobernador de Oruro, partidario de Morales, perdió, lo mismo que los gobernadores de La Paz y Cochabamba, contrarios del presidente.

Manfred Reyes, el gobernador de Cochabamba, fue a su oficina el lunes diciendo que el referendo había sido ilegal y que él no iba a dejar su cargo.

Unos partidarios del gobierno se presentaron frente a la oficina del Gobernador en la pintoresca Plaza Mayor, pero no trataron de sacar a Reyes de su cargo, aunque amenazaron con hacerlo

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