16 septiembre, 2008

AIG busca desesperadamente financiación para no convertirse en la próxima víctima

La Fed les pide a Goldman Sachs y Morgan Stanley que recauden US$75.000 millones

Mientras el precio de su acción caía en picada, los ejecutivos de American International Group Inc. pasaban apuros el lunes para forjar un complicado acuerdo con el objetivo de aplacar a los reguladores federales y estatales, convencer a los bancos de que le den un préstamo gigantesco y mantener a raya a las agencias calificadoras de crédito, las cuales tienen en sus manos el destino de la gigantesca aseguradora.

En la noche del lunes, Standard & Poor's recortó la calificación de crédito de AIG en tres niveles. Moody's Investors Service también rebajó la calificación de de AIG el lunes por la noche, forzando a la aseguradora a recaudar US$14.500 millones antes del miércoles para cubrir sus obligaciones. De no hacerlo, podría tener que declararse en bancarrota.

La acción de AIG cayó 61% evaporando más de US$18.000 millones del valor de mercado de la empresa. Los inversionistas temían los escenarios más catastróficos para una empresa castigada por el derrumbe de las acciones de las compañías financieras que han sido afectadas por los valores hipotecarios que guardan en sus balances.

AIG, una de las instituciones financieras más importantes del mundo, recurrió al gobierno estadounidense después de que intensas negociaciones durante el fin de semana no produjeran un plan para recaudar entre US$35.000 y US$40.000 millones.

El lunes, la Fed de Nueva York organizó una reunión para analizar el futuro de la empresa.

Con el estímulo de la Fed, Goldman Sachs Group Inc. y J.P. Morgan Chase buscan recaudar entre US$70.000 millones y US$75.000 millones para apuntalar a AIG, según fuentes al tanto. La noticia de que AIG necesitaba tanto dinero precipitó la caída del Promedio Industrial Dow Jones en la última hora de sesión, llegando a su peor cierre en seis años. El Dow Jones perdió 4,4% para cerrar en 10.917,51 puntos.

A AIG no se le está acabando el efectivo y su negocio de seguros goza de buena salud. No obstante, las pérdidas a lo largo de los últimos doce meses han hecho que las grandes calificadoras de crédito duden de su capacidad para levantar el capital necesario para compensar las pérdidas. Si no puede conseguir los fondos, podría verse obligada a acogerse a la protección por bancarrota.

David Paterson, el gobernador del estado de Nueva York, en donde está la sede de AIG, anunció que funcionarios estatales trabajan con AIG en un plan que permitiría que la aseguradora se prestara a sí misma US$20.000 millones, al endeudarse usando sus activos como garantía. El estado no le está prestando dinero a la empresa sino permitiéndole mover sus activos que están altamente regulados para darle más liquidez a corto plazo.

AIG también buscó un crédito puente de la Fed, aunque el banco central no está muy dispuesto a proveerlo, especialmente luego de decirle no a Lehman Brothers.

Negocio atribulado

Los negocios de AIG incluyen la venta de seguros de vida y propiedad en más de 100 países. Con más de 100.000 empleados, la aseguradora tiene un portafolio gigantesco de compañías que también incluye unidades que hacen préstamos privados y alquilan aviones.

Sus problemas, sin embargo, provienen en gran medida de un negocio que tiene poco que ver con los seguros convencionales. AIG tiene una unidad de productos financieros que vendía protección contra la posibilidad de una cesación de pagos sobre una variedad de activos, incluyendo las hipotecas de alto riesgo. Ese negocio la diferenciaba de la mayoría de aseguradores y la ligaba más a la suerte de los mercados de crédito y bienes raíces.

Cuando el mercado inmobiliario estadounidense empezó a caer, el valor de esos contratos se desplomó. Esa es la principal razón detrás de las gigantescas pérdidas de la compañía, que en los últimos tres trimestres han ascendido a los US$18.000 millones.

[AIG]

AIG ha mantenido charlas en los últimos días con firmas de capital privado buscando liquidez. Pero algunas se rehusaron a invertir si la Fed no hacía un préstamo puente. En estos momentos, firmas de capital privado como TPG y Kohlberg Kravis Roberts & Co. están más interesadas en comprar activos específicos de AIG que en inyectar capital, según personas familiarizadas con las firmas.

La compañía también habló con Warren Buffett, presidente de Berkshire Hathaway, que tiene negocios de seguros. Las negociaciones, sin embargo, no han resultado en un acuerdo concreto y no es claro si siguen adelante.

Los problemas de AIG son paradójicos al tomar en cuenta la dimensión de la compañía. A finales del segundo trimestre, sus activos excedían sus pasivos en US$78.000 millones. La mayor parte de esos activos, no obstante, están en poder de sus subsidiarias de seguros y sirven como garantía de que la empresa podrá hacer frente a los reclamos de seguros.

Debido a ello, tales activos no pueden ser liquidados para cumplir las otras obligaciones de la compañía, como las asociadas a sus recientes pérdidas.

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