12 septiembre, 2008

Cuba sin recursos suficientes para enfrentar catástrofe por Ike y Gustav


Cuba advirtió el viernes que carece de recursos para encarar la catástrofe de los huracanes Ike y Gustav, que dejaron siete muertos, 700,000 toneladas de alimentos perdidas, y 320,000 viviendas, cultivos e infraestructura energética dañados o destruidos.

"Imposible resolver la magnitud de la catástrofe con los recursos disponibles'', señaló el diario oficial Granma, que citó al presidente del Instituto Naiconal de Reservas Estatales, general Carlos Lezcano.

El oficial explicó que para atender la emergencia, en la que las decenas de miles de damnificados tienen prioridad, son empleadas "sin excepción'' todas las reservas del país, incluidas las militares, que incluyen alimentos, material de construcción, combustible, medicinas y equipos.

"Sería de ilusos o malintencionados pensar que las reservas materiales credas por un país pequeño como Cuba, con limitada capacidad financiera y guerra económica en su contra por más de medio siglo, pueden ser suficientes para solucionar el desastre'' por Ike y Gustav, subrayó Granma.

Ike dejó siete muertos en Cuba --donde se hizo una colosal evacuación de 2.6 millones de personas--, y al recorrer dos días la isla desató grandes inundaciones y sus fuertes lluvias y vientos se llevaron todo a su paso.

El terrible ciclón dejó prácticamente paralizada la economía pues acabó de destruir lo que se había salvado con el paso del huracán Gustav el 30 de agosto, que atravesó Cuba por el occidente, igual que Ike, pero sin afectar tanto el oriente.

Ahora quedó arrasado todo de punta a punta. En un cálculo muy conservador, el analista económico Ariel Terrero estimó que las pérdidas rondarán 3,000 millones de dólares, y mencionó que la principal preocupación está en los alimentos.

El viceministro Agricultura, Alcides López Labrada, apuntó que, según datos preliminares, quedaron dañadas 700,000 toneladas de alimentos. "Hay que hacer un balance de toda la comida que nos queda para los próximos meses y saber cómo distribuimos lo que tenemos'', afirmó.

Sólo en plátano los daños alcanzan las 50,000 hectáreas, el 80% del área plantanera de la oriental provincia de Holguín está perdido, según López, además de los destrozos en tubérculos como yuca, básicos en la dieta de la población.

Decenas de miles de toneladas de naranjas, unas 7,000 casas de tabaco, miles de instalaciones pecuarias destruidas o dañadas, millares de animales de granja y ganadería muertos, y las pérdidas de un millón de litros de leche y miles de toneladas de carne de cerdo, infaltable también en la alimentación de los cubanos.

A todo esto se suma que los dos huracanes dejaron unas 320,000 viviendas dañadas o destruidas, sólo en Ciudad de La Habana hubo 153 derrumbes , hospitales y cientos de escuelas afectadas, y redes de energía y comunicación colapsadas.

Los daños dejan al país "vulnerable a la inseguridad alimentaria a escala nacional por los próximos seis meses'' y "las reservas estratégicas cubanas estarán agotadas pronto debido a la extremadamente alta demanda de restitución de infraestructura pública'', según la ONG Agro Acción Alemana, con 36 proyectos agrícolas en Cuba.

Ya antes de los ciclones, el gobernante Raúl Castro había establecido como asunto de máxima seguridad nacional la producción de alimentos, y anunciado un ajuste económico.

Ante la emergencia por los dos ciclones, Cuba aceptó ayuda millonaria de la ONU y le llegan de países como Brasil, Rusia y España toneladas de alimentos y materiales, pero rechazó, por juzgarla "cínica'', la oferta de Estados Unidos de enviar expertos que evalúen los daños.

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