11 septiembre, 2008

 La bomba de tiempo de las pensiones
por George Will
La bomba de tiempo de las pensiones

¿Está usted cansado de preocuparse por la crisis del momento – las hipotecas basura y todo ese lío? Empiece ya a preocuparse por la siguiente debacle leyendo el nuevo libro de Roger Lowenstein, “Mientras América envejecía: cómo arruinaron a la General Motors, detuvieron el metro de Nueva York, hicieron quebrar San Diego y anuncian la próxima crisis financiera las deudas por jubilación".

Empleados municipales ricos y ciudad en bancarrota

Por George Will

El alcalde Osby Davis, que lleva viviendo en esta ciudad a pie de costa de la Bahía de San Francisco frente a San Francisco 60 de sus 62 años, dice: "Si usted tiene un recipiente que pierde dos litros cada minuto y usted introduce un litro cada minuto, se va a vaciar." Está describiendo las arcas públicas de la ciudad.

Joseph Tanner, que se convirtió en el gestor del consistorio después de que su municipio de 120,000 censados fuera mal administrado hasta rozar la bancarrota, comparece ante un panel de funcionarios para explicar la aritmética simple que ha empujado a Vallejo a la quiebra. Su crisis – un flujo de líquido insuficiente para financiar las obligaciones contractuales – surgió porque (utilizando cifras del año fiscal 2007) cada uno de los 100 bomberos pagaba 230 dólares mensuales en concepto de tarifa sindical y cada uno de los 140 oficiales de policía pagaba 254 dólares al mes, dando a sus respectivos sindicatos enormes sumas para comprar un sumiso consistorio municipal.

De forma que un capitán de la policía gana 306.000 dólares cada año en salario y extras, un lugarteniente de la policía gana 247.644 dólares, y la media entre los bomberos – ingresando 21 de ellos más de 200.000 dólares, incluyendo horas extra – es de 171.000 dólares. Además, policías y bomberos pueden acumular las vacaciones que no se toman y abandonar sus carreras un tiempo y largarse con un cheque de 370.000 dólares, como hizo uno de los más de 20 que se jubilaban recientemente. El año pasado, 292 funcionarios del ayuntamiento ingresaron más de 100.000 dólares. Y tras apenas cinco años, todos los bomberos y policías tienen garantizada la cobertura sanitaria vitalicia.

Hasta el consistorio local ha tenido que afrontar por fin los hechos y votar 7-0 a favor de declarar la bancarrota. “El día después de que votaran,” dice Davis, “no salí de casa – así de avergonzado estaba."

En otros estados, los municipios pueden pagar contratos laborales desaconsejables incrementando los impuestos sobre la propiedad. Pero las promesas de Vallejo se hicieron en el contexto de la Propuesta 13, que hace 30 años restringía inteligentemente el poder de los políticos de California sobre los impuestos de la propiedad. En 1996 cerró la base de la Marina en Vallejo, lo cual probablemente alegró a algunos de los progres locales que comparten la mentalidad anti-ejército de San Francisco, que algunos de los residentes de Vallejo alcanzan mediante el ferry. Los progresistas que, dice secamente Tanner, “quieren que Vallejo tenga un aspecto concreto,” estaban complacidos cuando Wal-Mart se mudó a un municipio cercano, que ahora saca tajada de la recaudación fiscal por venta.

Vallejo es un destacado modelo para otras ciudades, y algunos estados, pocos de los cuales acumulan los recursos financieros suficientes para honrar las promesas de pensiones que han hecho a sus empleados. ¿Está usted cansado de preocuparse por la crisis del momento – las hipotecas basura y todo ese lío? Empiece ya a preocuparse por la siguiente debacle leyendo el nuevo libro de Roger Lowenstein, “Mientras América envejecía: cómo arruinaron a la General Motors, detuvieron el metro de Nueva York, hicieron quebrar San Diego y anuncian la próxima crisis financiera las deudas por jubilación."

¿”Próxima”"? Ya ha alcanzado Jefferson County, Ala., que incluye Birmingham. Al igual que Orange County, Calif., hace algunos años, Jefferson County realizó algunas inversiones arriesgadas en una tentativa desesperada por llegar al crecimiento de activos correspondientes a las promesas infundadas con respecto al costo de un proyecto de infraestructura. Cuando San Diego estaba en proceso de ganarse el apelativo cariñoso de "Enron junto al mar," los bomberos se podían jubilar a los 50 años con el 90% de su pensión – casi el sueldo integro por no trabajar durante la mitad de su esperanza de vida adulta.

Credit Suisse estima que ese estado y los gobiernos locales tienen un descubierto acumulativo en compromisos adquiridos por jubilación de 1,5 trillones de dólares. Pero es la crisis de las pensiones la que ilustra de forma más dramática la tesis de Lowenstein acerca del lento pero implacable crecimiento del poder de los sindicatos. Las pensiones “son el vehículo perfecto para el aplazamiento; en el mundo financiero, son la carga más longeva que existe." La naturaleza humana – la tendencia a retrasar lo desagradable – levanta su desagradable cabeza: Cuando llega el momento de las prestaciones de la pensión, la gente que las prometió, comprando así la paz laboral y ganando elecciones, pasó a mejor vida hace mucho.

Los sindicatos de Vallejo contraatacan diciendo que la ciudad es lo bastante solvente para cumplir sus obligaciones. Pero un tribunal discrepaba el pasado viernes, dictaminando que la ciudad está amparada por la protección frente a la quiebra. Un abogado de la defensa de Vallejo afirma que los sindicatos tendrán que negociar un “plan de ajustes.” Otros municipios están siguiendo el caso de cerca, incluyendo quizá al que está al otro lado de la bahía.

San Francisco informaba recientemente que 184 de sus empleados públicos ganaron al menos 30.000 dólares por cabeza en horas extra la primera mitad de este año. Un enfermero de la cárcel del condado ganó 128.000 dólares en horas extra, situándole rumbo a coronar su remuneración total de 2007 de alrededor de 350.000 dólares. Un trabajo agradable si puede ocuparlo, y se puede ocupar en muchos sitios.

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