12 septiembre, 2008

La burocracia en América Latina

Andres Oppenheimer

Un nuevo estudio sugiere que los inversionistas que piensan abrir una empresa en Latinoamérica deben armarse de paciencia: en muchos países de la región lleva veinte veces más tiempo registrar una empresa que en Estados Unidos, Singapur o Nueva Zelanda.

Según el nuevo informe de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, varios países latinoamericanos siguen estando entre los campeones mundiales de la burocracia, mientras que los países del este de Europa, Asia y Africa están actuando con mayor rapidez para reducir el papeleo burocrático gubernamental y facilitar así el establecimiento de nuevas empresas.

El estudio, titulado Haciendo Negocios 2009, es el sexto informe anual sobre la burocracia en el mundo realizado por la CFI, y evalúa diez áreas de la legislación en cada país que determinan la facilidad o dificultad para hacer negocios. Mientras Colombia, República Dominicana y Uruguay hicieron algunos avances el año pasado en la reducción de los trámites burocráticos, casi todos los otros países de la región perdieron terreno respecto del resto del mundo en el 2007, según consigna el informe.

Entre los resultados del estudio están:

Lleva 694 días abrir una empresa --aunque se trate de un pequeño negocio familiar-- en Surinam, 195 días en Haití, 152 días en Brasil y 141 días en Venezuela. Comparativamente, lleva 1 día abrir una nueva empresa en Nueva Zelanda, 2 días en Australia, 4 días en Bélgica o Singapur, y 6 días en Estados Unidos.

Parte de la razón de esas demoras en Latinoamérica es el número de trámites burocráticos requeridos para abrir una empresa. Hay que realizar 18 trámites burocráticos para abrir un negocio en Brasil, 16 en Venezuela y 15 en Argentina, comparados con 6 trámites requeridos en Estados Unidos, y uno solo en Canadá o Nueva Zelanda.

Para conseguir un permiso de construcción hacen falta 34 autorizaciones en El Salvador, 28 en Argentina y 12 en México. Comparativamente, se necesitan 6 permisos en Dinamarca, 15 en Burkina Faso y 19 en Estados Unidos.

En lo referente a las dificultades que enfrentan los empleadores para despedir a un trabajador de pésimo desempeño --una traba que hace que las empresas sean sean mucho más cautas a la hora de emplear más trabajadores--, Venezuela y Bolivia son los campeones mundiales: sus leyes simplemente lo prohíben.

Los empresarios de Ecuador tienen que pagar el equivalente a 135 semanas de salario para despedir a un empleado ineficaz, en Argentina 95 semanas, en México 52 semanas y en Brasil 37 semanas. Comparativamente, los empleadores de Estados Unidos y Dinamarca pueden despedir a un empleado ineficaz sin pagarle nada.

En materia de los trámites requeridos para exportar un producto, se necesita llenar 9 formularios en Argentina y Paraguay, 8 en Venezuela y 7 en Perú. Comparativamente, se deben llenar 2 formularios en Francia y 4 en Estados Unidos.

En un ránking que mide la facilidad de hacer negocios en los 181 países incluidos en el estudio, que mide todos estos factores, los países latinoamericanos que salen mejor parados son Chile (en el puesto 40 a nivel mundial), Antigua y Barbuda (42), Colombia (53), México (56) y Perú (62). Salvo Colombia, los demás países latinoamericanos recién mencionados perdieron posiciones respecto del año pasado.

¿A qué se debe que la mayoría de los países latinoamericanos se están quedando atrás en el ránking del Banco Mundial de los países con menos trabas burocráticas para hacer negocios?, le pregunté a Sylvia Solf, una de las autoras del informe. Me respondió que no es porque los países latinoamericanos se estén rehusando a reducir los trámites burocráticos, sino que China y otros países asiáticos, del Este de Europa y Africa están eliminando la burocracia mucho más rápido.

''Tal vez la presión de la competencia no se percibe tanto en Latinoamérica como en otras regiones'', agregó Solf. 'En otras regiones, se ha producido un efecto de `bola de nieve', en que los países tratan de aprender de sus vecinos y superarlos. En Latinoamérica, con la excepción de América Central, eso no ha ocurrido tanto''.

Mi opinión: Estoy de acuerdo. Muchos países de la región sufren de ceguera periférica: gastan demasiada energía debatiendo su pasado y sus proyectos de desarrollo actuales, en vez de ver qué pueden aprender de otros países del mundo que han logrado atraer inversiones, crear empleos y reducir la pobreza.

De manera que no debería sorprendernos que casi la mitad de la población adulta de Latinoamérica trabaje en la economía informal, sin pagar impuestos y sin acceso a préstamos bancarios que permitirían el crecimiento de pequeñas empresas y el aumento del empleo. Cuando los gobiernos le hacen difícil a la gente hacer negocios, las personas comienzan a operar en la economía ''negra'', crece la corrupción, y el progreso de los países se hace mucho más lento.

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