Morales culpa a gobernador y sicarios por muertes en Pando
LA PAZ --
El presidente Evo Morales dijo que ‘‘sicarios brasileños y peruanos'' con la protección de un gobernante opositor tuvieron activa participación en la muerte de por lo menos 16 personas en el noroccidental departamento de Pando, epicentro de una explosiva situación social por la que atraviesa Bolivia.En tanto, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo desde esa región que las fuerzas armadas "han tenido dificultades logísticas para ejecutar el estado de sitio'' que decretó el gobierno el viernes.
El ministro de Salud, Ramiro Tapia, comentó a la emisora Erbol que todavía había disparos aislados que impidieron a los militares tomar el control de toda la ciudad de Cobija por la acción de grupos opositores ilegales.
Tapia dijo que la misión humanitaria de su despacho no pudo auxiliar a los heridos hasta el sábado en la noche.
Quintana llamó al prefecto (gobernador) opositor Leopoldo Fernández a permitir el despliegue militar en la zona y advirtió que si no lo hace será detenido. Horas antes Fernández dijo que resistirá la ocupación.
El la ciudad de Guayaramerín, cercana a Cobija también la situación era tensa.
"Tenemos 16 cadáveres encontrados'', dijo el sábado el ministro de Gobierno Alfredo Rada a radio Fides. "Y a estas alturas tenemos otros reportes de que hay más cadáveres que en los próximos días van a ser recogidos'', agregó.
"Hay cuerpos se encuentran aún en el monte y las orillas del río cercanas a la zona del enfrentamiento a la espera de ser evacuados'', dijo el ministro. No precisó el número exacto de esos cadáveres ni tampoco el motivo del porqué no se los recoge de inmediato.
Morales, a su vez, dijo en rueda de prensa que "esa gente fue masacrada. Eso es grave, muy grave por cierto''. Afirmó que no se trató de ningún enfrentamiento y que esos episodios fueron "una masacre con metralletas'', en la que participaron "narcotraficantes, sicarios brasileños y peruanos bajo el mando del prefecto (gobernador) del departamento de Pando'', Leopoldo Fernández.
La cancillería peruana emitió en Lima un comunicado en el que expresó preocupación por la presunta participación de sicarios peruanos y señaló que "se está solicitando a las autoridades bolivianas la información que sustente tal presunción''.
Fernández negó todo tipo de responsabilidad en los episodios en Pando.
"No tengo que salir a defenderme de nada ya que no tengo nada que ver'' en los incidentes, dijo Fernández a radio Fides. "El gobierno tiene una tremenda habilidad para distorsionar las cosas y sus argumentos son los de siempre, acusar sin sentido''.
El mandatario expresó que se vio obligado a decretar el estadio de sitio después que soldados del ejército tomaron el control del aeropuerto de la ciudad de Cobija, capital de Pando y fronteriza con Brasil, y realizaron disparos para dispersar a los manifestantes.
Se mostró dispuesto a dictar el estado de sitio a las otras tres regiones rebeldes si continúan los disturbios, pero se declaró optimista de pacificar el país a través de un diálogo que comenzó en la víspera.
El estado de sitio prohibe las reuniones, el tránsito de más de tres personas en horas de la madrugada y la prohibición de portar armas.
Horas después de hablar en la casa de Gobierno, Morales dio un discurso en el departamento, de Cochabamba, en el centro del país, y dijo que mantendrá el estado de sitio en Pando, "para evitar que sigan masacrando a los pobres''.
"Yo soy enemigo del estado de sitio'', destacó Morales durante un acto por la entrega de ambulancias a diversos municipios. "Pero en este caso el estado de sitio es para defender a la vida''.
La mandataria chilena Michelle Bachelet en su calidad de presidenta de la Unión de Naciones Sudamericanas, convocó a sus colegas a una reunión para evaluar la crisis boliviana. ‘‘No queremos permanecer impávidos ante la situación que nos preocupa y es por eso que hemos decidido juntarnos el lunes'', afirmó.
En Cochabamba, Morales le dio el visto bueno a esa reunión y agradeció a todos sus eventuales participantes.
"Esto quiere decir que no estamos solos ni en Bolivia ni en el mundo'', dijo Morales, quien no confirmó si estará presente en esa reunión.
Aunque las protestas se iniciaron por la devolución de los fondos que el gobierno descontó a las regiones para pagar un bono a los ancianos, la disputa es esencialmente el rechazo de regiones que impulsan su autonomía al proyecto constitucional que promueve Morales, la misma que debe ser aprobada en un referendo.
El mandatario boliviano dijo el sábado que no quiere romper relaciones con Washington, a pesar de que el miércoles declaró persona no grata al embajador estadounidense Philip Goldberg y pidió su salida del país tras acusarlo de confabular con sus opositores. El diplomático aún continuaba en Bolivia.
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