El crudo tambaleante podría herir a la revolución de Chávez
BOGOTA --
El presidente de Venezuela se regodea por la crisis global del capitalismo y de alguna forma se comporta como si su proyecto socialista fuera inmune a esos temblores del mercado.Sin embargo, con los precios del petróleo a la mitad de lo que estaban en julio, el venezolano Hugo Chávez quizá deba cortar los gastos de la chequera diplomática que le ayudó a sostener sus ambiciones regionales.
Pero, ¿será que Chávez se verá forzado a reducir las ayudas que entrega a los pobres, a achicar la abultada nómina burocrática de su país y a conquistar a los inversionistas extranjeros que apartó?
Las opiniones varían.
"Este país se encamina a la crisis", pronosticó Domingo Maza Zavala, ex presidente del Banco Central de Venezuela.
Pero algunos economistas afirman que Venezuela la ha pasado peor antes.
Por ahora, al menos, Chávez muestra pocas señales de preocupación.
- El presidente prevé aumentar el gasto público en 22% el año entrante a unos 79.000 millones de dólares, casi triplicando el presupuesto venezolano desde 2004. Ese aumento se da después de que sobrepasó el volumen de gastos de este año en al menos 30%.
- La estatal petrolera venezolana ha aumentado este año en 11.000 trabajadores su nómina de empleados, ya considerada por algunos como excesiva, para llegar a 70.400 personas.
- Los militares afirmaron esta semana que comprarán decenas de tanques rusos, elevando a más de 4.000 millones de dólares las compras de armas a Moscú.
- El gobierno de Chávez ahora anuncia que planea reducir el horario de trabajo diario de ocho a seis horas, lo que algunos críticos indican que será una dificultad para el sector privado en estos tiempos difíciles.
"Tenemos capacidad de resistir esta crisis", dijo Chávez el jueves en un discurso desde el palacio de gobierno. Agregó, sin embargo, que la situación no era para "cantar victoria", que el gobierno revisaría todos sus gastos y que había que "cuidar cada centavo".
El ministro de Hacienda, Alí Rodríguez, afirmó este mes que los esfuerzos por cortar los gastos son inevitables, pero los únicos que mencionó fue retirar de las calles las camionetas deportivas oficiales que usan funcionarios del gobierno, reducir las cuentas de teléfonos celulares y realizar menos fiestas extravagantes.
Los precios del petróleo bajaban cuando el ministro Rodríguez hizo sus declaraciones, pero no a los niveles que alcanzaron el viernes: 68 dólares por barril.
Los precios del crudo también golpean a un aliado clave de Chávez: el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Como Chávez, el ecuatoriano ha contado con los ingresos de un barril de petróleo caro para aligerar los problemas de los pobres de su país y, como Chávez, ha creado las expectativas de una duradera red de seguridad social.
Las economías de ambos países dependen fuertemente del crudo.
En Venezuela representa el 94% de las exportaciones y la mitad del presupuesto nacional; en Ecuador el 70% de sus exportaciones y un tercio de su presupuesto.
Alfredo Keller, de una firma encuestadora venezolana, asegura que sus compatriotas consideran como un derecho de nacimiento el recibir una parte de los ingresos petroleros.
"En la cultura política y económica de los venezolanos, hay la idea dominante de que Venezuela es un país muy rico y que, por tanto, la pobreza se resuelve cuando el administrador de la riqueza, que es el gobierno, el estado, la reparte", dijo Keller.
Así que no importa cuán bajo esté el precio del crudo. Keller prevé que Chávez no se atreverá a cortar los gastos sociales, que incluyen precios subsidiados de alimentos y educación gratuita. Tampoco, agrega, reducirá la nómina de empleados del estado: dos millones de personas o casi uno en cada 14 venezolanos.
La popularidad de Chávez cayó el año pasado cuando Venezuela, un importador neto de alimentos y bienes imperecederos, sufrieron brotes de escasez de productos como leche. Las encuestas muestran que Chávez se ha recuperado desde entonces.
Pero con la inflación en Caracas en niveles de 36%, algunos están preocupados.
"No somos productores, la única cosa que producimos es petróleo", dice Franco Bolivar, de 50 años, dedicado a la importación. "Imagínate, si no hay dólares, ¿Cómo compramos? ¿Cómo importamos? ¿Con qué divisas?", agrega.
Muchos economistas creen que el colchón de Venezuela contra el desastre fiscal es más que adecuado para resistir una eventual depresión económica global.
Venezuela tiene reservas internacionales de casi 40.000 millones de dólares, dice Chávez, y las reservas internacionales totales ascienden a unos 100.000 millones de dólares.
Tal monto permitiría a Chávez "capear la tormenta sin hacer ningún ajuste significativo por al menos 18 a 24 meses", dice Patrick Esteruelas, de la firma consultora Eurasia Group.
Ana María Di Leo, economista de la publicación Veneconomía, afirma que Venezuela ha visto tiempos peores, incluyendo una crisis bancaria en 1994 y con precios del petróleo a seis dólares por barril.
Pero algunos analistas creen que Chávez nunca reducirá los cientos de millones de "petrodólares" que dedica a su diplomacia, la que incluye desde financiar cirugías oculares en Perú hasta construir campos de fútbol en Bolivia.
Venezuela necesita hacer exportaciones a un precio de 94 dólares por barril para poder cubrir sus importaciones de bienes y servicios, de acuerdo con cálculos de PFC Energy, una firma consultora en Washington.
Estados Unidos ha tenido desde hace mucho tiempo los mismos problemas de "balanza de pagos", pero los cubre con la venta de bonos del Tesoro que son comprados rápidamente por la población, dice RoseAnne Franco, analista en PFC Energy.
"Venezuela", dijo Franco, "no tiene la misma disponibilidad de opciones".
El programa Petrocaribe, a través del cual Chávez vende crudo a países del Caribe y Centroamérica en condiciones favorables, ya resultó afectado. Con ese programa, Venezuela ha financiado por encima de los 2.000 millones de dólares ventas petroleras desde 2005 a los 18 miembros de ese plan.
Mientras el crudo estuvo por encima de los 100 dólares, los miembros de Petrocaribe sólo tenían que pagar inmediatamente el 40% de la factura de los barriles que compraban, cancelando el resto a 25 años con una tasa de 1%.
Bajo los términos del programa, si el crudo baja por debajo de los 80 dólares por barril, el pago inicial sube a 50%. Si el petróleo cae a 50 dólares, el pago inmediato se eleva a 60%
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