Iglesia ortodoxa rusa inaugura una catedral en centro histórico de La Habana
En pleno centro histórico de La Habana se inaugura el domingo una catedral ortodoxa rusa construida para los feligreses de esa fe residentes en Cuba.
Edificada en la Avenida del Puerto, el templo de estilo bizantino sorprende a transeúntes y turistas en un entorno de conventos católicos, casonas coloniales, centenarias fortalezas españolas y edificios de siglos anteriores, muchos de ellos en ruinas.
La inauguración se produce en un momento en el que los Gobiernos de Cuba y Rusia han anunciado un nuevo impulso a sus relaciones bilaterales, disminuidas desde el desplome de la Unión Soviética, que sumió a la isla en una crisis económica que aún padece.
Victoria Chichkalenko, ucraniana que vive en Cuba desde 1995, aseguró a Efe que está "muy contenta'' y que es importante para su "tranquilidad espiritual'' contar con este templo, donde podrá escuchar la liturgia y practicar los ritos ortodoxos.
''Siempre me dolía en mi alma que no había una iglesia. Para nosotros es una gran cosa'', añadió esta mujer de 40 años casada con un cubano y madre de una niña a la que planea bautizar por su fe.
Recuerda Victoria que desde su llegada a la isla se interesó por esta posibilidad hoy hecha realidad, e incluso figuró entre los firmantes de una carta al patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Alexei II, en la que manifestaban su deseo y le pedían apoyo.
La primera piedra del templo fue colocada en noviembre de 2004 por el metropólita Kirill Gundjaev, del Patriarcado de Moscú, tras un acuerdo de las autoridades cubanas con la Iglesia Ortodoxa rusa.
Kirill volvió ahora a la isla con una numerosa delegación, para inaugurar la catedral dedicada a la Virgen de Kazán.
Alexei II espera que el templo y unas jornadas de cultura rusa en América Latina, que comienzan hoy, sirvan para que sus compatriotas en esta región "aseguren su relación espiritual con la Patria'', dice un mensaje divulgado por la embajada rusa en La Habana.
Coronada por cinco cúpulas rematadas con bronce chapado en oro y brillantes cruces, la catedral ortodoxa es el blanco de las miradas de quienes pasean cerca del puerto de la capital cubana.
Muy cerca, en el patio del convento católico de San Francisco, hay otra catedral -más pequeña- de la iglesia ortodoxa griega, consagrada en 2004 por el patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I, en presencia del entonces presidente de Cuba, Fidel Castro.
Empresas de la Oficina del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, construyeron ambos templos.
Según declaró el arquitecto Oscar Rodríguez Cunill a la publicación católica Palabra Nueva, la catedral ortodoxa rusa es la obra "más grande y compleja'' emprendida en La Habana Vieja, con un costo que sobrepasa los dos millones de euros.
''Más de un millón de ladrillos cubanos se emplearon en esta construcción'', dijo a Efe Raymundo, uno de los obreros que desde febrero de 2006 trabaja en ella y ahora admira el resultado.
Parte del mobiliario, las lámparas, las campanas, las cruces, los vasos sagrados y las cúpulas fueron traídos de Rusia, dijo a medios locales el padre Vladimir, superior del templo desde 2007.
Agregó que la catedral "concernirá no solo a Cuba'', sino a "toda la región caribeña'', y calificó de "muy positiva'' la reacción del pueblo cubano, porque "es de alma cristiana, se empeña en vivir en armonía con los mandamientos divinos y se alegra''.
Hay unos 3.000 rusos en Cuba, unos con contratos de trabajo actuales y otros casados con cubanos cuando la Unión Soviética era el principal sostén de la isla y del gobierno de Castro.
Liudmila llegó a Cuba hace 34 años y dice que ahora contempla "muy orgullosa'' la catedral, porque su esfuerzo "está ahí''.
En el resto de América Latina la fe ortodoxa rusa tiene diócesis en Argentina y Brasil, y comunidades en Chile, Perú y México.
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