16 octubre, 2008

Los temores a que EE.UU. caiga en una recesión honda derriban a los mercados

Por Sudeep Reddy, Jennifer Saranow y Ann Zimmerman

Los temores a que Estados Unidos caiga en una profunda recesión provocaron la mayor caída del Promedio Industrial Dow Jones en 21 años, que coincidió con un descenso de las ventas minoristas y las ganancias de los bancos y el debilitamiento de la demanda de materias primas.

Las últimas cifras sugieren que EE.UU. se dispone a entrar en su mayor recesión desde inicios de los años 80. Tal noticia, junto a la reanudación de los problemas en los mercados de crédito, desencadenó una ola de ventas en los mercados que prácticamente borró de un plumazo el gigantesco avance del lunes.

El Promedio Industrial Dow Jones perdió 733 puntos, un 7,9%, para quedar en 8.577,91 unidades en medio de los temores a una recesión y las dudas acerca de las perspectivas del sistema financiero. El declive del miércoles representa el mayor descenso del Dow desde octubre de 1987 y su segunda mayor caída por puntos de la historia. El indicador acumula un declive de 21% en lo que va del mes y de casi 40% desde su máximo de hace un año.

Otros mercados acompañaron su derrumbe. El Índice Compuesto Nasdaq, por ejemplo, cedió 150,68 puntos, un 9,03%, para ubicarse en 907,84 unidades. El miércoles, los inversionistas perdieron US$1,1 billón (millón de millones) en valor de mercado, la segunda vez en la historia que pierden más de US$1 billón en una jornada.

Los inversionistas en renta fija volvieron a refugiarse en los instrumentos más seguros, como los bonos del Tesoro estadounidense a dos años, cuyo rendimiento bajó a 1,6%. El del bono del Tesoro a 10 años subió levemente para quedar en 4%.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió en un discurso pronunciado en Nueva York que la economía estadounidense enfrenta momentos muy difíciles. "La estabilización de los mercados financieros es un primer paso, pero... una recuperación más amplia de la economía no ocurrirá de la noche a la mañana", aseveró. "En última instancia, la trayectoria de la actividad económica más allá de los próximos trimestres dependerá en gran medida de hasta qué punto los mercados financieros y crediticios vuelvan a un funcionamiento más normal".

Bernanke dejó sutilmente la puerta abierta para nuevos recortes en las tasas de interés al comentar que las presiones inflacionarias han cedido a raíz de la caída en los precios de las materias primas y las menores expectativas de inflación.

El impacto de nuevos recortes de tasas, sin embargo, está en duda. Los inversionistas están demandando grandes diferencias, conocidos como spreads, sobre las tasas de interés de referencia para realizar préstamos a empresas y consumidores. Mientras los spreads sigan siendo amplios, los beneficios de las reducciones en las tasas se diluyen. Una de las prioridades de las autoridades es aliviar los temores que se han apoderado de los mercados financieros. Eso estimularía la disposición de las entidades financieras a prestar a spreads más bajos.

Mientras tanto, aumentan los indicios de que EE.UU. sufrirá una recesión mucho más cruda que las de 2001 y 1990-91. Los despidos, que comenzaron a principios de año, se empezaron a acelerar el mes pasado, incluso antes de que azotara la crisis financiera.

El Departamento de Comercio anunció que las ventas minoristas bajaron 1,2% el mes pasado, un declive mucho más pronunciado que en julio y agosto. Las cifras confirman que EE.UU. ya se estaba debilitando antes de que la crisis de los mercados entrara en una fase crítica. El consumo, que representa más del 70% de la economía estadounidense, probablemente registrará caídas sin precedentes en el tercer y cuarto trimestre.

Los problemas de EE.UU. están afectando a la economía mundial, cuyas débiles perspectivas han hecho caer los precios de las materias primas. El crudo, sin ir más lejos, perdió un 5,1% en Nueva York para quedar en US$74,54 el barril, su cierre más bajo en lo que va del año.

[econ]

Mientras tanto, los persistentes problemas en los mercados crediticios probablemente golpearán con fuerza a los bancos en los próximos meses. J.P. Morgan Chase & Co. y Wells Fargo & Co., dos de los bancos más saludables del país, dijeron el miércoles que sus operaciones de banca de consumo experimentarán un deterioro que podría durar meses. J.P. Morgan, uno de los principales emisores de tarjetas de crédito, informó que los préstamos que tuvo que pasar a pérdida equivalieron a un 5% de su cartera de tarjetas de crédito, comparado con el 3,64% del tercer trimestre de 2007. El banco prevé que la cifra crezca a 6% para inicios del año entrante y a 7% para finales de 2009.

Muchos economistas revisaron a la baja sus estimaciones. La consultora Macroeconomic Advisers redujo su estimación y proyecta un descenso de 0,3% en el PIB durante el tercer trimestre."El consumidor estadounidense está en serios aprietos. El crecimiento de los salarios se evapora, el crédito es escaso o no se consigue, los precios de las viviendas siguen cayendo... y los costos de los alimentos y la energía se quedan con una importante porción de sus presupuestos", dice Joshua Shapiro, economista jefe de la firma de consultoría MFR Inc. "Sin importar lo que haga el gobierno para rescatar el sistema financiero, se nos viene una recesión liderada por el consumo y promete ser grave".

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