¿Donde están los mayas? La realización del documental
Nueve miembros del equipo documental de la Escuela de Periodismo Auténtico, diez días para reportar y filmar, y hoy, el gran estreno de un documental sobre México que consuela a los afligidos y aflige a los consolados
Por Al Giordano
Como Jill Freidberg, decana del departamento de creación de documentales de la Escuela de Periodismo Auténtico 2010, menciona más abajo, había cierto escepticismo comprensible antes de que empezara el campamento de entrenamiento, digo, la sesión, de que un grupo de personas de distintas tierras y con distinto idioma, la mayoría de los cuales nunca había trabajado juntos antes, pudiera producir un significativo documental en tan solo diez u once días.
Me limité a sonreir, con el conocimiento de que ya lo habíamos hecho antes en Bolivia en 2004, cuando el equipo documental en tan solo diez días planeó, filmó y produjo Mastica esto: Para nosotros, la coca es vida. Esta es una obra que, seis años más tarde, no solo resiste la prueba del tiempo, sino que también sumó su grano de arena para impulsar grandes cambios en Bolivia. (Por ejemplo, Evo Morales, pasó de dirigente sindical, miembro del Congreso y entonces profesor de la Escuela de Periodismo Auténtico—donde también fungió como asesor voluntario para nuestra película—a convertirse en presidente de su país 18 meses después, revocando las políticas gubernamentales que oprimían los temas de esa película.)
Ese documental de diez días de 2004, tuvo una duración de poco más de diez minutos, y lo subimos a internet antes de que YouTube existiera. El entonces webmaster de Narco News, Dan Feder, creó toda una plataforma en línea para ello, desde el código de internet primario. El documental me llenó de fe en nuestros estudiantes y profesores, y de orgullo suficiente en el modelo de trabajo horizontal de la Escuela, para así nunca dudar de que el grupo documental fuera capaz de alcanzar y superar los estándares establecidos por el video pionero.
En 15:34 minutos, ¿Donde están los mayas?, con el mismo espíritu, pondrá a la lucha ignorada por los medios nacionales e internacionales en un escenario más grande (y también se entregarán copias en DVD, como antes, a los locales y organizaciones cuyas voces, rostros, y hogares se ven ahí, para que puedan usarlo como herramienta organizativa en sus luchas.)
Fue una tarea titánica, y cumple con cada estándar que considero para marcar la excelencia. Le pedí a la lideresa del grupo y documentalista de vanguardia, Jill Irene Freidberg, que nos escribiera unas palabras sobre el proceso en el que el documental, que ve arriba, fue creado.
Jill escribe:
“Cuando Al me pidió que me uniera a la Escuela de Periodismo Auténtico 2010 para ‘dirigir’ el equipo documental como ‘profesora’ me resistí a hacerlo. Saber como se hace un documental es una cosa; enseñar a otros como hacer un documental es otra. Pero Greg Berger me aseguró que en esta Escuela no habría mucha distinción entre el ‘profesor’ y el ‘estudiante’.“Tenía razón. Y fue por eso que pudimos hacer un documental.
“Había ‘estudiantes’, como Edwin Reed-Sánchez, Marine Lormant Sebag, y Amanda Huerta Morán, que ya habían producido muchos videos antes de que la escuela comenzara; ‘estudiantes’ como Edwin Álvarez, que nunca habían hecho un documental, pero que contribuyeron con una riqueza en experiencia de liderazgo y en organización comunitaria; una ‘estudiante’ como Ter García que llegó a la escuela con muy poca experiencia en video, pero que luego de años de trabajar como reportera para un periódico en España seguro que sabía como armar una historia. También había ‘profesores’ como Quetzal Belmont, Andrew Stelzer y Vanessa Ortíz que trajeron al equipo otras habilidades y talentos (desde el periodismo de investigación, entrevistas, audio hasta un conocimiento extensivo sobre las dinámicas de la organización comunitaria) y trabajo duro.
“La Escuela tuvo lugar en tres distintas ubicaciones, a lo largo de la península de Yucatán, en once cortos días. No es fácil hacer un documental en menos de dos semanas, en tres locaciones, en dos idiomas. Al principio, surgió el consenso que queríamos enfocarnos en el contraste del turismo y la realidad de la gente que vive y trabaja a la sombra del turismo. Pero con tan poco conocimiento sobre la región, su historia y contexto, limitar el alcance a nuestro enfoque parecía una tarea de enormes proporciones. Fue la periodista francesa en México, Anne Vigna, que, mientras tomabamos cervezas y fumábamos cigarrillos en el ‘autobús para fumadores’ de Puerto Morelos a Mérida, nos apuntó a la dirección correcta con una gran riqueza de contactos y sugerencias, contactándonos con el valeroso pueblo de la Colonia Maracuyá y los compañeros y compañeras del Centro Cultural y Ecológico Tzolk’in.”
Deben saber que yo—como Director de la Escuela—no siempre le facilité la tarea al equipo documental en la Escuela 2010. Ellos querían, necesitaban, presionaban y se organizaban por más tiempo para trabajar en el documental. Yo insistía que podían usar las tres o cuatro horas diarias de “tiempo libre”, generalmente por las tardes, además de la hora o dos de luz al amanecer, pero que aún así todos debían asistir a las cuatro horas de sesiones plenarias matutinas y también a las plenarias y eventos nocturnos (la mitad de las tardes fue dedicada a los grupos de trabajo—un total de 24 horas de las 27 horas previstas originalmente).
Como menciona Jill, tuvieron gran apoyo local, desde los periodistas auténticos del periódico más grande del estado, Por Esto!, su director general Mario Menéndez Rodríguez, su director estatal Renán Castro Medina, y su jefe de oficina en Playa del Carmen, Manuel Chuc. Nuestros viejos amigos, con los que filmamos en 2006 en el Otro Periodismo con la Otra Campaña, del Centro Cultural y Ecológico Tzolk’in y otras organización que le presentaron a la gente local en lucha al equipo documental. Anne Vigna, Natalia Viana y otros miembros del grupo de Periodismo de Investigación de la Escuela 2010, hicieron también todo lo que el equipo documental les pidió. Cuando el equipo documental necesitó de una camioneta para filmar en Cancún, Mercedes Osuna (quien manda un mensaje especial a los lectores de Narco News el día de hoy), tomó el volante. Este equipo queda registrado en los annales de la Escuela de Periodismo Auténtico con un 11 en una escala de 10.
El haber visto una mañana, al tomar mi primer café del día, a Quetzal Belmont, Marine Lormant y Ter García saliendo de nuestro campus en Playa del Carmen a las 6 am, habiendo reclutado a Mercedes Osuna como la conductora esa mañana, para filmar una obra en construcción (“somos estudiantes de arquitectura”, dijeron los periodistas auténticos al capataz de la construcción, “¿podemos filmarlo mientras trabaja’”—se lo ganaron con el “podemos”), con los tripies y las cámaras en mano, llenos en su trabajo de vigor y ánimo, de esperanza y orgullo, y con nuevas amistades de por vida, fue el primer momento memorable del día que creo nunca olvidaré. Ni tampoco sus radiantes sonrisas cuando volvieron a las 9am con el material que habían salido a cazar, y las historias sobre cómo las obtuvieron.
El equipo documental no paró cuando la Escuela “terminó” el 13 de febrero. Jill, Ter, Marine, Edwin Reed-Sánchez y Quetzal, junto con el editor de la sección en español de Narco News, Fernando León, convirtieron por dos semanas mi departamento “en algún lugar de América”, en un estudio de edición de video luego de la escuela, e hice lo mejor por mantenerme fuera y solo llevarles comida, y a muchos de ellos, cigarros. Una noche llegué a casa para encontrar las paredes cubiertas con notas en pedazos de papel, imágenes, y notas sobre aquellas notas, como el el salón de guerra del programa de televisión Mentes Criminales. También tomaron mi pizarrón del Dr. House para la línea de tiempo del guión. Ter regresó a la península de Yucatán para sacar más material, así como Quetzal hizo algunas tomas secundarias. Luego de ello, colaborando entre sí a la distancia, entregaron el borrador editado, el guión y el material a Jill—la maestra—para que le diera los toques finales, y estoy seguro que cada uno de ellos sabe que este documental fue posible gracias a su creatividad y trabajo, y es de ellos, así como pertenece a la gente buena a la que entrevistaron.
No podría estar más feliz con el resultado. En verdad. Me podrían tumbar con una pluma de ave. La pregunta es si este documental se convertirá en “viral” (y auténticos, saben que hacer, peguen el video en las páginas de su feisbuc, twittenlo, pónganlo en sus blogs y listas de correo):
¿Donde están los mayas? Donde están en las Meccas turísticas de Cancún y Playa del Carmen, en donde día y noche se explota su nombre y a los descendientes de una bellísima península histórica cuyos pueblos indígenas, monumentos y culturas han asombrado al mundo una y otra vez, para ser olvidados en la suciedad y a su suerte frente a los hombres codiciosos, y a las compañias y gobiernos del Poder brutal y violento.
Este es un documental sobre una situación que anhela justicia y rectificación, un documental que anima y consuela a los afligidos para organizarse, y que inflige a los que están muy cómodos interponiéndose en el camino de la justicia. Y como otra bendita consecuencia, estoy seguro que estarán escuchando más del equipo documental de la Escuela 2010, la mayoría de los cuales serán vueltos a invitar, si logramos tener la Escuela en 2011, como “profesores”, como a Jill (excelente trabajo, y un saludo, comandanta) le gusta poner entre comillas.
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