04 agosto, 2010

Palin dice que Obama no tiene "cojones"

Palin dice que Obama no tiene "cojones" en la cuestión migratoria

La ex gobernadora de Alaska Sarah Palin declaró este domingo en un programa matutino de la cadena FOX News, que el presidente de EEUU, Barack Obama, no tiene "cojones", en español, para arreglar la cuestión migratoria en su país. Como era de esperar, el vídeo ha dado ya la vuelta al mundo en internet.


"Jan Brewer tiene los cojones (sic) de los que carece nuestro presidente para tener presentes a todos los estadounidenses, no sólo a los ciudadanos de Arizona (...), en nuestro deseo de asegurar nuestras fronteras y permitir que la inmigración legal ayude a construir este país", dijo Palin.

La ex candidata republicana a la vicepresidencia del país defendió los esfuerzos de la gobernadora de Arizona para impulsar la ley contra inmigrantes indocumentados, en alusión a la apelación, presentada el pasado jueves, de Brewer ante un tribunal federal contra el bloqueo de ciertas partes de su ley SB1070. Palin, que según más de un observador político tiene la vista puesta en la Casa Blanca para las presidenciales de 2012, dijo que si Obama no apoya a Brewer en su causa, los gobernadores de muchos estados del país lo harán.

Los opositores de la citada ley dicen que la aplicación en su totalidad propiciaría la discriminación racial y sostienen que usurpa la autoridad federal de asegurar el cumplimiento de las leyes migratorias. Los partidarios sostienen, por el contrario, que el estado de Arizona se vio forzado a actuar ante la falta de acción de las autoridades federales.

La jueza federal Susan Bolton decretó el miércoles que la Policía de Arizona no podrá, como pretendía la ley SB1070, comprobar el estatus migratorio de una persona a la que hayan detenido por otras razones. La magistrada también canceló la aplicación de otra sección que obligaba a los inmigrantes a llevar encima siempre la documentación que demuestre que se encuentren de manera legal en el país.

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Pan y circo


Estado del bienestar

Pan y circo

Manuel Llamas

Tan sólo dos palabras sintetizan la causa y origen de dicho fenómeno: pan y circo. El estado de bienestar venezolano, sustentado a golpe de petrodólares, está colapsando como resultado de una huida hacia adelante del poder estatal.

Venezuela constituye, sin duda, un claro ejemplo de cómo un gobierno puede llegar a arruinar por completo una sociedad antaño rica y próspera. En la primera mitad del siglo XX fueron miles los españoles que, huyendo del hambre y la guerra, cruzaron el Charco en busca de un futuro mejor. Muchos, incluso, lograron hacer fortuna. Hoy, sin embargo, un creciente número de aquellos emigrantes, y los hijos y nietos de éstos, regresan a España horrorizados del declive económico y social que vive Venezuela desde hace casi una década.

El régimen totalitario que, poco a poco, está imponiendo Hugo Chávez se ha materializado en un empobrecimiento generalizado de la población. Según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el PIB venezolano cayó un 3,3% en 2009 mientras que la inflación superó el 25%. Y las previsiones para el presente año no son mejores. Venezuela seguirá hundida en la estanflación (recesión e inflación), el peor de los mundos posibles. Así, el PIB descendió un 5,8% en el primer trimestre de 2010, al tiempo que los precios se dispararon un 31,3% interanual el pasado junio (un 16,3% en el primer semestre).

Los venezolanos siguen sufriendo frecuentes cortes de luz y agua en sus hogares y empresas. Además, la producción de petróleo, principal motor económico del país, se redujo un 7% de media entre 2008 y 2009. Esta actividad sufre una desaceleración constante desde hace años debido a la falta de inversiones y a la ineficiente gestión estatal tras la nacionalización del sector energético decretada por Chávez.

Que Venezuela va de cabeza a la ruina no es ningún secreto. Se trata de un hecho, admitido incluso por algunos de los que en su día aplaudieron con entusiasmo la llegada al poder del dictador bolivariano. La razón de tal pobreza es, sin embargo, incomprendida por muchos. La explicación es simple. Tan sólo dos palabras sintetizan la causa y origen de dicho fenómeno: pan y circo. El estado de bienestar venezolano, sustentado a golpe de petrodólares, está colapsando como resultado de una huida hacia adelante del poder estatal.

El reparto masivo de subvenciones y ayudas públicas a los acólitos del régimen chavista (en su mayoría, clases desfavorecidas), la nacionalización de sectores productivos, el creciente intervencionismo económico, la fijación de precios máximos en numerosos productos de primera necesidad, la devaluación de la divisa (causante de la inflación) o la expropiación de empresas y propiedades, entre otras barbaridades, están limitando hasta el extremo el comercio y la actividad económica.

La historia se repite, una y otra vez, pese al trascurso de los siglos. El antiguo Imperio Romano padeció un fenómeno similar hace ahora más de 1.500 años. Pan y circo era también el lema de los gobernantes en Roma (no se pierdan este vídeo). Fue el estado de bienestar, no los bárbaros, el que logró tumbar el otrora todopoderoso Imperio. El trigo gratis decretado por los emperadores con el fin de contentar a la plebe arruinó a los agricultores que, desesperados, huyeron en masa hacia Roma para beneficiarse igualmente de las dádivas imperiales.

La escasez de grano era tan sólo cuestión de tiempo. El aumento de precios fue combatido sin éxito mediante la fijación de precios máximos y la prohibición de que los campesinos abandonaran el campo. Además, el despilfarro de dinero público siguió su curso, y para ello los gobernantes no dudaron en envilecer la moneda y subir los impuestos. Todo resultó inútil. El Imperio llegó a su fin. Los bárbaros tan sólo se aprovecharon de la situación.

Tal y como explica Ludwig von Mises en La Acción Humana:

Lamaravillosa civilización de la antigüedad desapareció porque fue incapaz de amoldar su código moral y su sistema jurídico a las exigencias de la economía de mercado [...] El Imperio Romano se derrumbó porque sus ciudadanos ignoraron el espíritu liberal y repudiaron la iniciativa privada y la libre empresa. El intervencionismo económico y su corolario político, el gobierno dictatorial, descompusieron el poderoso imperio, como también, en el futuro, lo harán con cualquier régimen social.

Manuel Llamas es jefe de Economía de Libertad Digital y miembro del Instituto Juan de Mariana

Garzón ataca ahora a la Iglesia

MIENTRAS SE NEGÓ A INVESTIGAR PARACUELLOS

Garzón ataca ahora a la Iglesia y la acusa de participar en la Guerra Civil

Garzón sigue con su empeño de revisar la historia a su manera. Ahora le ha tocado a la Iglesia Católica a la que acusó de participar en la Guerra Civil donde daba "ánimos a los torturados". Sin embargo, el juez se negó a investigar los crímenes de Paracuellos en los que asesinaron a miles de religiosos.

El juez Baltasar Garzón, suspendido por el CGPJ al frente del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, manifestó que durante la Guerra Civil y la posguerra la Iglesia católica daba "ánimos" a los "torturados" y les decía "sé paciente, hijo mío, y entrégate a Dios".

Garzón, que participó en los Cursos de Verano que la Universidad Complutense organiza en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial, dijo que la jerarquía católica expresaba ese mensaje como ejemplificación de que una cosa es ser víctima, lo cual lleva implícito ser inocente, y otra cosa, añadió, es ser "víctima culpable", lo cual implica ser un "victimario".

Durante su intervención, el juez preguntó al ponente Juan José Tamayo Acosta, de los denominados teólogos progresistas, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de la religión "Ignacio Ellacuría" de la Universidad Carlos III de Madrid, si "seguía teniendo esperanza en la jerarquía de la Iglesia" católica cuando ésta no se ha "caracterizado" por iniciar acciones "reclamando justicia" por el asesinato en 1989 de los seis jesuitas fallecidos en El Salvador.

Por otra parte, preguntado sobre la idoneidad de abrir procesos penales contra dirigentes políticos que hayan cometido delitos contra los derechos humanos, el magistrado contestó que la acción de la Justicia "nunca es peligrosa", sino que lo peligroso es "huir de ella" porque la Justicia "no quebranta", es más, agregó, "cohesiona y fortalece" la estabilidad democrática de un país.

En este sentido, señaló que aquellos cargos que se ven ahora investigados "presionan" de nuevo al Estado y a las instituciones democráticas para evitar que se produzca su enjuiciamiento y defienden la impunidad con un mecanismo de "amenazas permanentes" contra los ciudadanos. "Ninguna sociedad en la que se ha aplicado la Justicia se ha roto", concretó.

Liberalismo político en Los Soprano

PANORÁMICAS

Liberalismo político en Los Soprano

Por Santiago Navajas

Hasta el momento en que empiecen en septiembre (la fall schedule) las nuevas temporadas de nuestras series de televisión favoritas, la canícula veraniega es un buen momento para repasar con calma y reflexión las grandes series del pasado. Por ejemplo, Los Soprano. La saga de los mafiosos de Nueva Jersey ideada por David Chase es probablemente, junto a The Wire y El ala oeste de la Casa Blanca, la más compleja desde el punto de vista moral y político, además del estético, y por ello la que más da que pensar en paralelo a una trama absorbente y una concatenación de acciones sin pausa.

En este segundo visionado ya no prima el suspense sino la profundización en dimensiones existenciales y vitales que quedaron a la espera de seguir rumiándolas.

Rumiemos. Junto a las deuvedés de las seis temporadas de Los Soprano en esta ocasión tendremos que pertrecharnos con literatura política y estética de la buena, de la Poética de Aristóteles a El Príncipe de Maquiavelo pasando por el subjetivismo ético de Hume, la voluntad de poder de Nietzsche, el análisis del subconsciente en Freud, la ética sentimentalista del "feminismo del cuidado" o la ética del guerrero de Sun Tzu.

Como muestra, un botón. Fijémonos en el tercer capítulo de la cuarta temporada, de título Cristobal, en el que las comunidades latinas y amerindias se enfrentan a propósito del Día del Descubrimiento, ya que las primeras consideran a Cristóbal Colón como un héroe mientras que los segundos ven en el marinero (¿genovés, mallorquín, catalán?) un imperialista genocida. Argumenta Silvio Dante, la mano derecha del mafioso protagonista Tony Soprano:

¿Saben qué pasa? Se los diré. Es la discriminación anti-italiana. El Día de Colón es un día de orgullo italiano. Es nuestro día de fiesta y quieren robárnoslo.

Un orgullo de comunidad que también alcanza a las mujeres italoamericanas que luchan contra el estereotipo de "pizzeras" argumentando que han evolucionado porque ahora no tapan con pañuelos negros la cabeza sino que van de Moschino y Armani (sic).

Mientras, el choque de culturas, de comunidades, se va agudizando. Un mafioso judío se solidariza con los indígenas en su protesta contra los conquistadores porque "los judíos siempre nos solidarizamos con los oprimidos" hasta que se compara a Colón con Hitler, lo que le lleva a ofenderse por "trivializar el Holocausto nazi". Y es que también hay jerarquías e hipocresía en el victimismo.

Pero tras la disputa entre los grupos identificados con culturas antagonistas surge un conflicto más profundo entre dos formas políticas, el comunitarismo –que subyace como ideología en la creencia de que los individuos son dependientes de las comunidades de las que proceden–y el liberalismo –que pone el punto focal de construcción de la sociedad no en el grupo sino en el individuo.

Tony Soprano es un personaje trágico porque se muestra permanentemente escindido entre varias de sus identidades personales. Sobre todo por sus dos principales lealtades: a su familia de sangre –padres, hijos y demás relaciones de parentesco–y su familia de negocio –la Mafia. En la primera temporada, capítulo séptimo (Regreso a Down Neck) había reelaborado a su modo el "Yo soy yo y mis circunstancias" orteguiano: "En esta mierda he nacido y soy lo que soy".

Y sin embargo... Tony Soprano de alguna forma se considera diferente y autónomo respecto a dichas comunidades, que lo constriñen y lo estrangulan. Cierto, vive en un mundo moral inspirado por el comunitarismo: cálido pero cerrado, afectuoso para dentro del grupo pero cruel y despiadado hacia fuera, favorecedor de la pureza y en consecuencia del racismo, solidario pero violento. Sin embargo, su ideal de desarrollo personal ya no está en el rebaño italoamericano y sus ídolos –de Cristóbal Colón a Rudolph Giuliani pasando por Al Capone–sino en alguien que se ha convertido en su referente por características intrínsecas: Gary Cooper. Luego lo vemos.

Uno de los factores que hacen atractivo al personaje de Tony Soprano es su evolución psicológica a través de la sucesión de conflictos internos que convierten su mente en un campo de combate, en la que partes de su alma luchan a puñetazo limpio, a veces a ráfaga de metralleta, con otras partes de su alma. En ocasiones su alma incluso se pega un tiro en la cabeza. En el debate entre comunidades enfrentadas, sin embargo, Tony consigue resolver el conflicto que atenaza a los miembros de su familia mafiosa superando la cerrazón y la estrechez de miras de la visión comunitarista asumiendo un punto de vista más elevado, liberal, en cuanto que racional, imparcial, objetivo y universal. En el imaginario particular de Tony Soprano dicho punto de vista no se identifica con Inmmanuel Kant, le va más Hollywood que la Ivy League, sino como apuntábamos con el Gary Cooper de Solo ante el peligro. Discutiendo con Silvio Dante que se muestra como un fan absoluto de la identidad comunitaria le espeta:

¿Ya puedes parar? ¡"Grupo"! ¿Qué diablos pasó con Gary Cooper? Eso me gustaría saber. Él sí fue un buen estadounidense. Fuerte y silencioso. Hizo lo que debía hacer. Derrotó a la pandilla Miller... aunque ninguno de los otros imbéciles quería ayudarlo. ¿Y acaso se quejó? ¿Dijo: "Vengo de una familia analfabeta irlandesa y pobre de Texas, así que sáquenme de aquí porque jodieron a mi gente"?

Los Estados Unidos se han construido en la dialéctica entre el comunitarismo y el liberalismo, entre la llamada de la identidad comunitaria y la voz del individualismo liberal. Sobre esa dicotomía se elaboró gran parte de la cinematografía de John Ford, la obra más característica y profundamente americana, cuando mostraba –en ¡Qué verde era mi valle! o El hombre que mató a Liberty Balance–como irremediable, dolorosa pero afortunadamente el viejo orden vinculado a comunidades favorables a tradiciones impermeables a la crítica racional –como la discriminación de las razas o de las mujeres y contrarias a la inmigración ("los forasteros no son bien venidos")–dejaba paso a sociedades organizadas a partir del individuo con lo que eso significaba de triunfo del capitalismo, de los Derechos Humanos, de la democracia y la separación de poderes.

La paradoja trágica que dota de intensidad a Tony Soprano consiste en que él es monarca de una comunidad, la Mafia, que paga con la muerte cualquier desafección del grupo. Pero al mismo tiempo, Tony es un "traidor" a la comunidad de la que es el máximo garante de su unidad cerrada. Efectivamente, cuando en absoluto secreto –que si se revelase significaría automáticamente su muerte–va a visitar a una psiquiatra que le haga terapia para curar sus ataques de pánico lo que está haciendo es asumir la máxima fundamental del individualismo liberal, el socrático "Conócete a ti mismo". Y así autorefuta su comunitarismo de partida vinculado a "la mierda en la que nació" alcanzando la distancia crítica necesaria para objetivar, depurar y analizar su yo social y hacer emerger, más poderoso, el yo individual. Continúa su perorata individualista al comunitarista Silvio al final del capítulo:

Déjame preguntarte algo. ¿Todo lo bueno que tienes en tu vida te lo dieron porque eras calabrés? Te diré la respuesta: no. No, porque eres tú, porque eres inteligente, por lo que tú eres. ¿Dónde diablos está nuestra autoestima? Esa mierda no viene de Colón, de El padrino ni de las pastas Buitoni.

Esta lección de individualismo moral y de autoestima basándose en las capacidades de cada uno y no de parasitaje respecto a la comunidad viene que ni pintado en estos tiempos en que la cultura de la queja, la identidad de grupo y el victimismo nacionalista se han convertido en dogmas prohibicionistas que coartan las libertades ciudadanas. Quizás sería buena idea ir doblando Los Soprano al catalán a ver si se enteran los de la barretina calada hasta las cejas.

martes 3 de agosto de 2010

Narcotráfico: una introducción

Narcotráfico: una introducción

Por Estuardo Zapeta

Siglo XXI

Varios han sido los documentos que he discutido en mis programas de radio “Contravía” (100.9 FM, 560 AM, www.libertopolis.com), y son innumerables las solicitudes que a diario recibo de estos documentos que pasan a ser “el” referente en el tema de la narcoactividad, sobre todo por las identificaciones de los cárteles de la región (México, Guatemala, Honduras), y también porque explican de manera lógica cuál es el involucramiento de fuerzas del Estado en esta exitosa, peligrosa e ilegal actividad.

Sin embargo, mi objetivo no ha sido analizar estos documentos –los cuales incluyen la Watch List de Estados Fallidos de Foreign Policy— para argumentar “a favor” de la lucha contra el narcotráfico, sino presentarlos como un argumento más fuerte, plausible, e irrefutable por la urgente “descriminalización, Legalización y Liberalización de la Producción, Comercio y Consumo” de drogas en el mundo.

Cada día más, afortunadamente, son más las personas sensatas que dejando de lados las “moralinas” han entendido que la verdadera lucha contra el narcotráfico está en la “legalización”, no en el “combate.”

Así las cosas, los documentos presentados pueden obtenerse y “bajarse” en http://www.libertopolis.com/contravia/narcotrafico/

1. Drug Trafficking Organizations in Central America: Transportistas, Mexican Cartels and Maras. Woodrow Wilson International Center for Scholars México Institute. University of San Diego Trans-Border Institute.

2. The destabilizing influence of drug trafficking on transit countries: The case of cocaine. World Drug Report 2010. United Nations. Pags. 231-245.

3. Crime, Violence, and the Crisis in Guatemala: A case Study in the Erosion of the State. By Hal Brands, May 2010. Strategic Studies Institute. US Army.

4. Watch List (Estados Fallidos) Foreign Policy. Julio-Agosto 2010.

Como Director de Contravía, Contravía Por la Tarde, Zapeta Sin Tabús, y CV-Kids, considero que la lucha contra los “narcos” es, ha sido y seguirá siendo un fracaso en la medida que no entremos en la explicación económica del fenómeno, y que no consideremos la “legalización” como la ruta más eficaz y eficiente para acabar de una vez por todas, de manera pacífica, de bajo costo y de manera “civil”, la guerra que un consumidor como Estados Unidos nos ha endosado como back yard.

De estos Estudios infiero una paradoja: a más guerra contra el narco, más se fortalece esta “industria.”

Y no sólo eso, sino que “culturalmente” son tan exitosos los “narcos” que ahora los tenemos en prime time en mass media a la vista de millones de personas que aprenden que el crimen paga rápido y viene acompañados de las mujeres más bellas del Universo.

¡Vaya lección para nuestras niñas y niños.

Las narco-TVnovelas son hoy las de más alto rating en América Latina “legitimando” a los narcos frente a la población, y presentándolos como los héroes y heroínas de una nueva cultura que se fortalece a sangre, corrupción, sexo, balas y “senos” paradisíacos.

Bienvenidos al poder mediático de los narcos.

A más “criminal” el producto “narco” entonces es “más caro”, y más atractivo para ingresar en el “tráfico”, y más se deberá “repartir” entre los “agentes” del tráfico que incluye al mismo Estado.

Las corridas de toros: ¿Principio del fin?

Las corridas de toros: ¿Principio del fin?

Cartel-corrida Por Alvaro Vargas Llosa

El Instituto Independiente

Washington, DC—Las corridas de toros han sido debatidas durante siglos, y prohibidas por Papas y gobiernos. Incluso Hemingway admitió en “El verano peligroso” que “cualquier cosa capaz de despertar pasiones a favor despertará sin duda pasiones semejantes en contra”.

Pero la decisión del Parlamento de Cataluña de prohibir las corridas de toros a partir de 2012 es la mayor victoria lograda hasta ahora por sus detractores. Fue tomada en una comunidad importante de España, cuna de la lidia, en un momento en el que grupos de presión globales demonizan diversas tradiciones con subterfugios políticamente correctos.

Para los nacionalistas catalanes, la prohibición del toreo es un arma contra España. Vino a remolque de la decisión del Tribunal Constitucional de dejar sin efecto la disposición del Estatuto de Autonomía que define a Cataluña como una “nación”. Conscientes de que las corridas vienen declinando en su comunidad desde hace algún tiempo, los nacionalistas sabían que tenían una oportunidad para disparar una bala perfecta en el corazón de la cultura española.

El argumento moral de los políticos catalanes hubiese sido creíble si la carne y el “foie gras” también hubieran sido prohibidos, y si no hubieran hecho una excepción con el correbous, ritual del sur de Cataluña que consiste en prender fuego a los cuernos de un toro y tirar de su rabo. Nadie podrá acusar de coherencia moral al nacionalismo catalán, cuyos ataques contra las libertades locales son desvergonzados. La mitad de los habitantes de esa región considera al español su lengua materna pero las leyes dictan que la educación primaria sea recibida en catalán y que los comercios presenten rótulos e información en ese idioma.

Los detractores de las corridas tienen todo el derecho de no asistir a una plaza, de vituperarlas desde los medios de comunicación y de manifestarse en su contra. Pero prohibirlo es un acto totalitario. Los españoles en general lo han entendido así. Una encuesta reciente mostró que al 60 por ciento de los ciudadanos no les gustan las corridas, pero el 57 por ciento está en desacuerdo con la prohibición catalana.

Es posible que las corridas de toros dejen de ser una tradición cultural extendida. Las encuestas muestran que a los menores de 35 años no les interesan. Un efecto de la globalización es el ritmo acelerado del mestizaje cultural, por lo que las viejas costumbres tienen más dificultades para atraer a las generaciones más jóvenes, expuestas como están a las influencias internacionales. Pero, ¿tengo acaso derecho, como simpatizante del toreo, a proteger por la fuerza a los jóvenes de las influencias externas para preservar esta tradición cultural, que en su versión moderna se remonta al siglo 18? No tengo más derecho a hacer eso que el que tiene el Parlamento catalán de decretar la extinción de la tradición.

Muchas formas del trato a los animales son crueles. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, 8,600 millones de pollos, 570,000 vacas y toros, 839,000 de cabras y 113,7 millones de cerdos fueron sacrificados en este país el año pasado. El peso total de los bovinos y cerdos sacrificados en Europa en 2008, según la Comisión Europea, fue de 8 millones de toneladas y 22,5 millones de toneladas respectivamente. Cualquiera familiarizado con algunos de los métodos empleados consideraría a las corridas de toros, donde el matador arriesga mucho más que los matarifes, una confrontación menos sangrienta y desigual.

Llevado a su extremo lógico, el argumento contra la lidia privaría a los seres humanos de cualquier alimento relacionado con los animales. Desaparecerían las vacas de pastoreo que degradan los ecosistemas. Dado que la agricultura amenaza la ecología, tendríamos que suprimirla también. Si revocar todo dominio del hombre sobre la naturaleza es lo que los taurófobos desean, que aboguen sin complejos por eso mismo. Es más honesto reconocer el verdadero objetivo que comportarse de la manera hipócrita y falaz en que el Parlamento catalán ha prohibido las corridas a pesar de que apenas el 5 por ciento de los toros de lidia son utilizados en las festividades españolas cada año.

La fiesta española ha preservado toda una raza de ganado en los últimos tres siglos. El toro de lidia probablemente se habría extinguido —como ocurrió con sus ancestros, los urus, en el siglo 17— si no fuera por la cría selectiva y el cuidado con el cual se prepara a estos toros en las dehesas y haciendas españolas y latinoamericanas. ¿Es la protección de animales el nombre apropiado para una campaña que acabaría con toda esta raza?

Un aspecto de la tauromaquia merece ser condenado: los subsidios del gobierno. La Unión Europea y los tres niveles del Estado español gastan unos 500 millones de euros anualmente. ¿Correrían peligro las corridas de toros sin esas subvenciones? Tal vez. Pero esa es una decisión que corresponde a individuos libres. La cultura que vive de los úcases deja de ser cultura.

Alvaro Vargas Llosa es académico senior en el Independent Institute y editor de "Lessons from the Poor".

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