28 marzo, 2011

¿UNA BROMA DE MAL GUSTO, EL PREMIO A CHÁVEZ?
Ricardo Trotti

No salgo de mi asombro y de preguntarme si el premio a Hugo Chávez por su prédica a favor de la libertad de prensa, la comunicación comunitaria y de un montón de justificativos políticos, que le otorgó la Universidad de La Plata en Argentina, es una broma de mal gusto, una tomadura de pelo a todas las víctimas de la represión de la palabra libre o una de esas tonterías de sesgo político para llamar la atención.

Me parece que es un poco de todo. Mi primera reacción, después del asombro, fue pensar en los alumnos de esa universidad, no en aquellos que gustosamente habrán celebrado, que los debe haber, sino en aquellos que comprenden los descalabros que Hugo Chávez ha hecho desde que asumió en 1999, persiguiendo periodistas, insultándolos, agrediéndolos a través de las turbas de camisas coloradas, cerrando 35 emisoras y decenas de periódicos y páginas de internet, abriendo nuevos medios del gobierno para usarlos no como medios públicos sino de propaganda gubernamental, y creando leyes y decretos en contra de la información libre, bloquear el acceso a información pública y limitar, bloquear y filtrar el acceso y contenidos en el internet y las redes sociales.

Si yo fuera alumno de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social estaría muy preocupado y consideraría dejar de estudiar. ¿Por qué? Simplemente porque si la mirada política de la universidad en materia de comunicación y de visión del periodismo y la libertad de prensa es ésta, que garantías tengo de que me ofrecerán una educación imparcial, objetiva, independiente; justamente siendo esos los valores que me deben inculcar como los más importantes de mi formación.

Esto de Chávez me hace acordar a similar premio que recibió Fidel Castro de un colegio de periodista cubano, así como el Premio Internacional a los Derechos Humanos que Muamar al Kadafi le entregó a Hugo Chávez, Evo Morales y Raúl Castro en diferentes oportunidades.

Me preocupa que Florencia Saitout, decana de la Facultad de Periodismo y CS de la Universidad de La Plata crea que en Venezuela hay libertad de prensa. Dijo que para ella es una alegría que Chávez aceptará el premio y que discutirá con los estudiantes. Creo que es bueno que se reúna con los estudiantes, pero de ahí a que el punto de partida sea un reconocimiento a su lucha por la libertad de prensa, huele a hediondo.

El premio Rodolfo Walsh se instituyó en 1997 para estimular la excelencia periodística. Ojalá los estudiantes puedan reevaluar lo que significa excelencia periodística, que más allá de un componente informativo, la profesión tiene una alta carga de responsabilidad sobre la defensa de la libertad de prensa, por lo que obviamente este premio a Chávez termina siendo una flagrante contradicción a los valores de nuestra profesión y de la libertad de expresión.

El espejo empañado

Eduardo Valle
El espejo empañado

¿No recuerda a Arturo Durazo Moreno? Era uno de los mejores amigos de José López Portillo. Cuando éste personaje ocupó la Presidencia de la República se le ocurrió nombrar como jefe de la Policía del Distrito Federal al amigo del alma: "El Negro" Durazo. Desde ahí, "El Negro" y otro personaje siniestro: Francisco Sahagún Vaca (a) "El Vampiro", director entonces de la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia -antes Servicio Secreto- dirigieron las acciones de lo que ahora conocemos como "el crimen organizado". En el DF a nivel de asaltos, robos y secuestros; pero también incursionaban en el tráfico de drogas a nivel nacional, compitiendo con la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial Federal. López Portillo declaró que fue "el último presidente de la Revolución Mexicana"; en realidad fue el primer presidente priista de la narcorrepública. En forma cínica, abierta.

¿No recuerda la masacre en los ochenta de decenas de policías estatales, municipales y algunos federales en Playa Vicente, Veracruz? Los emboscaron en un río y no quedó uno vivo. Iban a cobrar una cuota. Por esos años también ocurrieron otras célebres masacres, como en San Fernando, Tamaulipas a resultas de un pleito entre policías federales por algunas toneladas de cocaína. Esta primera matanza fue a repercutir en Ojo de Agua, Estado de México, donde la familia Quijano Santoyo (varios de ellos policías federales) fueron brutalmente asesinados. Luego el padre de esos hermanos también murió en forma criminal. Cuando trataron de matar al hermano mayor en la calle de Bucareli, el respondió a la emboscada matando a varios integrantes del Grupo Tiburón de Guillermo González Calderoni, iniciando una leyenda urbana, la cual continuó hasta la muerte del exjefe de Intercepción Aérea de la PGR hace unos años en McAllen, Texas. ¿Nada le dicen los nombres de Marcela Bodenstend, Juan García Ábrego y José Córdoba Montoya? Hablamos de los noventa.

Ah, en Reynosa hace menos de unos siete años una poderosa explosión borró hasta los cimientos de una lujosa casa de un funcionario estatal, matando a toda la familia, al blanco principal y a la servidumbre. El gravísimo incidente nunca fue investigado; ni por el Ejército. Al menos no se conoció del mínimo resultado. ¿Y la Sonora Matancera?; sus narcofosas fueron célebres. Docenas y docenas de cuerpos fueron encontrados en pozos veracruzanos. Y si queremos remontarnos un poco más al pasado, Miguel Félix Gallardo el capo de tutti cappi de los ochenta fue escolta de Leopoldo Sánchez Celis, gobernador de Sinaloa, compadrito del inefable profesor Carlos Hank González. Y podríamos seguir ad infinitum pero escribo de memoria y a vuela pluma. ¿Matanzas, narcopolítica, atentados con explosivos? Los tenemos desde hace muchos años. Pero la diferencia es que antes se tapaban y ahora son públicos.

¿Por qué ahora son públicos en forma hasta poco profesional? Porque antes la escala piramidal del poder, la cual comenzaba arriba con el señor presidente, procuraba dejar en la sombra todos estos feos asuntos. Y todos, empezando por los gobernadores, debían disciplinarse. Por supuesto, también la prensa. Luego; porque eran asuntos de narcotraficantes y policías cuyo negocio casi único era transportar drogas a los EUA y eso no le importaba mucho a la población mexicana. Eran asuntos de un acuerdo general de "gomeros" y policías, gente del gobierno. ¿Para qué meterse en honduras? Si se matan que sea entre ellos, mientras no molesten a los civiles. Por si fuera poco, se podían eliminar a personajes muy contaminados pero nunca a altos personajes de la política estatal y menos nacional. Ahora ya matan y secuestran a personajes de la élite gobernante. Y eso duele de veras.

Ya todo cambió: los cárteles agreden a la población con extorsiones, secuestros y asesinatos. Y entre estos se cuentan como víctimas policías, procuradores, gobernadores (casi) electos. Y personajes importantes como Diego Fernández de Cevallos. Y los medios se encuentran en mucha mayor libertad para exponer, de buena o mala forma, lo ocurrido. Los gobernadores o los gobernadores electos resienten presiones directas (asesinan hasta a sus familiares). Y ya no hay estructura piramidal con la cual se pueda buscar un acuerdo; menos cuando las finanzas de los cárteles exigen mucho dinero, hasta mexicano. Sí; el espejo empañado se limpió. Y ahora vemos todos en tiempo real lo que antes se ocultaba. Un trágico avance, pero avance al fin.

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