22 abril, 2011

EE UU advierte del peligro de que la guerra en Libia "entre en punto muerto"

El jefe del Estado Mayor conjunto asegura que los ataques de la coalición han mermado en un 40% la capacidad terrestre del Ejército de Gadafi

REUTERS | Bagdad / Bengasi

El jefe del Estado Mayor conjunto de EE UU, el almirante Mike Mullen, ha advertido este viernes del peligro de que el conflicto en Libia se estanque y entre en "un punto muerto". A esta conclusión ha llegado el responsable militar estadounidense al hacer balance de las operaciones de la coalición, liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos, para proteger a la población libia de la represión de Muamar el Gadafi.

Mullen también ha asegurado que los ataques aéreos de los cazas de la OTAN han destruido entre un 30 y un 40% de las fuerzas terrestres que el régimen de Gadafi emplea para cercar poblaciones como Misrata o Ajdabiya. Pero sigue sin ser suficiente para frenar la ofensiva de Trípoli contra las ciudades sublevadas. "Los ataques continuarán su curso", ha añadido el jefe militar.

Mullen, que ha aterrizado en Bagdad para reunirse con los líderes del Gobierno iraquí y para visitar a las tropas estadounidenses, ha asegurado que existe un consenso internacional sobre la necesidad de que el tirano abandone el poder. "Gadafi debe de irse", ha dicho. Pero, al igual que las autoridades de Reino Unido y Francia, no ha sido capaz de establecer un horizonte temporal concreto para que se produzca su partida. "Todas las acciones llevadas a cabo por los países [de la coalición] van en el sentido de ir apretando el cerco hasta que se vaya. ¿Cuándo se dará Gadafi por enterado? Eso no lo sé", ha dicho Mullen.

Al mismo tiempo, el responsable del Pentagono ha despejado cualquier duda que pudiera tener a estar alturas los mandos militares y políticos en Washington sobre la composición del Gobierno interino rebelde de Bengasi. Según Mullen, ninguno de sus miembros tiene o ha tenido en el pasado vínculos con Al Qaeda, descartando de ese manera la posibilidad de que el terrorismo extremista esté apoyando el alzamiento rebelde contra la dictadura libia. "Esto no significa que en Libia o en otros países del entorno haya líderes de organizaciones terroristas que intenten sacar ventaja de la actual situación", ha matizado Mullen. "Pero estamos alertas al respecto".

McCain visita el bastión rebelde de Bengasi

El senador republicano estadounidense John Mc Cain, que es partidario de una mayor implicación de su país en el conflicto libio, ha visitado este viernes Bengasi, el bastión de los alzados, para reunirse con los líderes rebeldes integrados en el Consejo Nacional interino.

El rival de Obama en las pasadas elecciones presidenciales ha recorrido las calles de Bengasi y ha charlado con varios rebeldes, uno de los cuales le ha cubierto el cuello con un pañuelo rojo, según las imágenes divulgadas por CNN. Un portavoz rebelde ha asegurado que el político estadounidense ha visitado los juzgados de la ciudad, emblema de la revolución al ser el lugar donde los opositores empezaron su cruzada a mediados de febrero.

La oposición siria no da tregua al régimen

La oposición siria no da tregua al régimen

El doble juego del presidente Bachar el Asad de conceder con una mano y reprimir con la otra se agota - Los manifestantes se fortalecen y preparan el empujón final

ENRIC GONZÁLEZ | Beirut

El régimen sirio se dispone a afrontar unas jornadas críticas. Con la revuelta popular extendida a casi todo el país, el presidente Bachar el Asad apura los recursos de un doble juego que hasta ahora no ha funcionado: concede con una mano y reprime con la otra. Pero el juego empieza a agotarse. El Asad no puede ceder más sin acabar con el régimen heredado de su padre, y con su propio poder, y no puede reprimir con más violencia sin provocar una situación catastrófica. Los movimientos de oposición se sienten más fuertes cada día y preparan el empujón final. Las manifestaciones convocadas para este fin de semana se prevén masivas.

Se legalizan las protestas pacíficas, pero no se autorizará ninguna

La disidencia interpreta los gestos de apertura como señales de debilidad

El Ejército sirio se ha desplegado esta madrugada en la ciudad de Homs, ubicada 165 kilómetros al norte de Damasco, donde hoy podrían producirse nuevas manifestaciones antigubernamentales tras la hora del rezo, como ha ocurrido en las últimas cinco semanas. Grupos de cinco soldados patrullan a pie las calles de laciudad, donde también están presentes otras fuerzas de seguridad, uniformadas con ropas de camuflaje, según han indicado dos residentes a las agencias internacionales.

Viernes, sábado y domingo se consideran jornadas decisivas en el país árabe. Los propios organizadores de las manifestaciones de mañana afirman esperar nuevos tiroteos y nuevas víctimas mortales, cuyos funerales estan destinados a convertirse a su vez en actos de protesta pueden llegar a enlazar con nuevas manifestaciones el domingo, el día más favorable a la movilización de la minoría cristiana.

Con este fin de semana en perspectiva, Bachar el Asad volvió a esgrimir el jueves el palo y la zanahoria. La zanahoria fue la supresión por vía de urgencia del estado de excepción, vigente desde 1963. El presidente prefirió no esperar al trámite parlamentario (un trámite en el más estricto sentido, ya que él mismo designa a los miembros de la Asamblea), que habría alargado los plazos varias semanas, y firmó un decreto que abolió los poderes excepcionales del Estado y los tribunales políticos. Por el mismo decreto, según el Gobierno, quedaron legalizadas las "manifestaciones pacíficas", aunque el Ministerio del Interior proclamó el lunes que la anunciada supresión de las leyes excepcionales suponía tal democratización que no había ya justificación para ulteriores protestas callejeras y, por tanto, no serían toleradas.

El gesto presidencial habría tenido un impacto notable un mes atrás. Ahora, sin embargo, no se interpretaba como un esfuerzo por reformar el régimen y aligerar el peso de la dictadura, sino como una señal de pánico. Haitham el Maleh, un activista encarcelado en numerosas ocasiones y uno de los organizadores de las manifestaciones contra el absolutismo, declaró que la supresión del estado de excepción y del Tribunal de Seguridad del Estado no servía de nada mientras no existiera un sistema judicial mínimamente independiente y los poderes de la policía siguieran siendo ilimitados.

"El estado de excepción no ha sido levantado, ha caído como resultado de las manifestaciones y de la sangre de los mártires que clamaron por la libertad de Siria", declaró Suhair Atassi, otro activista, a través de Twitter.

Otra de las concesiones de Bachar el Asad fue la destitución del gobernador de Homs, responsable directo de las matanzas de los últimos días, y su sustitución por Ghassan Abdul Al, un hombre menos despreciado por la ciudadanía.

Junto a la zanahoria, el palo: el Ejército y la policía tomaron Homs, la tercera ciudad del país, convertida en una población cerrada desde que, hace una semana, se desplazó hacia ella el epicentro de la revuelta. Al menos 12 personas murieron entre el sábado y el domingo y otras 21 el lunes y el martes, según testigos locales citados por Reuters. Junto a las fuerzas de seguridad se desplegaron en Homs las temidas bandas de los shabiha, pistoleros al servicio del régimen que se infiltran en las protestas pacíficas para inducirlas a la violencia y, en ciertos casos, para identificar a los cabecillas y matarlos. Los shabiha son mayoritariamente alauíes, la secta minoritaria chií a la que pertenece el propio Bachar el Asad y que constituye la élite del régimen.

La oposición atribuye a los shabiha las matanzas que, según el Gobierno, cometen misteriosas bandas armadas de extremistas islámicos. Los manifestantes interpretan que el Gobierno utiliza a los shabiha para crear un caos que justifique la represión a sangre y fuego y para asustar a los ciudadanos que desean reformas, pero no una guerra civil. Los shabiha, que apostan francotiradores en las azoteas, son los primeros en disparar contra la multitud. Después de ellos intervienen militares y policías, que siguen disparando contra la multitud con la excusa de que alguien dispara desde las azoteas.

La situación en el país sigue siendo muy confusa y parcialmente desconocida, por la ausencia de prensa extranjera y la severa censura sobre la prensa local. La televisión siria emite continuamente reportajes que muestran una completa normalidad en las principales ciudades. Las únicas imágenes de la revuelta son captadas por los teléfonos móviles de los propios manifestantes y solo circulan por Internet, un servicio novedoso en Siria (lo autorizó el propio Bachar el Asad hace un par de años, como muestra de reformismo y modernización) del que solo hace uso un 20% de la población.

Presión internacional sobre Asad

Presión internacional sobre Asad tras la jornada más sangrienta en Siria

Un niño ha fallecido en Izraa AVISO: imágenes sensibles. | YouTube

Manifestantes asesinados en Douma, según la foto de un ciudadano. | AP
  • El 'Gran Viernes' deja al menos 80 muertos y centenares de heridos
  • Las fuerzas de seguridad han disparado munición real contra los manifestantes
  • Londres: 'La ley de emergencia debe levantarse en la práctica, no sólo de palabra'
  • París pide a Damasco que 'renuncie al uso de la violencia contra sus ciudadanos'
  • 'Deploramos el uso de la violencia, estamos muy preocupados', advierte Washington

Agencias | Damasco | Washington | Londres

"Extremadamente preocupados". Así se han mostrado este viernes EEUU, Francia y Reino Unido después de que el 'Gran Viernes' en Siria -la mayor manifestación convocada contra el régimen de Bashar Assad- se haya convertido en la jornada más sangrienta desde que comenzaron las protestas contra el régimen, con al menos 80 manifestantes muertos a manos de las fuerzas de seguridad de Asad, según Al Arabiya.

Decenas de miles de personas tomaron este viernes las calles de ciudades por toda Siria, pidiendo la "caída del régimen". Las multitudinarias protestas reflejan el endurecimiento de sus demandas, que inicialmente se centraban en reformas y grandes libertades. La protesta siria ha llegado ahora a un punto de no retorno: los manifestantes consideran insuficiente y engañosa la derogación del estado de emergencia, anunciada este mismo jueves.

La protesta se tiñó sin embargo de sangre. Las fuerzas de seguridad han disparado munición real y gases lacrimógenos contra los manifestantes, dejando decenas de muertos y heridos. "Las fuerzas de seguridad sirias han cometido masacres en varias ciudades y regiones, dejando hasta ahora más de 70 muertos y centenares de heridos", ha anunciado el Comité sirio de defensa de los derechos humanos, con base en Londres, en un comunicado.

'Deploramos el uso de la violencia'

La Casa Blanca ha pedido este viernes "al gobierno sirio que deje de recurrir a la violencia". "Deploramos el uso de la violencia, estamos muy preocupados por las informaciones que vienen de Siria", dijo a los periodistas el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney. "Seguimos muy de cerca" la situación en Siria, dijo Carney a bordo del Air Force One, que trasladaba al presidente estadounidense tras su visita a la Costa Oeste.

También el secretario de Exteriores británico, William Hague, se ha mostrado "extremadamente preocupado" por las informaciones de las muertes y heridos en toda Siria y pidió contención a las autoridades sirias.

"Condeno la inaceptable muerte de manifestantes por las fuerzas de seguridad sirias. Pido a las fuerzas de seguridad que den prueba de contención antes de reprimir y a las autoridades sirias que respeten el derecho de su pueblo a manifestarse pacíficamente", insta el jefe de la diplomacia británica en un comunicado.

"Las reformas políticas deberían seguir adelante y ponerse en marcha sin retraso. La ley de emergencia debe levantarse en la práctica, no sólo de palabra", dijo Hague, según declaraciones recogidas por la BBC.

Por su parte, París -que administró la zona desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta que Siria obtuvo la independencia en 1946- pidió a las autoridades que "renuncien al uso de la violencia contra sus ciudadanos" y pongan en marcha las reformas, según una nota del ministerio de Asuntos Exteriores, emitida a última hora del viernes.

Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, ha considerado "inaceptable" la "represión violenta de manifestaciones pacíficas en toda Siria". "La sangre debe dejar de correr ahora mismo (...). El régimen sirio debe reconocer que los tiempos cambian y salir al encuentro de las aspiraciones legítimas de su propio pueblo", ha asegurado.

La mayor protesta

En Siria estaba convocado hoy el Gran Viernes, un calificativo con connotaciones religiosas y políticas, porque así se llama al Viernes Santo en comunidades cristianas de Oriente Medio y porque la oposición quería que la de hoy fuera la protesta más numerosa.

Ya desde la mañana la capital, Damasco, y otras ciudades del país estaban custodiadas por un impresionante dispositivo de seguridad a cargo de la policía y del Ejército que no se veía en mucho tiempo en este país. Los accesos a Damasco estaban cerrados y el transporte a varias áreas de la capital quedó prohibido, según vecinos contactados por Efe y fuentes de la oposición.

Una situación parecida se vivía en la ciudad central de Homs y en la sureña de Deraa, localidades en las que se registró el mayor número de víctimas por las protestas de las últimas semanas.

Las manifestaciones comenzaron después de las oraciones del mediodía de este viernes, la celebración religiosa semanal más importante para los musulmanes.

Imágenes reproducidas por las cadenas árabes de televisión, algunas de ellas difundidas por internet por activistas de la oposición, mostraban multitudes que desfilaban pacíficamente por distintas ciudades del país, a pesar del fuerte dispositivo de seguridad.

Según el activista de derechos humanos Haizam Maleh, una de las figuras de la oposición más respetadas del país, las víctimas perecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad y de "grupos de matones" (los temidos Shabiha) que atacaron a los manifestantes, una forma de represión que ha sido frecuente durante las protestas políticas de este país.

Entre las áreas donde se han producido disturbios se encuentran las localidades de la periferia capitalina de Douma, Harasta, Tel y Maadamía, así como en las ciudades de Deraa, Izraa, Hama, Homs y Hauran.

Vecinos de distintas localidades sirias y fuentes médicas consultadas por cadenas árabes se quejaron de que la represión se extendió a algunos centros sanitarios, que fueron rodeados por efectivos de seguridad para que no pudieran llegar allí los heridos.

"Las manifestaciones siguen aumentando y el régimen es incapaz de hallar una solución, por lo que debe irse", agregó Maleh.

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