07 abril, 2011

La ley, vulgar moneda de cambio

La ley, vulgar moneda de cambio

¿Por qué pareciera que a nadie de la llamada izquierda, del PRI o del PAN les importa que Encinas será un candidato, no sólo ilegal, sino ilegítimo?

Ricardo Alemán

Distintas fuentes enteradas de los intríngulis de la llamada izquierda mexicana dicen que es cuestión de días para que los tres membretes de esa tendencia política —las empresas familiares PT y Convergencia, además del PRD— anuncien la buena nueva: Alejandro Encinas será ungido como candidato del trípode dizque izquierdista.

Sin duda que se trata de una buena noticia para Encinas, para la dupla Marcelo Ebrard y Manuel Camacho; para Los Chuchos y acaso también para Andrés Manuel López Obrador. Es probable que se trate de una buena noticia para los simpatizantes de la izquierda en el Estado de México y, por supuesto, se trata de una noticia suculenta para el PRI de Enrique Peña Nieto, ya que se confirma que en las tierras mexiquenses no habrá alianza PAN-PRD.

Sí, de confirmarse que en torno a la candidatura de Alejandro Encinas gravitarán los partidos PRD, PT y Convergencia, serán muchos los políticos felices. Sin embargo, pocos se han percatado de que la infelicidad, la burla, la ofensa y el agravio podrían apoderarse de la mayoría de los votantes de esa entidad. ¿Por qué? Elemental, porque todos los estudios serios sobre la legalidad de la candidatura de Alejandro Encinas confirman que no cumple con los requisitos y que, por tanto, su candidatura será ilegal.

¿Por qué entonces la “cachaza” del propio Alejandro Encinas? ¿Por qué la seguridad de Marcelo Ebrard y Manuel Camacho? ¿Por qué pareciera que a nadie de la llamada izquierda, del PRI o del PAN les importa que Alejandro Encinas será un candidato, no sólo ilegal, sino ilegítimo? La respuesta a esas interrogantes la saben todos.

A nadie de la clase política le importa que Alejandro Encinas sea un candidato ilegal para el gobierno mexiquense, porque todos saben que, en el México de la democracia, la alternancia, la transición, el México de las reglas electorales infalibles, la ley —y sobre todo la electoral— es moneda de cambio: se negocia.

Más aún, en el Estado de México crece la especie de que —al contrario de la infamia esparcida por AMLO de que Calderón le ofreció a Encinas la candidatura mexiquense— en los sótanos del poder y la política se habría establecido un pacto entre el priismo y todo el bloque de izquierda para “dejar pasar” la candidatura de Encinas, siempre y cuando no sea parte de una alianza PAN-PRD. ¿Y qué quiere decir dejar pasar?

En rigor, significa eso mismo que dijimos antes —y todos lo saben—: que la ley electoral es una vulgar moneda de cambio. Y para los puristas que tienen dudas, dos ejemplos son verdaderas joyas de la inmoralidad electoral. ¿Por qué creen los electores de todo el país —los ciudadanos que con sus impuestos pagan los miles de millones de pesos que cuesta esa suerte de elefante blanco que es el IFE— que los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados no han aprobado las vacantes de consejeros del IFE?

Por eso, porque negociaron la ley electoral. Todos saben que los legisladores están en falta, que se trata de una flagrante violación constitucional, pero todos hacen como que la virgen les habla y nadie dice nada y, por supuesto, ni resuelve. ¿Si son capaces de romper la confianza, la credibilidad, la legalidad y la seriedad del IFE, qué no harán para negociar la peccata minuta de Alejandro Encinas: su ilegal candidatura a gobernador mexiquense?

El segundo ejemplo está a la vista de todos, y es una joya histórica sobre la burla a la legislación electoral. Como se recuerda, en 1999, AMLO no cumplió los requisitos para ser jefe de Gobierno del Distrito Federal. ¿Pero, qué creen? Pues sí, que ese preclaro ejemplo de la honestidad valiente negoció con su aliado, Ernesto Zedillo, la ley. ¿Y eso qué? Pues que por “amable sugerencia” del gran poder —y por arte de magia, claro— se le dio el aval al tabasqueño. Sí, AMLO fue el primer jefe de Gobierno espurio e ilegítimo.

¿Qué nos van a decir ahora los tramposos jefes, líderes y candidatos del PRD, PT y Convergencia, ante la ilegal candidatura de Encinas al gobierno mexiquense? ¿Qué van a decir Enrique Peña, el PRI de Moreira y esos apóstoles de la democracia y la legalidad que son los señores del PAN? Es probable que todos se hagan de la vista gorda, que seamos testigos de otra vulgar negociación de la ley.

EN EL CAMINO

¿Qué después de la marcha? Lo mismo que luego de un buen libro, que después de escuchar una cátedra, que aprender una experiencia callejera… sigue el reforzamiento de la cultura social de la gente cuya voz, tarde o temprano, será escuchada.

No hay comentarios.: