15 abril, 2011

PRI y reformas: miedo a moverse

Jorge Fernández Menéndez

La decisión del PRI de ni siquiera debatir la iniciativa de reforma laboral que el propio PRI propuso en la Cámara de Diputados confirmó, primero, que los partidos han terminado haciendo depender todo de sus agendas electorales de corto plazo y, segundo, que la parálisis legislativa llegó para quedarse: no habrá ya nada importante que pueda salir del Congreso hasta 2012, salvo, quizá, la reforma política, que no es de interés de la ciudadanía sino sólo de los partidos.

Todos sabemos lo imprescindible de una reforma laboral en el país. Simplemente, el altísimo porcentaje de jóvenes que no encuentran trabajo (o de adultos que no pueden recuperarlo) debería ser un acicate para que los partidos avancen sobre ella. Tan clara es esa necesidad que tanto el PAN como el PRI presentaron sus propuestas y hasta en el perredismo existía conciencia de que esa reforma era imprescindible. Pero una más de las consecuencias del triunfo de López Obrador en la lucha interna del PRD ha sido un endurecimiento del discurso de ese partido en el Congreso y, como en una onda expansiva, un repentino temor del priismo de que, impulsando la reforma laboral, se perdieran votos en el Estado de México.

Los dirigentes sindicales del PRI, que no son precisamente los más afectados por esa reforma, ya que no se tocan, como lo afirmó Javier Lozano, “ni con el pétalo de una rosa”, sus intereses, aprovecharon la oportunidad para impedir cualquier movimiento en la legislación, convencidos de que más temprano o más tarde tendrá que haber reformas que sí toquen su actual e inaceptable estatus. Cuanto más se demore cualquier cambio, más privilegios conservan.

El PRI decidió romper los acuerdos previos, no impulsar su iniciativa de ley y ésta terminó siendo firmada, en un acto quizá teatral, pero efectivo, por un centenar de diputados panistas, para dejar en claro que el rechazo del PRI sólo era atribuible a ese partido.

El PRI se equivoca: puede ganar elecciones, pero tiene que generar expectativas reales de cambio y eso sólo lo podrá lograr, como lo ha dicho Manlio Fabio Beltrones, demostrando para qué quiere regresar al poder.

No avanzar en la reforma laboral para no perder hipotéticos votos en las próximas elecciones locales, parece un sinsentido, primero, porque se apuesta tan en el corto plazo que se olvida que, si esa reforma se echa a andar, se podrán recoger frutos en 2012; segundo, porque se le da a la posibilidad desestabilizadora del PRD radical un peso que evidentemente no tiene; tercero, porque se denota una subordinación a un grupo de dirigentes sindicales que, salvo muy contadas excepciones, tienen mucho dinero, pero cada vez menos peso social e influencia política (ninguno en ese ámbito es más poderoso que Elba Esther Gordillo y, en el tema de la reforma laboral, el magisterio no estaba involucrado en lo más mínimo, el temor fue por los líderes cetemistas que no pasan precisamente por su mejor momento).

El PRI debe mostrar mayor audacia en estos temas y no jugar como un equipo de segunda división, a la defensiva y con todos sus jugadores atrás, para conservar una ventaja que es real, pero que, como todo, se puede perder si persiste el inmovilismo.

El caso del PRD y sus aliados se ha convertido en patético en estos temas. Pareciera que en el Congreso se ha vuelto a aquello del partido del no. Que una vez más la figura de Gerardo Fernández Noroña se convierta en el portavoz de esa corriente política demuestra la mezquindad de la propuesta. Que la diputada Augusta Díaz de Rivera haya logrado exhibir con tanto donaire la patanería del diputado del PT confirma hasta qué grado la gente está harta del tipo de política que representan esos personajes.

En el PAN, todo el tema de la reforma política ligado, como lo está, a las provocaciones del SME, ha dejado a dos de los precandidatos blanquiazules con mucha mayor visibilidad: por una parte, Josefina Vázquez Mota, que aprovechó muy bien el paso atrás del priismo y se sigue consolidando en su operación hacia 2012 y, por la otra, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien sigue demostrando que es, dentro del gabinete, prácticamente el único que realmente está dispuesto a dar la pelea, literalmente, por sus propuestas y también por su candidatura (que haya sido él y no el presidente del PAN, Gustavo Madero, el que dé el debate al presidente del PRI, Humberto Moreira, no es un dato menor).

En tiempos como los actuales, con mares tan turbulentos, simplemente tratar de flotar a ver hacia dónde nos lleva la corriente nunca ha sido una buena recomendación.

Chunga en el Senado

Chunga en el Senado

José Cárdenas

Chunga s. f. fam. Burla, guasa, cachondeo, pitorreo.

¿Por qué debió ser diferente? Los tropiezos al inaugurar la sede del Senado reflejan a nuestra clase política y nuestra idiosincrasia, producto de un lamentable modo de ser, entender, reaccionar y vivir. Somos lo que comemos y tenemos lo que merecemos, me decía Paco Ignacio Taibo. Podríamos ser campeones en cultivar y padecer vicios ocultos. ¿Por qué la vida pública no tendría que ser al ahi se va? La imprecisión, en política, no respeta edad, sexo, profesión o condición.

La sede funcionó como un changarro de El Charifas: “Mire usté —nos dice el maistro—, llévese su carro así. Úselo para que los frenos se asienten. Es que están nuevos y por eso fallan”. Y se lo creemos, por descuidados: nos rifamos la vida, porque todo puede funcionar mal, antes de asentarse.

El virus de los aztecas es contagioso. La española empresa de seguridad Indra, por 455 mil pesos, sacó huellas dactilares y, por 260 mil, del iris de los legisladores, pero los lectores no leyeron. Ya servirán, como lo demás, cuando se asienten.

Los senadores terminaron el miércoles sin aprobar ni una iniciativa, votando a mano alzada. Como en 1970. Pasaron del iris al irigote, pero como los frenos, los lectores ya se asentarán. Y si no, ni modo. Se trata de que trabajen, cuando lo hagan, moviendo un dedo para entrar a zonas exclusivas, pasar lista, votar y consultar dudas en touch screens.

Y la seguridad ha de ser notable. Activistas de Greenpeace la calaron. Entraron tres días antes y de la azotea colgaron una manta amarilla de 100 m2 con la leyenda: “¿Nuclear? No Gracias”.

Otra española, Sutega, instaló equipos por 170 millones en el salón de plenos, los de juntas, el auditorio y en los lounges para el snack (pues los padres de la patria a veces descansan y botanean).

¿Listo para un párrafo de poesía pura, ofensivo para la modestia republicana?: “El equipamiento destaca por los máximos niveles de calidad y diseño, incluyendo piezas clásicas del mobiliario contemporáneo del siglo XX, como la Silla Barcelona, de Ludwig Mies van der Rohe, la Silla Panton, de Verner Panton, La Silla Eames de la Bauhaus y LC2 de Le Corbusier”.

En el parque jurásico del priato, la solemnidad era un atributo para representar a la república. Cuidar las formas supuestamente ayudaba a la sobriedad y la firmeza para sostener instituciones y leyes ante enormes desigualdades e injusticias. Hoy eso ha de resultar una molestia demodé.

Quizá no ha cambiado mucho en otros aspectos: abundantes discursos con denso y solemne hipoclorito de sodio, una lejía oratoria, oxidante y económica, que todo lo deja blanquito. De entonces, si acaso, perduran los trajes oscuros, siempre del gusto preferente entre los émulos de Belisario Domínguez.

Los ciudadanos de a pie estamos cambiando. Los legisladores quisieran que los periodistas los percibiéramos siempre debatiendo en bien de la patria y, por ahora, debemos aplaudir que fueron genios del humor involuntario. De la chunga, pues.

MONJE LOCO. La mole que nos costó 2 mil 300 millones la proyectó el yucateco Javier Muñoz Menéndez. Cobraba menos que el maestro Teodoro González de León, me dijeron. Y, más irreverencias: ¿qué pasará con el mobiliario de la Torre Caballito?, ¿una venta de garage? Sería un éxito. ¿Por qué no bajo la bóveda del Monumento a la Revolución? Digo… Yo no’más digo… Y viene la Semana Mayor. Así que cierro el changarro. Cada quien a lo suyo. El Monje Loco, también. Nos leemos el lunes 25. Mientras, descansen.

Reúne Pedro Ferriz cuatro millones de firmas

Reúne Pedro Ferriz cuatro millones de firmas en contra de los pluris

El periodista de Grupo Imagen dice que es el sentir de los ciudadanos; en enero de 2010, inició una campaña para eliminarlos

Alejandro Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de abril.- El periodista Pedro Ferriz de Con entregó a la Cámara de Diputados cuatro millones de firmas ciudadanas que reprueban la existencia de los legisladores plurinominales.

El titular de la Primera Emisión de Imagen Informativa, de Grupo Imagen Multimedia, leyó a Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de San Lázaro, el sentir social sobre el Poder Legislativo. Dijo que urge la posibilidad de que “ustedes sean reelectos”.

En enero de 2010, Ferriz de Con inició una campaña para eliminar a los legisladores plurinominales del Congreso. A través de su noticiario de radio en 90.5 FM, uno de los más escuchados en todo el país, empezó la colecta de firmas electrónicas y se propuso que en caso de tener respuesta llevaría al Congreso la demanda ciudadana.

Por eso, ayer por la mañana acudió a la Cámara de Diputados y argumentó que cada firma cuenta con el número de folio de la credencial de elector.

El comunicador tomó el liderazgo de un sector de la sociedad que reprueba la sobrerrepresentación legislativa y durante más de un año en su espacio informativo convocó a sumarse al “esfuerzo democrático para deshacerse de los más de 200 diputados y 64 senadores” que le cuestan recursos públicos al Estado.

El lema utilizado durante su campaña fue: “No quiero que haya legisladores plurinominales en México”. Los simpatizantes respondían poniendo su nombre completo, luego su número de credencial de elector.

La información fue confidencial y está salvaguardada, ya que el único poder que puede descifrar ese código y eso sólo para saber si la credencial es válida es el IFE.

“No queremos ya más diputados y senadores escogidos por sus propios partidos y no por la sociedad. En cambio, urge la posibilidad de su reelección. Aquellos que por su compromiso y resultados puedan y deban seguir en la labor legislativa. Si en otro tiempo se incrementó el tamaño del Congreso para dar espacio a corrientes políticas que no tenían acceso por la vía del voto, hoy ese tiempo está rebasado y la sociedad dispuesta a reconocerlas, adoptarlas o rechazarlas”, aseguró el periodista Ferriz de Con.

Ante el presidente de la Cámara, quien además estuvo acompañado de los vicepresidentes de San Lázaro Amador Monroy, Francisco Javier Salazar, y el secretario Balfre Vargas, del PRI, PAN y PRD, respectivamente, agregó: “La libre iniciativa de cuatro millones de infatigables e inquietos radioescuchas y sin incluir al resto de los auditorios que desean tener que ver con el arribo de ustedes al poder y al fuero. Cuatro millones que se dieron un espacio para opinar como ciudadanos responsables, sabedores que la democracia se ejerce todos los días, conscientes de que no hay poder en México que pueda ignorar a la sociedad”.

Ramírez Marín aclaró que ahora corresponde a los legisladores que estas iniciativas pasen a la Cámara de Diputados, para analizar.

“No podemos determinar, no es función de la Mesa Directiva, si esta renovación será con menos o más diputados. Los diputados, sin lugar a dudas, la tomarán en cuenta”, destacó.

Refirió que el proceso de representación en México, que está más que nunca sujeta al escrutinio de la sociedad, ha dejado de satisfacer a la sociedad en su forma pura.

“Lo que ponderamos es que un medio de comunicación haya decidido darse a la tarea de emprender una campaña cívica, que quizá no compartamos en todos sus matices y no estemos de acuerdo con todas sus facetas, no cabe duda que significa la ocasión de despertar a la sociedad sobre los temas que tienen que ocuparse definitivamente; su gobierno y cómo gobierna a la sociedad que lo escogió. Entre ellos estamos nosotros, los diputados, que somos parte del Poder Legislativo”, reconoció Ramírez Marín.

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