18 mayo, 2011

EL CAPITALISTA DEL CENCERRO.

EL CAPITALISTA DEL CENCERRO.
Por Ricardo Valenzuela.*

Hace unos meses mi buen amigo, Oscar el Chapo Romo, nos invitaba uno de esos deliciosos desayunos en los que, mostrando sus dotes de gran anfitrión y, sobre todo, con la habilidad organizativa de su esposa María Emma, hacen del evento algo digno de recordar. Pero en esta ocasión era ofrecido para un par de amigos norteamericanos visitando en la ciudad en plan de negocios y, una admirable pareja de grandes libertarios.

El Chapo nos atendía en su comedor de un segundo piso en un día maravilloso en el cual, el clima se lucía ofreciendo lo mejor de su repertorio y con el ventanal abierto, nos hacia gozar de la agradable brisa que a esa hora envolvía la ciudad. Estábamos ya dando cuenta del café de talega, cuando nos estremece el sonido de un cencerro que parecía invitar a una revuelta, el cual era precedido por un gutural grito de: “tortillas calientitas y recién hechas.”

Nuestros amigos con extrañeza nos preguntan; ¿Qué es eso? Cuando el Chapo les expone el que se trata de alguien luchando por ganarse la vida mediante esa fórmula de servir a un segmento del mercado, excitados expresan su deseo de ver a este creativo empresario en acción. De inmediato bajábamos las escaleras y voalá; don Ángel aparecía ante nuestra vista en su pequeño vehículo armado con una gran creatividad. Una moto a la cual se le había acondicionado una pequeña caja trasera para almacenar el producto.

Don Ángel al vernos nos aborda para ofrecernos sus sabrosas tortillas. Nuestros amigos luego de llevar a cabo la negociación, adquieren una importante cantidad de ellas ante el júbilo del empresario y se inicia un interesante diálogo. Ante la infinidad de preguntas de nuestros invitados, este hombre nos explica el que después de haber sido despedido de una empresa, decidió emprender su negocio iniciando con unos cuantos pesos, la ayuda de su esposa, la gran manufacturera, sólo una canasta para cargar su preciado producto y lo más importante, la seguridad de que iba a ser exitoso.

En unos meses el negocio empezó a prosperar y de la canasta, pasaba a una carretilla que jalaba manualmente. Nos explicaba que sus ventas crecían de forma exponencial e igual sus beneficios, por lo que tuvo que llevar a cabo la adquisición de la moto y acondicionarla. A este paso, nos decía don Ángel, para fines de año ya me puedo comprar un pick up usado para servir a otras partes de la ciudad. Le preguntan nuestros amigos americanos: ¿Cómo te va en relación a lo que ganabas como empleado? El hombre sonríe y responde; no hay comparación, gano casi tres veces más, y sobre todo, no tengo jefe y si futuro.

Las tortillas estaban tan sabrosas que le doy la dirección de casa de mis padres para que también nos surta. Cuando escucha Colonia Pitic, se le ilumina la cara y me revira; “mañana estoy por ahí, ese si es un buen mercado, es donde viven todos los ricos.” Se retira luego de consumar la transacción y el resto del desayuno se convierte en una discusión del espíritu empresarial de este hombre ante lo cual, nuestros invitados se mostraban conmovidos al atestiguar la lucha de un hombre con ganas no sólo de sobrevivir, sino prosperar en medio de una selva de promesas incumplidas de parte de los salvadores de la patria.

Al día siguiente de nuevo me estremece el ruido del cencerro, pero ahora en casa de mis padres. Salgo para encontrarme a un sonriente don Ángel quien me dice; “oiga, que buena idea, ya casi vendo todo el inventario nomás en esta colonia.” Me da tanto gusto que le digo: Oye Ángel, pasa a tomar un café conmigo Me mira algo extrañado pero me lo acepta. Minutos después nos empujábamos uno de esos cafés de talega y conversábamos. Luego de interrogarme con una gran curiosidad y al saber de mis antecedentes como banquero, me acribilla de preguntas de cómo proyectar su negocio.

Después de la cafeteada el hombre se retira con lo que me pareció un mapa de cómo llevar su aventura a una nueva dimensión. Meses después regreso a Hermosillo y don Ángel al ver mi carro estacionado, presto toca la puerta preguntando por mí. Que tal Ángel, lo saludo; ¿Cómo te ha ido? Se le llena la cara con una gran sonrisa y me revira: “no me va a creer, pero ya compré otro pick up, mi negocio se ha doblado y ahora también vendo quesos.” Hombre, que bien le respondo, pero pásale al café. Me vuelve a fusilar con cantidad de preguntas de cómo darle avenida a su ya importante empresa. Nos despedimos luego de nuestro intercambio y pienso, que gran ejemplo.

La semana pasada regreso a mi ciudad natal para encontrarme con la novedad de la ausencia de Ángel y la falta de inventario de tortillas en casa de mis padres. Qué raro pienso, si no aparece mañana lo procuro. Al día siguiente me doy a la tarea de localizarlo. Después de hacerle un poco al detective, finalmente me paraba ante la puerta de la casa de don Ángel y oprimo el timbre. Me abre una mujer de edad madura que de inmediato identifico como la esposa: Buenos días saludo, soy Ricardo Valenzuela y busco a don Ángel.

Veo cierto rictus en su cara cuando me dice: Hay señor Valenzuela, que gusto conocerlo, Ángel siempre me hablaba de usted. Hablaba pienso; ¿Qué se habrá muerto? Como lo traigo perdido vengo a saludarlo, le reviro. En eso se le llenan los ojos de lágrimas cuando me dice; pase por favor y me dirige a una bella salita. Luego de servirme el delicioso café de talega inicia su relato. No sabe por las que hemos pasado. Yo ya desesperado le pregunto; pero ¿Qué es lo que ha sucedido? La señora irrumpe en llanto e inicia. Usted sabe lo que batalló Ángel para formar su negocio ¿no?.

Claro, le respondo. Pues mire, nos estaba yendo tan bien, que Ángel decidió abrir una pequeña tienda para desde ella controlar los cuatro vehículos que ya teníamos trabajando y contrató tres gentes para que lo ayudaran. Antes de la semana, comenzó un desfile de gentes del gobierno exigiendo no sé cuantos permisos, licencias, informes, reportes, pidiendo revisar nuestra contabilidad—la que no sabíamos siquiera que existía. Luego nos mandaron algo que le dicen auditoria. Para no hacerle el cuento largo, nos salieron con que le debíamos al gobierno no sé cuantos miles de pesos, nos quitaron los pick ups y dizque porque no teníamos no se qué permiso, éramos ilegales, nos cerraron el negocio.

No podía creer lo que escuchaba y pregunto; ¿y Ángel? Mire señor, me revira, quedó tan harto que se fue a trabajar a los EU.

El Instituto Libertad y Democracia, para averiguar el costo de esa legalidad, realizó en México un experimento. Fraguó una empresa siguiendo toda la tramitación exigida por el Estado. El trámite le demoró más de un año y debió pagar mordidas por más de 1.200 dólares. Ese mismo trámite tomaba en el Estado norteamericano de Florida, apenas cuatro horas y un costo insignificante.

Cuando la burocracia estatal paraliza las energías creativas del ciudadano y, se dedica a esquilmar a la sociedad civil, están asesinando lo más sagrado e importante de una nación. Esa seguridad que mostraba don Ángel de poder ser exitoso en su muy especial empeño.

Cobrones

Cobrones

Una empresa de cobranzas en Guadalajara tuvo la osadía de llamarse Acosa, y en la ventilación de un juicio multimillonario se hicieron acusaciones de falsificación de firmas

Conforme aumenta la cartera vencida en los bancos crece también el acoso a los deudores. Algunas instituciones de intermediación financiera entregan sus cuentas por cobrar a despachos especializados que podrían realizar una función jurídica legítima en los términos de ley pero prefieren hostigar con amagos de cárcel a quienes se han retrasado en sus pagos.

El colmo ocurre cuando los telefonemas amenazantes se dirigen a quienes disponen de una línea que antes estuvo asignada a un moroso. Ante los reclamos de quienes resultan acosados por los inquisitoriales cobradores -cobrones los llama el habla popular con evidente segunda intención- y nada deben, aunque sí temen, se ha instituido un procedimiento en que absurdamente la carga de la prueba recae en alguien ajeno al crédito insoluto. Conforme a una circular de la Asociación de Banqueros de México, las personas en ese caso tienen que identificarse sin lugar a dudas como distintas de las señaladas como deudoras.

Con motivo de un litigio entre empresarios tapatíos ha salido a relucir el nombre de una empresa dedicada a la cobranza que tuvo la audacia y la sinceridad de ostentar una sigla que denotaba el modo en que practica su función. La Administradora de Cartera de Occidente, SA de CV se hace llamar Acosa, y en efecto ha practicado ese verbo con deudores relevantes. Es un hecho peculiar que Acosa fuera una subsidiaria del Grupo Simec, SA de CV, un conjunto de empresas dedicadas a la siderurgia. Como principal productor de acero estructural no plano en México, el Grupo Simec se ha expandido desde que nació en 1969 como Compañía Siderúrgica de Guadalajara. Hoy tiene plantas en esa ciudad, así como en Mexicali, Apizaco y Cholula. Recientemente adquirió una firma norteamericana, Republic Engineered Products, con plantas en Ohio, Nueva York e Indiana, en Estados Unidos, y en Ontario, Canadá.

No me queda claro si el Grupo Simec adquirió del IPAB la firma Acosa, o la constituyó para adquirir de ese instituto un lote de deudas entre las que se encontraban las que habían afectado al grupo NKS, una firma acerera japonesa establecida en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Simec quería apoderarse de NKS por la vía de sus adeudos, operación que por causas ajenas a su voluntad no se realizó.

Según su propia declaración, Acosa halló en el lote adquirido al IPAB 53 pagarés de empresas de la familia Covarrubias Valenzuela, compuesta por Juan Arturo, Ricardo y José Luis, documentos avalados por ellos en lo personal. El monto de esos documentos ascendía a 240 millones de dólares y 107 millones de pesos. Tras una renegociación con la empresa cobradora, el adeudo se fijó en 200 millones de dólares y en 25 millones de pesos. Como no fuera cubierto, según Acosa, se inició contra los Covarrubias Valenzuela un juicio ejecutivo mercantil en el Distrito Federal, que concluyó a favor del demandante con sentencia definitiva del 19 de febrero de 2007. En ese proceso se cuestionó la autenticidad de la firma de los avales. El perito tercero en discordia, según afirma Acosa, dictaminó que las rúbricas eran "de puño y letra de los señores Juan Antonio (sic, por Juan Arturo) Covarrubias Valenzuela y Ricardo Covarrubias Valenzuela".

Éstos, sin embargo, sostuvieron que las firmas no eran suyas, que estaban falsificadas y a través de su empresa Motormexa denunciaron penalmente, el 10 de octubre de 2006, a Rufino Vigil González, presidente del consejo de administración de Simec y entonces también de Acosa. Lo señalaron "por los presuntos delitos de falsificación de firmas y uso de documentos falsos (por 200 millones de dólares), simulación de actos jurídicos y simulación de pruebas, falsedad de declaración ante autoridades, fraude procesal y tentativa de fraude".

A diferencia del tercer peritaje en el juicio mercantil, en la averiguación penal los peritos designados por el Ministerio Público "determinaron con plena contundencia que las firmas en los documentos donde supuestamente firman Motormexa y sus accionistas son totalmente falsas". Finalmente se dictó orden de aprehensión contra Vigil González apenas el pasado 16 de junio, por el delito de fraude genérico, considerado grave y por lo tanto desprovisto del beneficio de la fianza. Motormexa y sus accionistas, la familia Covarrubias Valenzuela, concluyen que "el señor Rufino Vigil González no ha sido localizado. Ya el procurador general de justicia del DF así como la INTERPOL están en su búsqueda para su localización y aprehensión. Por lo tanto, se le considera un prófugo de la justicia".

Sobre este punto, Acosa refiere que los Covarrubias Valenzuela iniciaron "juicios penales contra Rufino Vigil González y otros. Se trata de tres averiguaciones previas en las cuales tres distintas autoridades coincidieron en el no ejercicio de la acción penal a favor de Rufino Vigil González.

"Inexplicablemente, una averiguación previa fue reabierta y, sin practicarse diligencia alguna que aportara elementos de prueba adicionales a los ya existentes, se ejerció acción penal en contra de Rufino González".

Los Covarrubias Valenzuela aseguran haber pagado todos sus adeudos bancarios el 16 de diciembre de 2002, ante notario público y con la presencia de la banca acreedora. Llaman "intento de fraude, totalmente absurdo e inexplicable" a la presentación en tribunales de dos pagarés, por 200 millones de pesos cada uno.

Independientemente de a quién asista la justicia, cito el caso por referirse a un caso extremo de voracidad, en el que todo se vale.

Cajón de Sastre

El domingo 8 murió en Cuernavaca el doctor Juan Marichal, ensayista, profesor de historia y literatura española, nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1922. Llegó exiliado a México en 1941. En la UNAM estudió la carrera de física, pero pronto pasó a las humanidades. Viajó a la Universidad de Princeton y ya doctorado enseñó durante 40 años en la de Harvard. En 1988 se reinstaló en México, vivió después en España y finalmente retornó a nuestro país. Fue vasta su obra, en la que destaca la edición de las obras completas de Manuel Azaña, presidente de la república asaltada. Preparó también la poesía completa de Pedro Salinas, su suegro. Y se consagró a la historia de las ideas en España. Su obra más reciente fue El designio de Unamuno, aparecida en Madrid en 2002. Fue miembro de la Academia de artes y ciencias de Estados Unidos.

Si vas a Mexico, Don't drink the water!

Si vas a Mexico, Don't drink the water!

Bienvenido-a-mexico

Por Ricardo Valenzuela

Hace algunos años cuando tuve la oportunidad de disfrutar esa gran película mexicana; La Ley de Herodes. La escena que más me impactó, fue aquella cuando el Secretario de Gobierno analizaba las alternativas para sustituir al asesinado alcalde de un pequeño pueblito de su estado. Su ayudante lo arropa con la lectura de currículos de fieles miembros del partido, los que el Secretario de inmediato rechaza hasta que, el ayudante toma uno de los expedientes y con un “este no,” decide pasarlo sin presentárselo. El jefe molesto le pregunta; ¿por qué no? El subalterno responde; “porque este es muy pendejo.” El Secretario sin esconder su entusiasmo entonces le dice: “Ese es al que hay que enviar.”

En EU una de las expresiones mas populares, es aquella que brota como resorte cuando alguien expresa su intención de visitar nuestro país: Don’t drink the water (No bebas el agua) Durante años siempre pensé que con ella se trataba de prevenir a los turistas americanos del anormal peligro para su salud que representa el ingerir nuestro preciado liquido el que, entre la multitud de enfermedades que provoca, tal vez la mas famosa sea la que Carter puso de moda: La venganza de Moctezuma. Sin embargo, creo que nunca había permanecido durante tanto tiempo en las tinieblas, pues recientemente he llegado a conocer su verdadero significado, y con toda sinceridad ahora afirmo el entenderlo.

El consejo que surge cuando los potenciales turistas se preparan para penetrar nuestro país, no es para prevenir esa infinidad de enfermedades tan graves. La advertencia real es en contra de un contagio mucho mas serio que inclusive la venganza de todos los aztecas. Es una alarma en contra del peligro de adquirir ese fatal síndrome del “Perfecto Idiota Latinoamericano.” Ese mortal virus que entre otras cosas, se manifiesta con síntomas de un avanzado retrazo mental que, produce conductas ilógicas adquiridas por modorra ética, pereza mental y el oportunismo civil. Luego revela una abdicación de la facultad de pensar, de cotejar palabras con los hechos, de cuestionar la retórica que hace las veces de pensamiento, y mas grave, inocula el otro inmisericorde virus, el de la destrucción.

Esta enfermedad la cual no es exclusiva de Mexico, es descrita con ese elegante estilo de Vargas Llosa en la narración de una anécdota sucedida en su país. A finales de los años 40 gobernó el Perú un distinguido jurista: El Dr. Jose Luis Bustamante y Rivero. Escribía él mismo sus discursos en un español castizo, profundo y elegante, era un hombre de honradez exagerada y tenía la mala manía de respetar la Constitución y las leyes, las que citaba, cada vez que abría la boca, para explicar lo que hacia o se debía hacer. La oposición lo bautizó “cojurídico.” Es decir, un pendejo que creía las leyes tienen importancia y había que cumplirlas. El apodo de inmediato se hizo popular con toda la población, tanto que lo adoptó como el popular deporte y burlarse de la integridad de su líder.

El dia de ayer al estar devorando las noticias con un grupo de mis amigos americanos, al momento que informan del fracaso de el proyecto de ley para la reforma fiscal, pasan una toma del congreso en la cual aparecen nuestros representantes ungidos de euforia y “pendejés,” celebrando la barrabasada que acababan de cometer. Es cuando uno de mis amigos voltea su mirada hacia mi y, con fuerza me afirma: Don’t drink the water. Su mensaje era profundo y molestaba. Pero no puedo tapar el sol con el dedo, nuestra población ha estada contagiada por ese síndrome de la idiotez durante ya no años, siglos. Esa idiotez que han demostrado todos nuestros politicos y ahora desemboca es esto, el grave estado de sitio que le reafirman al país, secuestrando el futuro de todos los mexicanos.

Un fantasma recorre el mundo afirmaba Marx en su Manifiesto cuando se refería al comunismo, pero jamás se imaginó la fiereza de su advertencia. Otro fantasma recorre ahora Mexico, el fantasma de la idiotez para aferrarse a lo que el resto del mundo abandona. El fantasma de esa agua que otros no han de beber por miedo a contraer el virus que nos ha postrado. Esa contagiosa agua mas intoxicante que el bacanora de mi tierra y brota de las venas abiertas por demagogos como Galeano, para embrutecer al centinela del presente, pero responsable del futuro. Agua que brota en torrentes de las heridas inflingidas por nosotros mismos portando armas letales, las armas de la pendejés.

En otra parte de su relato, Vargas Llosa narra cómo un candidato ganó una elección cuando se le acusaba de tráficos y fraudes. La ciudadanía en votó por él, solamente porque era “un gran pendejo.” Las miserias de Mexico no cesarán hasta que compongamos la semántica de nuestros valores. Cuando degrademos a los admirados pendejos y los tranzas que hoy presiden los destinos de nuestro país. Porque no son los simpáticos, los audaces y los muy prácticos que actúan como si estuvieran mas allá del bien y del mal, los que labran la grandeza de las naciones, sino esos aburridos personajes que conocen sus limites, y son tan poco imaginativos y temerarios, que viven siempre dentro de la ley.

Finalmente entiendo que los gringos no se quieran ni bañar con el agua mexicana, no sólo es peligrosa, es letal sobre todo para el cerebro. Entiendo su compulsivo pavor a nuestros inmigrantes; no se quieren contagiar. Lo que ocurre con nosotros y con nuestra semántica, ocurre también con nuestro país y sus instituciones. Las ideas, las creencias, los sistemas que inclusive hemos importado, luego de probar el agua, experimentan mágicas sustituciones de sentido. Nuestros estruendosos fracasos en gran parte se deben a esa propensión nuestra a desnaturalizar lo que hacemos y decimos, de corromper las ideas y transformar los contenidos de las instituciones que regulan nuestra vida social, siempre ungidos de pendejés.

El congreso acaba de infligir una grave herida al país y muy pocos pueden ver las verdaderas consecuencias. Si algún dia México encuentra la salida del oscuro túnel de sus desgracias, será porque le entregamos las riendas a los cojuridícos, cuando se las hayamos quitado a los pendejos. Pero con esa adicción que tenemos a la pendejés, yo no apostaría al futuro. So, don’t drink the water.

Mario Vargas Llosa en una de sus excelentes obras, lleva a cabo un análisis del contenido de la palabra; “pendejo,” tan popular en toda América Latina. De Mexico a Ecuador afirma el escritor, el significado es el de tonto, pero misteriosamente al cruzar la frontera peruana se vuelve lo opuesto. En el Perú un pendejo es el clásico pícaro quien utilizando su pendejés, logra el éxito y es admirado por eso; por ser un pícaro simpático. Y para definir al pendejo mexicano, en Perú se usa la palabra “cojudo.”

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¿Seremos tantos que lleguemos elegir al PEJE?

Hace más de diez años, con la dictadura perfecta aun sobre nuestras espaldas, publiqué un artículo titulado Don’t drink the water que provocó grandes explosiones. El escrito buscaba una explicación de por qué, después de siglos de fracasos, sin entender los claros escritos en la pared nacional continuábamos transitando la misma senda, armados con las mismas ideas, los mismos mapas, arribando a los mismos destinos.

Frente a otra elección presidencial ya en puerta, vale la pena revivir tan controversial tema. A diez años de distancia, continuamos extraviados caminando por la misma brecha sólo con una novedad. Ahora en lugar de culpar el PRI, culpamos al PAN.

Mario Vargas Llosa, en una de sus excelentes obras lleva a cabo un análisis del contenido de la palabra “pendejo”, tan popular en América Latina. De México a Ecuador, afirma el laureado escritor, el significado es el de tonto, pero misteriosamente al cruzar la frontera peruana se convierte en lo opuesto. En Perú, pendejo es el clásico pícaro quien, utilizando su pendejés, logra el éxito y es admirado por eso; por ser un lépero simpático. Y para definir al pendejo mexicano, en Perú se usa la palabra “cojudo.”

En EU una de las expresiones más populares, es aquella que salta como resorte cuando alguien expresa su intención de visitar nuestro país: “Don’t drink the wáter” (No bebas el agua) Durante años pensé con ella se trataba de advertir a los turistas americanos del grave peligro para la salud que representa ingerir nuestro preciado liquido el que, entre las enfermedades que provoca, tal vez la más famosa sea “La venganza de Moctezuma”. Sin embargo, creo que nunca había permanecido tanto tiempo en las tinieblas pues recientemente he llegado a conocer su verdadero significado, y ahora afirmo entenderlo.

La advertencia que emerge cuando los turistas se preparan para penetrar nuestro país, no es para prevenir esas enfermedades estomacales. Es en contra de un contagio mucho más serio. Es una alarma señalando el peligro de adquirir ese fatal síndrome del “Perfecto Idiota Latinoamericano.” Ese mortal virus que, entre otras cosas, se manifiesta con síntomas de un avanzado retraso mental que produce conductas ilógicas adquiridas por modorra ética, pereza mental y el oportunismo civil. Luego revela una abdicación de la facultad de pensar, de cotejar palabras con los hechos, de cuestionar la retórica que hace las veces de pensamiento, pasa luego a inocular el otro inmisericorde virus, el de la destrucción.

Esta enfermedad es descrita, con el magistral estilo de Vargas Llosa, en la narración que hace de una anécdota sucedida en su país. “A finales de los años 40 gobernó el Perú un distinguido jurista; El Dr. José Luis Bustamante y Rivero. Escribía él mismo sus discursos en un español castizo, profundo y elegante, era un hombre de honradez exagerada y tenía la mala manía de respetar la Constitución y las leyes, las que siempre citaba para explicar lo que hacía o se debía hacer. De inmediato la oposición lo bautizó “cojurídico,” es decir, un pendejo que creía las leyes tienen importancia y había que cumplirlas. El apodo pronto se hizo popular con toda la población, tanto que lo adoptó como el deporte popular y burlarse de la integridad de su líder.”

Hace unos días, al estar devorando un programa político de TV con un grupo de amigos norteamericanos, un prestigiado analista presenta un largo informe del fracaso para lograr las reformas que a México le urgen. Es cuando uno ellos voltea hacia mí y con fuerza me afirma, Don’t drink the water. Su mensaje era profundo y molestaba, pero no tuve argumentos para responder. Y es que gran parte de nuestra población ha estada contagiada por ese síndrome de la idiotez durante siglos. Esa idiotez que portan los políticos y ahora desemboca en el grave estado de sitio que le tiende un congreso irresponsable y deshonesto al país, secuestrando el futuro de los mexicanos.

Un fantasma recorre el mundo, afirmaba Marx en su Manifiesto. Otro fantasma sigue recorriendo a México, el fantasma de la idiotez para aferrarse y seguir caminando la misma senda del extravío. El fantasma producto de esa agua que otros no han de beber por miedo a contraer el virus que nos ha postrado. Ese contagioso líquido que brota de las venas abiertas por demagogos como Galeano, para embrutecer al centinela del presente pero responsable del futuro. Agua que brota en torrentes de las heridas infringidas por nosotros mismos con tan letales armas, las armas de la pendejés.

En otra parte de la historia, Vargas Llosa narra cómo un candidato ganó una elección aun cuando se le acusaba de infinidad de delitos, tráficos y fraudes. La ciudadanía votó por él solamente porque era “un gran pendejo.” Las miserias de México no cesarán hasta que compongamos la semántica de nuestros valores. Cuando degrademos a los admirados pendejos y los tranzas que hoy presiden los destinos de nuestro país. Porque no son los simpáticos, los audaces y los muy prácticos que actúan como si estuvieran más allá del bien y del mal, los que labran la grandeza de las naciones, sino esos aburridos personajes que conocen sus límites, son tan poco imaginativos y temerarios que viven siempre dentro de la ley.

Finalmente entiendo por qué los gringos no se quieran ni bañar con el agua mexicana, es letal, especialmente para el cerebro. Entiendo su pavor a nuestros inmigrantes, no se quieren contagiar, sin darse cuenta ellos llegan saludables huyendo de esa epidemia. Lo que ocurre con nosotros y nuestra semántica, ocurre también con nuestro país y sus instituciones. Las ideas, las creencias, los sistemas que, inclusive, hemos importado, luego de probar el agua experimentan mágicas sustituciones de sentido. Nuestros estruendosos fracasos en gran parte se deben a esa propensión nuestra a desnaturalizar lo que hacemos y decimos, de corromper las ideas y transformar los contenidos de las instituciones que regulan nuestra vida social, siempre ungidos de pendejés.

Desde que logramos el soñado “sufragio efectivo”, los “nuevos políticos demócratas” le han abierto una herida más grande al país y muy pocos pueden ver las verdaderas consecuencias. Si algún día México encuentra la salida del oscuro túnel de sus desgracias, será porque le entregamos las riendas a los cojuridícos cuando se las hayamos quitado a los pendejos. Pero con esa adicción que tenemos a la pendejés, yo no apostaría al futuro que ya toca a nuestras puertas, pues viaja montado por pendejos. So, don’t drink the water.

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Venezuela: Pacto mortal con Irán

Venezuela: Pacto mortal con Irán

Por Carlos Peñaloza

Analítica

*** El pacto Chávez-Irán para instalar una base de misiles en Paraguaná reproduce el modelo de Fidel Castro que puso al mundo al borde de la guerra atómica en la famosa Crisis de los Misiles, en 1962. Chávez puso a Venezuela en medio de un pleito nuclear.

*** La base de misiles iraníes a instalar en Paraguaná, al lado del corazón de nuestra industria petrolera, no tiene sentido sino como preparativo para una guerra en la cual Venezuela sería reducida a escombros.

El 8 de diciembre pasado el prestigioso diario alemán “Die Welt”, generalmente bien informado sobre la situación del Medio Oriente, informó que Irán y Venezuela habían firmado un pacto secreto para construir en Paraguaná una base de misiles de alcance intermedio. El pasado viernes 13 de mayo, el diario alemán reportó los progresos de este acuerdo, con la designación de la empresa y la institución iraníes que ejecutarán el trabajo, en el cual Irán pondrá el dinero y Venezuela pondrá la locación.

Según “Die Welt”, la base será operada conjuntamente por militares iraníes y venezolanos. Estará equipada con misiles Shahab 3 con alcance de 1500 km, Scud-B (330 km) y Scud-C (300, 500 and 700 km). Como las instalaciones militares tienen un objetivo bélico o carecen de sentido, hay que pensar contra quienes estarán dirigidos estos misiles y por tanto quiénes pueden sentirse amenazados. En este caso los amenazados serían Colombia, Panamá (con su estratégico canal), la Costa Este de los Estados Unidos y el norte del Brasil.

El acuerdo permitirá a Irán evadir las sanciones de las Naciones Unidas. Estas sanciones obligaron a Rusia a cancelar la venta a Irán de cinco batallones de misiles anti aéreos S-300PMU-1. Aparentemente estos misiles serían ahora adquiridos por Venezuela e instalados en Paraguaná. Debido a los retardos en los pagos de Venezuela, Rusia está exigiendo la cancelación en efectivo de más de $800 millones en el momento de la entrega por ese material bélico.

Aparte de los misiles rusos adquiribles a través de Venezuela, Irán ha anunciado que ya tiene misiles de mediano alcance con los cuales atacar a Israel, y trabaja aceleradamente en el desarrollo de una capacidad nuclear propia, incluyendo la fabricación de misiles propulsados con combustible sólido. Estos proyectiles serán capaces de transportar bombas atómicas desde Irán hasta Israel, y de Paraguaná a muchas ciudades norteamericanas, colombianas y del norte del Brasil, así como el Canal de Panamá. Si se presenta la posibilidad de implementar este escenario estaremos frente a una crisis misilístico-nuclear como la que se presentó entre la Unión Soviética y Estados Unidos en 1962. En aquella oportunidad el mundo estuvo al borde del holocausto atómico y Fidel Castro aconsejó a Kruschev lanzar un ataque bombas atómicas a Estados Unidos en un ataque sorpresivo.

En la península de Paraguaná está el corazón de la industria petrolera venezolana, representado en el centro de refinación petrolera con la segunda mayor capacidad del mundo. Colocar misiles de alcance intermedio y capacidad atómica en las inmediaciones de ese complejo petrolero es ponerlo en el foco de una posible acción militar. De ocurrir un intercambio militar su destrucción sería muy probable.

En su nota del viernes pasado, 13 de mayo, “Die Welt” informa que este proyecto va viento en popa. Ya se seleccionó la empresa iraní que se encargará de ejecutarlo. La constructora Khatm-al Ambia ha sido escogida conjuntamente con la universidad de Schariff en Teherán. Según el diario alemán Irán envió dinero en efectivo para iniciar los trabajos preliminares. Poner en práctica esta espeluznante idea tendría un costo de varios miles de millones de dólares, de los cuales Venezuela no dispone en este momento.

La discusión pública de un tema como éste, donde está en juego la supervivencia física de la república de Venezuela, es lo más importante que hay en este momento en el ámbito suramericano. El presidente no puede considerarnos como invitados de piedra en este debate. Ya no se trata de discutir nuestra libertad, sino nuestra existencia. Este pacto entre los presidentes Ahmadinejad y Chávez puede reducir Venezuela a escombros.

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