El destape de Cordero
Leo ZuckermannEn el pícaro lenguaje de las épocas priistas, ayer el secretario de Hacienda “se destapó”. Dijo: “Aspiraciones sí tengo, pero por el momento cumplo con una altísima responsabilidad al frente de la Secretaría de Hacienda”. En vísperas de esta declaración, El Universal dio a conocer una carta de adhesión de 134 panistas —incluido personajes de peso político como los gobernadores de Baja California Sur, Puebla, Baja California y Sonora— pronunciándose a favor de la candidatura presidencial de Ernesto Cordero.
No sorprende que el secretario de Hacienda se haya destapado. Lo que sorprende es que no lo haya hecho antes. Ya se había tardado.
Hace poco entrevisté al encuestador Jorge Buendía, quien había publicado su más reciente encuesta preelectoral. Le pregunté cómo era posible que los probables candidatos panistas rumbo a 2012, en particular los identificados con el presidente Calderón, estuvieran tan rezagados en las encuestas si se les comparaba con el priista Enrique Peña Nieto y los izquierdistas López Obrador y Marcelo Ebrard. En la encuesta de Buendía Laredo, por ejemplo, a Cordero sólo lo reconocía 20% de los mexicanos y, de éstos, su evaluación del personaje era más bien neutral porque no lo conocían muy bien que digamos. Buendía me contestó que, en la medida en que el PAN no había dado el banderazo para comenzar la contienda interna de ese partido para elegir a su candidato presidencial, pues el espacio mediático lo habían tomado los posibles aspirantes del PRI y de la izquierda. De ahí que éstos siguieran creciendo y fortaleciéndose en las encuestas mientras que los panistas se mantenían rezagados.
Así que ya era tiempo de que Cordero diera luz. En los corrillos políticos se decía que el secretario de Hacienda era el favorito de Los Pinos. Pero, a diferencia de otros miembros del gabinete calderonista, como Javier Lozano o Alonso Lujambio, quien abiertamente han expresado su intención por competir en la interna panista, Cordero se había mantenido fuera de la jugada. En abril, en una larga entrevista que le hizo El Universal, a pregunta expresa de si se veía en la boleta de 2012, el secretario contestó “aún falta mucho tiempo para eso”, pero crípticamente aseguró que el año que entra le gustaría “meter goles”.
Supongo que los corderistas finalmente se dieron cuenta de que había llegado la hora de moverse. No es posible que “el favorito de Los Pinos” estuviera tan rezagado. Resultaba una verdadera afrenta que el candidato mejor posicionado del PAN en las encuestas, a prácticamente un año de la elección, fuera Santiago Creel con Josefina Vázquez Mota en segundo lugar y creciendo. Muy abajo se encontraban todos y cada uno de los funcionarios identificados con el calderonismo incluido Cordero.
Vienen días importantísimos para el recién “destapado”. Tendrá que hacer su “presentación en sociedad”. Darse a conocer rápidamente y convencer de que puede ser un candidato viable para competir contra Peña Nieto y López Obrador quienes estarán en la boleta de la próxima elección presidencial. A los primeros que debe convencer, desde luego, es a los correligionarios de su partido que son los que en última instancia escogerán, como hace seis años, a su candidato presidencial.
A estas alturas la duda es contra quién competirá Cordero dentro del PAN. No veo ni a Creel ni a Vázquez Mota renunciando a sus aspiraciones rumbo a 2012. La pregunta es, ahora que Cordero se ha destapado, que ha demostrado que trae el apoyo de diversas figuras del panismo, qué harán los otros candidatos calderonistas (Lozano y Lujambio): ¿se bajarán de la carrera para sumarse a “la cargada” a favor de Cordero o seguirán en la competencia?
El que demostró irritación por el destape de Cordero fue el presidente del PAN, quien aseguró que nadie le avisó de este acto que, según él, “no contribuye de la mejor manera para ir conduciendo el proceso; genera una presión no adecuada” y exhortó a “respetar los tiempos electorales”. ¿Pues en qué mundo vive Gustavo Madero? ¿Acaso no ha visto las encuestas preelectorales?
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