29 mayo, 2011

La competencia

La competencia, el mejor remedio contra los incompetentes
Godofredo Rivera

Un monopolio en cualquier sector de la economía, tiende a ser ineficiente, cobrar precios altos y en general a dar un mal servicio. Los peores son los monopolios del gobierno, pues además de la situación de ineficiencia, absorben cantidades crecientes de recursos por parte del contribuyente, es decir, además del mal servicio, se expolia de manera cínica a todos los contribuyentes. Tal fue el caso de la desaparecida Compañía de Luz.

No basta con privatizar a un monopolio gubernamental, es necesario diseñar un marco jurídico que permita libre afluencia, libre entrada de cualquier empresa-o profesional- en cualquier industria ó profesión (en EU el ejercer la profesión médica es muy complejo, costoso y burocrático, pues pocas asociaciones médicas han monopolizado dicha profesión y si no se obtiene la sofisticada licencia requerida, simplemente no se puede ejercer libremente la medicina), pues de lo contrario se generan rentas monopólicas, mercados cautivos para un solo participante- o pocos participantes-, como ha sucedido en México en la industria de las telecomunicaciones.

Si lamentablemente, por razones políticas, no se puede privatizar una determinada empresa (el gobierno por naturaleza no es empresario, no tiene nada que hacer operando empresas de diversa índole), al menos un avance es abrir dicho mercado monopólico a la competencia. Ello crea incentivos para que mejoren los servicios del monopolio gubernamental (lo que de suyo ya es ganancia). Cito algunos ejemplos.

Cuando la empresa estatal de servicios postales tenía el monopolio en EU, sus servicios eran lentos, deficientes y perdía mucho dinero al año. Como siempre, claro, entraba el contribuyente a resarcir las pérdidas multimillonarias que dejaba el monopolio estatal. Luego, cuando los legisladores estadounidenses se pusieron las pilas, se decidió permitir la entrada de firmas privadas postales para hacerle la competencia al monopolio de correos. Así, se hicieron conocer empresas postales como Federal Express, United Parcel Services o DHL.

Lejos de aumentar el mal servicio de la empresa estatal de correos y perjudicar más a los que no podían pagar los servicios privados postales (como alegaban los estatistas opositores a que se abriera el mercado a la competencia por causar lo que los gringos llaman “cream skimming” sobre los consumidores de menos recursos), el monopolio de correos incrementó su eficiencia en la entrega e incluso creó nuevos servicios express antes no disponibles. No obstante que sigue operando con dinero del Erario (lo que sigue siendo malo), la empresa estatal de correos se vio obligada a mejorar, y lo mejor, un buen sector de los consumidores estadounidenses se liberó del yugo postal monopólico y puede ahora contratar a otros participantes que operan con mayor eficiencia en el mercado de correos.

Así podría suceder en México con sectores como el petróleo y la electricidad. Si hay férrea oposición del PRI a abrirlos, los legisladores no priistas podrían cambiar la constitución, permitiendo que PEMEX siga como monopolio, pero dejando entrar a nuevos participantes. ¿Sueño guajiro?

La semana pasada se anunció por parte de la Secretaría de Educación y el sindicato (SNTE), un convenio en donde se creará una nueva y llamada evaluación universal que sacaría las manos del sindicato en la evaluación y contratación de profesores. Me parece un avance, pero como todo anuncio de gobierno, hasta no ver no creer.

No obstante, aunque se avanzara en la evaluación magisterial y se mejorara el perfil académico y profesional de los profesores normalistas (lo que si se hace realidad sería un gran logro, insisto), el sector educativo no deja de ser un monopolio de gobierno (no público, pues las escuelas privadas también son públicas), un monopolio que dicta y ejerce autoridad sobre cualquier plan de estudios de gobierno ó privado.

Hasta ahora todo intento de profesionalizar al magisterio ha quedado en el fracaso y lo anterior se demuestra en los pésimos resultados en las pruebas nacionales e internacionales que obtienen los estudiantes mexicanos de educación básica.

¿Cómo romper éste monopolio educativo? Similar a lo que sucedió con el monopolio postal gubernamental en EU.

En EU, la primera economía del orbe, la educación básica es pésima y ello se debe en buena medida al sindicato de maestros (sí, allá también tienen uno, menos mafioso y corrupto que el mexicano, pero sindicato al fin de cuentas), que hace lo imposible por impedir toda competencia ajena a la esfera gubernamental. ¿Cómo le han empezado a dar vuelta algunos de los gobiernos estatales y locales al pulpo federal magisterial? De dos formas, creando el voucher educativo (parecido al bono educativo que proponía Milton Friedman), ó escuelas alternativas al sistema sindical y estatal tradicional (las llamadas charter schools).

La académica de la U. de Harvard, Caroline M. Hoxby, ha hecho una seria investigación al respecto, ha encabezado un estudio empírico sobre el impacto del voucher y las charter schools; en particular se ha enfocado en los resultados del voucher en Milwaukee, y las charter schools en Michigan y Arizona. Sus resultados son contundentes y prueban lo que los economistas liberales desde hace siglos han defendido: que es la competencia la que hace mejor a cualquier sociedad.

Hoxby demuestra con rigor la mejora en el nivel educativo de los estudiantes que se han acogido al voucher ó a las escuelas alternativas al sector gubernamental (lo demuestran los puntajes obtenidos en los exámenes de admisión a las universidades). Y lo más sorprendente, los alumnos que han permanecido en el sistema educativo tradicional, también han mejorado, especialmente en las escuelas de gobierno que más intensamente se han sometido a la competencia por parte de las escuelas privadas-usando voucher- y las charter (escuelas alternativas).

La opción seria para mejorar la educación en México pasa por crear competencia, por instrumentos como el voucher y en general por permitir la libre elección de la escuela por parte de los padres de familia.

La competencia le restaría poder al nefasto sindicato de la educación, y lo mejor serviría para evidenciar a algunos de los disidentes del SNTE, como la coordinadora de Oaxaca. Me refiero a los parásitos magisteriales de Oaxaca que cada año hacen de las suyas (el chantaje magisterial del mes de mayo), esos parásitos que mal enseñan menos de 200 días y les son pagados 500, esos que siempre chantajean y obtienen lo que quieren-como ya lo hará igual el actual gobernador de Oaxaca-, los llamados “disidentes” del sindicato magisterial, sí, esos cuya meta no es enseñar a los niños buena educación, sino dogmatizarlos en el marxismo que les fue enseñado en las deficientes escuelas normales, especialmente las que operan en el sur de la República.

El mejor remedio contra estas mafiosas cotas de poder magisterial está en la competencia, en abrir los mercados educativos a nuevos competidores, a nuevos colegios que enseñen, que no dogmaticen y flojeen.

Mejorar la eficiencia en cualquier mercado pasa por la competencia y el sector educativo no es la excepción.

Ojalá aprendamos de las experiencias internacionales; ó somos competentes, por la vía de más competencia, ó la ausencia de la misma nos convierte en profesionales incompetentes. No hay de otra.

Wikileaks y Peña Nieto

Wikileaks y Peña Nieto
Arnaldo Córdova

Todos sabíamos de los enjuagues de Enrique Peña Nieto en su afán de alcanzar la Presidencia de la República en el 2012. En primer lugar, de su terror a una posible alianza entre el PAN y el PRD que hoy está muerta. Luego, de su campaña mediática con Televisa que se financiaba con millonadas que iban del erario del Edomex directo a las arcas de la televisora.

También de su persistente labor de convencimiento en las filas priístas, en lo que ha derrochado, asimismo, montañas de dinero, en especial con los sindicatos y agrupaciones de masas. De igual manera, de su manejo ilegal de las partidas para los ayuntamientos y el ahorcamiento sistemático de los mismos. Y sin olvidar el encubrimiento criminal de auténticos delincuentes políticos, en particular, de su tío Arturo Montiel.

Pues todo eso lo vienen a mostrar documentos de la embajada de Estados Unidos en México filtrados por Wikileaks a La Jornada y muy bien reseñados por Blanche Petrich en la edición del 23 de mayo. En uno de esos documentos se puede leer:

Hecho en el molde del anquilosado PRI mexiquense, Peña Nieto no es reconocido precisamente por su transparencia cuando se trata de amigos y aliados. Allí mismo se dice lo que todo mundo sabe: que es ahijado del ex presidente Carlos Salinas y que parece cortado con la misma tijera de la vieja guardia priísta.

Todo eso ya lo sabíamos y lo decíamos; pero ahora sabemos que era también la opinión de los analistas de la embajada gringa.

Del derroche de dinero público, el mismo documento hace notar que el PRI en la entidad tiene fama de aprovechar las fisuras existentes en materia de transparencia para hacerse de fondos de campaña. En vista de la gran cantidad de dinero que fluye por la entidad y dada la posición que tiene Peña Nieto como puntero de la carrera presidencial, no parece improbable que su administración esté sacando ventaja de esta situación.

Es un modo de decir que el gobernador mexiquense está canalizando todo el dinero que llega, en cantidades colosales, al Edomex para promover su imagen y su carrera presidencial.

Los empleados de la embajada que dicen esas cosas no fueron a aquel estado a fisgonear, cosa que, por lo demás, hacen continuamente en todo el territorio mexicano, sino que fueron invitados ex professo por la poderosa oficina de relaciones internacionales del gobierno mexiquense y les abrieron todas las puertas para su información.

Sólo que los gringos supieron siempre que eran unas cuantas y que se les daba aquella información a cuentagotas. Por eso siempre desconfiaron de lo que se les decía. Hasta supieron qué era lo que se les quería ocultar. En sus entrevistas con los funcionarios mexiquenses, lo recuerdan a cada momento, éstos siempre trastabillaban y se confundían.

Lo primero que los de la embajada reprochan a sus anfitriones es el hecho de que en el Edomex no se cumple con los controles de confianza de mandos y operativos de las instituciones policiales y de procuración de justicia. Sólo un dos por ciento de los oficiales se ha sometido al examen, dice el despacho. Fue sólo un ejemplo.

También pudieron constatar que sus interlocutores no les pudieron explicar con precisión en qué gastaban las enormes cantidades de dinero que llegaban al estado y que eran las mayores en toda la República por ser el estado más poblado. De ello no pudieron obtener ni un solo dato.

La excursión de los personeros de la embajada por el Edomex ocurrió poco después de las elecciones intermedias de 2009, cuando Peña Nieto se alzó con la victoria en 97 de 125 municipios mexiquenses, con 40 de 45 diputados locales y 38 de 40 diputados federales.

El documento parece cantar victoria: “… pasó la prueba del ácido, pudo demostrar que es capaz de obtener resultados electorales favorables para su partido y que es algo más que una cara bonita”. La popularidad de Peña Nieto, que era en esos días de 70 por ciento de los encuestados, según el propio documento, fue la causa principal de ese éxito. Pero también reconoce que ello se debió a la debilidad de sus enemigos, sobre todo a las pugnas internas del PRD y el pago que el PAN tenía que hacer por la crisis económica.

No se habla del derroche de dinero que se hizo desde el gobierno mexiquense para obtener esos logros. Pero se pregunta: “…aquí la cuestión es ver hasta qué punto esta popularidad es resultado del carisma personal del gobernador y del cuidado que pone en labrar su imagen o qué tanto tiene que ver con un trabajo serio para mejorar las condiciones de su estado y llevar a cabo reformas necesarias”.

La cuestión es falsa en sí misma. Debieron haberse preguntado, más bien, de qué medios se valió Peña Nieto para obtener esos resultados. Habrían podido ver que de lo que se trató fue, de nueva cuenta, de un derroche fenomenal de dinero, cosa que, desde luego, todos pudimos ver.

Ese abuso de los recursos públicos es reconocido por la embajada en otro documento, esta vez del 26 de enero de 2009, redactado por la entonces encargada de negocios Leslie Basset. Se dice:

Quizá como nunca lo había hecho en procesos electorales previos, el mandatario estatal está concentrado y ha lanzado proyectos de trabajo en zonas que le pueden aportar votos; analistas y líderes de su propio partido han expresado ante consejeros políticos de la embajada sus sospechas de que está pagando dinero a los medios bajo la mesa para favorecer una cobertura favorable, y también que financia a empresas encuestadoras para que presenten resultados alterando las tendencias a su favor. Ese documento es anterior a las elecciones de ese año. Si eso hizo con las encuestas, habrá que imaginarse lo que hizo con las elecciones y los votantes.

Los cuestionamientos de los enviados de la embajada, de una pálida y candorosa objetividad, empero, hicieron señalamientos que son una novedad para el público mexicano. En el tema de seguridad contra la criminalidad, por ejemplo, pusieron en aprietos al grupo de investigación llamado C-4 del gobierno mexiquense, encargado de recopilar y procesar investigación sobre la potencialidad del crimen en la entidad; no sólo les hicieron preguntas que no pudieron responder, sino que hicieron la observación crucial de que ese grupo no tenía relación con la procuraduría estatal, lo que resulta incomprensible.

En el primer cable que reseña Blanche Petrich se hace notar que las dudas y cuestiones que se les plantearon a los funcionarios mexiquenses no siempre pudieron ser respondidas. Se dice, para el caso:

“Presionamos para que nos explicaran en qué radica la popularidad de Peña Nieto. Los funcionarios respondieron explicando los ‘600 compromisos’ o promesas de campaña” que el gobernador firmó ante notarios. Y se concluye: A nuestros asesores políticos esto les olió más a populismo que a logros duraderos para mejorar las condiciones del Estado.

En el fondo, todo ello ya lo sabíamos, pero es bueno que a eso se agregue el testimonio de la embajada de Estados Unidos. Peña Nieto es un farsante y, lejos de ser la cara moderna del PRI, chorrea por todos los poros la misma vieja basura y porquería del antiguo partidazo que ya se sueña, a pesar de los reiterados golpes que ha recibido, de nuevo dueño del poder. Peña Nieto es tan sólo eso.

La pretensión de Carstens

La pretensión de Carstens y lo que exhibió de nosotros: el aldeanismo y la intolerancia

¿Qué hacer hoy ante la pretensión de Carstens por ser el nuevo Director Gerente del Fondo?

Ángel Verdugo

Los éxitos de un futbolista mexicano en un equipo inglés ha llevado, a no pocos, a abandonar al que por años gozó de su admiración y preferencia para incorporase a las huestes que siguen al que pertenece el señor Hernández.

¿Cuál es la razón de este cambio? Una muy simple: Ahí juega El Chicharito. No hay más que hablar; no es necesario decir una sola palabra más pues el hecho de que ahí juegue un mexicano y además, sea exitoso, son razones más que suficientes para dejar añejas lealtades y adoptar una nueva. Lo mismo nos sucedió con Sánchez y el equipo español en el cual tuvo sus más sonados éxitos.

Este aldeanismo que eleva el nacionalismo ramplón —que tanto daño nos ha hecho desde hace una buena cantidad de años— a niveles que rayan en la insania, aparece hoy en un campo en el cual jamás pensé lo haría: La nominación del nuevo Director Gerente del Fondo Monetario Internacional.

Viene a cuento esto último por el atrevimiento de José Ángel Gurría, Secretario General de la OECD, de manifestarse en favor de la señora francesa Christine Lagarde para que sea ella y no “el mexicano” Agustín Carstens, el nuevo Director Gerente del FMI.

¿Cómo se atrevió Gurría, a traicionar lo más puro de nuestra mexicanidad? Por darle su “voto” a una francesa —el cual, debe decirse, de nada sirve—, ¿debe, como han sentenciado algunos legisladores en el caso del Secretario García Luna que se atrevió a recibir una condecoración del gobierno colombiano con lo cual puso en peligro la viabilidad de este país, perder la ciudadanía tal y como señala el Artículo 37 de la Constitución?

Por lo pronto, con dedo flamígero y patriótico pero nula tolerancia, Carlos Marín en su espacio señaló: “Por la razón que sea, Gurría debe decir la neta de por qué no apoyó a Carstens, cuyos méritos no merecen regatearse.”

De acuerdo con lo escrito por él en El asalto a la razón de antier, http://impreso.milenio.com/node/8964272, la opinión de Gurría parece ser —pues huele a eso, afirma Marín— “… más un fregadazo político a su paisano Agustín Carstens que a sabiduría en asuntos económicos.” Después pregunta: “La implícita descalificación de quien, al igual que él, tuvo a su cargo la Secretaría de Hacienda, ¿responde a que uno lo fue del priista Ernesto Zedillo y el otro del panista Felipe Calderón?”

La intolerancia hacia el derecho que Gurría tiene de otorgarle su apoyo a quien quiera para lo que sea, es el efecto del Síndrome del Chicharito: “Porque el Chicharito juega en el MU, éste debe ser el equipo favorito de los mexicanos.” Además, si usted se atreve a apoyar a otro, diga la neta del porqué; es más, si no apoya al MU, cállese. Mejor muestra de aldeanismo e intolerancia, pocas.

¿Qué hacer hoy ante la pretensión de Carstens por ser el nuevo Director Gerente del Fondo? ¿De no apoyarlo, debe uno callar su simpatía por otro candidato a dicho puesto? ¿El simple hecho de ser mexicano, convierte a aquél en el único candidato que todo mexicano patriota y bien nacido debe apoyar? Tan absurda es esta posición, como aquélla que afirma que el Fondo debe dirigirlo un europeo.

¿No deberían —los interesados en el tema— mexicanos o no, en vez de revisar pasaportes, valorar los méritos de cada uno de los que pretendieren la misma posición que Carstens a fin de sustentar debidamente su opinión?

Gane o pierda, Carstens ya nos ayudó a exhibir a uno que otro aldeano y a más de un intolerante. Gracias, Doctor.

Los hombres-lodo

Los hombres-lodo

José Cárdenas

El próximo encuentro televisivo entre los candidatos a gobernar el Estado de México será el 8 de junio. El pronóstico es que Eruviel Ávila, Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena se darán con todo. Adiós diplomacia y buenos modales.

Desde sus propios cuarteles, sus estrategas los vieron muy guangos en su primera aparición en pantalla, con Denise Maerker. Por eso, lo que no mostraron en la tele comenzaron a exhibirlo en la calle. El destino los alcanzó.

En 38 días, de aquí al 30 de junio (fecha en que terminan las campañas; la elección es el 3 de julio), veremos montañas de lodo para arrojarlas al adversario. Bolas de cualquier tamaño y material pestilente cruzarán el firmamento mexiquense.

Pregunta el reportero: -¿Y cómo se le revira a un Encinas duro en el templete, pero decentito y bien portado ante las cámaras?

-Con todo. Cuando Encinas fue jefe de Gobierno en el DF, se convirtió en el Juanito de Andrés Manuel López Obrador. Le permitió lo que quiso. Hasta bloquear el Paseo de la Reforma. ¿Así de populares serán sus decisiones desde la casa de gobierno en Toluca?

En la tele, demasiada decencia parece dejadez. Y esto a ninguno de los tres gallos le conviene. Ni a Eruviel Ávila, cuya posición en las encuestas (49.1%) le da margen para decrecer y aún así llegar con 15 o más puntos de ventaja sobre Alejandro Encinas (23%) y Luis Felipe Bravo Mena (16.3% y cayendo). Holgura dura y madura.

La encuesta telefónica nacional BGC-Excélsior de ayer sostiene: Solos, ni el PAN (55%) ni el PRD (61%) le pueden ganar al PRI en el Estado de México; 57% de las personas cree que “hicieron bien en no aliarse”, debido a “sus ideologías diferentes”. Sin embargo, “avanza la idea (52%) de que unidos PAN y PRD sí lograrían derrotar al PRI”.

Sólo un candidato priista capaz de perder un punto al día produciría el vuelco. Descartado. Sería algo inesperado para los estudiosos de los procesos electorales.

Además de prometer el oro y el moro y ofrecer “La Cumplidora”, Encinas ya comenzó a madrear con todo. Que si Eruviel paga helicóptero de tres mil 500 dólares la hora. Que si “por órdenes del presidente Felipe Calderón” le bajaron su publicidad de la final del futbol, en CU. Grandes segmentos están hartos de atestiguar guerras de lodo, de soberbia, acusaciones sin prueba y descalificaciones antes que propuestas y compromisos. Si se les pasa la mano a los enlodadores, el resultado puede ser contraproducente.

¿Y Bravo Mena?

El presidente del PAN, Gustavo Madero, por fin se placeó con él en Tlalnepantla. También lo hicieron en día de asueto burocrático los secretarios Ernesto Cordero, Javier Lozano y Alonso Lujambio. Va implícito el apapacho de Los Pinos. El candidato blanquiazul entra a la segunda semana con el hándicap de su arranque tardío y un perfil desangelado en los medios, por más que se quiso pintar de retador directo de Eruviel.

MONJE LOCO. En política los hechos son los hechos, pero lo que cuenta es la percepción. Si Bravo Mena sigue de “colero” lo llevarán a “dar el Acapulcazo” —dicen—. Es decir, a ceder sus votos a favor de Encinas. Lo que sea con tal de impedir el triunfo del PRI. Y Eruviel, risa y risa. Ya se sabe, ya se supo.

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