20 mayo, 2011

Peru: Quitándonos el diablo de encima –

Peru: Quitándonos el diablo de encima – por Eugenio D’Medina Lora

Se ha dicho alguna vez que nada hay más poderoso que una idea poderosa. Más allá de las personas, las ideas que se abren paso independientemente de ellas, son las más fuertes aún. A pesar de los fantasmas que algunos pretendan invocar para trabajar con el miedo del hombre común.

Hace mucho rato que en los ámbitos regionales, e inclusive en Lima, hay algunas palabras que se han convertido en “malas palabras”. Una de ellas es la palabra “concesión” o cualquiera que se le parezca. Basta con relacionar el vocablo con “privatización” y confundir a la población mezclando los conceptos de “venta de activos” y “alianzas de cooperación comercial”, para que aparezcan los fantasmas a los que hacemos alusión.

La concesión es solamente una de las modalidades de lo que se denomina “asociaciones público-privadas” o “alianzas público-privadas” (APP). Estos modelos, por su propia naturaleza, en ningún caso implican venta de activos del Estado. Es decir, no comprometen la propiedad de los activos estatales, sean empresas públicas o infraestructuras de bienes públicos. Por tanto, no configuran modelos de privatización, entendida ésta como cambio de la naturaleza de la propiedad, desde lo público hacia lo privado. Sino que son modelos de colaboración comercial, entre el sector público y el sector privado, orientados a mejorar la calidad de los servicios a los usuarios.

Y es así que aunque muchas personas interesadas en el manejo político se han esforzado por vilipendiar al modelo APP, éste ha demostrado ser una idea muy fuerte, amparada en la extensa experiencia mundial en que su aplicación ha generado muchos más resultados exitosos, que fracasos. Al punto que los países más avanzados, como el Reino Unido y Australia lo siguen utilizando extensamente, además de otros que se van sumando a este modelo, como México, Chile e incluso países de la antigua órbita soviética como Bulgaria.

Tan fuerte es esta idea, que inclusive es posible decir ahora que los dos candidatos presidenciales finalistas para la Presidencia del Perú en segunda vuelta, han incorporado explícitamente la necesidad de echar mano a mecanismos APP. Si el programa de “Fuerza 2011” lo había hecho explícito, ahora “Gana Perú” lo deja aún más claro con su reciente “Hoja de Ruta”. En ella consigna el propio líder de esa agrupación, en la página 3, explícitamente como una de las políticas más importantes para impulsar el crecimiento económico inclusivo a través de la expansión de la inversión privada nacional, diversificación productiva y competitividad, nada menos que la “inversión en infraestructura mediante inversión pública y privada nacional y extranjera, y/o mediante concesiones y asociaciones público privadas, para la creciente integración física del territorio y la consiguiente expansión e integración de nuestros mercados internos, lo que permitirá diversificar y descentralizar el aparato productivo”. Dicho esto, y firmado públicamente, nada menos que por el mismísimo comandante Ollanta Humala.

Más allá de las suspicacias que puedan despertar las propuestas de ambas candidaturas, debido a los pasados políticos involucrados, a las cercanías ideológicas con otros líderes latinoamericanos o a los “cambios de redacción” de los planes de gobierno, lo concreto es que, a la fecha, podemos afirmar con certeza que ambos candidatos han suscrito, incluso con su firma personal, que apoyan al modelo APP como instrumento aceptable y deseable para promover el desarrollo del país y el crecimiento inclusivo.
Como dijimos, las ideas potentes prevalecen sobre las personas y se abren paso solas. Es hora de quitarnos el diablo de encima y exorcizar a los fantasmas que nos frenan el camino al desarrollo. Las regiones que mejor aprovechen mecanismos como las APP estarán a la vanguardia del desarrollo al finalizar la década. Si queremos una Piura moderna e inclusiva, atrevámonos a cambiar y subamos la apuesta.

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