06 junio, 2011

El Pacto Social

El decano

El Pacto Social

Juan Velarde

&quote&quoteTratar de regular los mercados, vinculándolos a la política social a través de este mecanismo y así lograr que ambas partes se encuentren satisfechas y que esto redunde en el interés general, es imposible.
Normalmente se habla –y se intenta una y otra vez– de un pacto social, entre los grandes sindicatos y la cumbre de las asociaciones patronales, que logre un acuerdo conforme con el interés general español, pues se opina que si el pacto se ha alcanzado entre empresarios y trabajadores, éste ha de ser óptimo.
No se tiene en cuenta, en relación con esa típica medida corporativista, que al relacionarse el mundo de los trabajadores representado por los sindicatos, y el de los empleadores, a través de una gran entidad patronal, se están enfrentando dos organizaciones monopolísticas típicas del mercado laboral: una de oferta, los sindicatos, y otra de demanda, la confederación empresarial correspondiente. Lo que origina esto ya lo presentó así José Castañeda muy claramente en su capítulo El monopolio bilateral, dentro de sus Lecciones de Teoría Económica: "La indeterminación del precio de este mercado y la imposición de un precio forzado, dependiente de circunstancias diferentes, es causa que justifica la intervención del poder público con la finalidad de oponerse a los resultados parciales y trazar directrices que sirvan al interés general".
Tratar de regular los mercados, vinculándolos a la política social a través de este mecanismo y así lograr que ambas partes se encuentren satisfechas y que esto redunde en el interés general, es imposible. La base de todo sistema corporativo –y esto del Pacto Social es corporativismo, sin más– está en negociaciones de este tipo, o sea, de un colosal conjunto de monopolios bilaterales. Por eso Röpke señaló que se llevaría el primer premio –planteado por una organización anarquista para diseñar mejor el procedimiento de hacer saltar por los aires los modelos económicos actuales– quien propusiese un corporativismo integral. Un paso importante para ello es esto del Pacto Social. El mundo laboral español ha acumulado, desde las disposiciones de Largo Caballero en 1931, pasando por la legislación de Girón y la puesta en acción por los Gobiernos de Felipe González y de Rodríguez Zapatero, una legislación que frena de tal modo el desarrollo que la reforma de las condiciones laborales es forzosa si se quiere frenar el desempleo y mejorar la competitividad. Y esto tiene que lograrlo la administración estatal, y no puede esquivarlo. Por eso, con Pactos Sociales no se lograría nunca.
Juan Verlarde es catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid

Venezuela: El monstruo del Ávila

Venezuela: El monstruo del Ávila


"Donde hay buena disciplina, hay orden y rara vez falta la buena fortuna". - Nicolás Maquiavelo
La sociedad venezolana ha visto crímenes horrendos en toda su historia, y si alguien duda de la historia criminal de estos últimos 12 años viene bien recordarle ciertos nombres, como el de los hermanos Faddoul, o el De Goveia, o el de la joven Rosana por el cual acusaron a Chirinos entre otros.
Si una razón ha contribuido a la existencia y permanencia de estos crímenes, esa es el clima de piratería y deficiencia institucional que en muchísimos caso cuando no conduce a un mal trabajo policial termina en un mal juicio, o simplemente en un caso engavetado.
Las cifras de solución de casos de homicidio no alcanza al 20% en Venezuela, y para quienes vinculan la política, este gobierno no ha sido un ejemplo de mejoras, sino muy por el contrario, ha profundizado esos vicios, politizando las instituciones, y con ello sustituyendo los méritos y la diligencia con fidelidad política.
Muchas personas quedamos impactadas con las noticias relacionadas una vez más con Víctor Colmenares Lupión. Se trata de alguien que se asemeja al personaje de la película llamada El silencio de los inocentes realizada en el año 91. Estuvo preso desde 1993 pagando una condena a 30 años de prisión por haber sido el autor material de la violación y posterior muerte de la modelo Marisol da Silva Vieira, cuyo cuerpo fue encontrado en el cerro Ávila.
El pasado 25 de mayo se vio envuelto nuevamente en el delito de violencia sexual, hecho ocurrido esta vez en el Hotel Gilmar. Según comenta la defensa de Colmenares, éste se encontraba en el hotel cuando contrató los servicios de una trabajadora sexual, que-según indicó- intentó extorsionarlo pidiéndole más dinero del que habían cuadrado por el encuentro. La mujer lo amenazó con empezar a gritar que la estaba violando, cuando él se volteó y entonces ella se lanzó por la ventana. La ciudadana había ido hasta la habitación del hotel por voluntad propia y había recibido dinero por sus servicios sexuales, no existiendo elementos que inculparan a Colmenares al momento de su detención. Otra versión es que el mismo hombre la había amenazado de muerte colocándole unas tijeras en el cuello porque quería sostener relaciones sexuales sin preservativo, como se supo más tarde a través los medios de comunicación.
Por ello no puedo creer en la inocencia de Colmenares, pues es el mismo modus operandi del caso de la modelo Marisol. El se declaró inocente y pese a todos los elementos para condenarlo se mantuvo firme en su inocencia… Muchas personas catalogaron de psicópata a Colmenares por los hechos relacionados con la modelo.
Sabemos que la violencia contra la mujer es algo cotidiano en el mundo y las Naciones Unidas en su 85ª Sesión Plenaria del 20 de diciembre de 1993 ratificó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se la reconoce como un grave atentado contra los derechos humanos e “insta a que se hagan todos los esfuerzos posibles para que la declaración sea universalmente conocida y respetada”. Define a la violencia contra la mujer en su primer artículo: “A los efectos de la presente Declaración, por `violencia contra la mujer’ se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
En el caso en cuestión, el hombre comete de nuevo este mismo delito. Aun saliendo de la cárcel no podía estar en la calle como si nada. Las evaluaciones psicológicas no lo daban apto para salir en libertad. Solo logro salir con la reforma del Código Orgánico Procesal Penal según el cual debía cumplir 25 años de los cuales cumplió 17 y le restaron 8 por un beneficio del mismo Código.
Claro está que si se garantizara que el ex convicto tuviese un custodio o garante luego de que salga de la cárcel y un tratamiento de reinserción en la sociedad otra sería historia de nuestro país: Si hubiese cometido este tipo de crimen en otra nación, hubiese recibido pena de muerte o cadena perpetua.
La reforma del COPP es urgente, así como el compromiso real de estudio y análisis que deben ejercer los jueces al momento de dictar sentencias. ¡Pobre país el nuestro! Eso es lo más lamentable. Es atroz que un sujeto de tan precaria salud mental sea beneficiado por la legislación vigente al reducir o conmutar su pena por homicidio, y más lamentable aún que se vea incurso nuevamente en un hecho que al parecer iba a tener igual desenlace que su “primer” ilícito.
Lo lamentable es que esta historia se vuelve a repetir y que nuevamente Colmenares sea puesto tras las rejas. Con el nuevo repudio que nos hizo recordar y sonar con otra víctima de este abominable hecho. Muchas personas decían “Cayó otra mujer victima de Víctor Colmenares Lupión conocido ahora como `el monstruo del Ávila”…
¡Hasta la próxima semana, Dios los bendiga!

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