18 junio, 2011

Huir dos veces

Huir dos veces

En 2005, salieron del Distrito Federal 491 mil personas, iban en busca de paz, en busca de otro clima para ellos y para sus hijos.

Yuriria Sierra
Hace unos años, la sombra de la Ciudad de México se formaba con una gran ola de violencia… asaltos, secuestros y demás hechos que daban cuenta de una inseguridad que se respiraba por todos lados. Con la esperanza de escapar de este clima, algunos habitantes se fueron. Querían huir, dejar atrás el Distrito Federal, y su tráfico, sus marchas, pero también esa gran sombra, a veces gris, a veces negra. Huir a otro estado, a otra vida.
En cifras del II Conteo 2005 del INEGI, en ese año salieron del Distrito Federal 491 mil  personas, iban en busca de paz, en busca de otro clima para ellos y para sus hijos. Hace un par de semanas, pregunté en Twitter por esos chilangos que se fueron del DF y regresaron… por la misma razón: para huir a una vida más tranquila. Tuve varias respuestas, y aunque me puse en contacto con algunos de ellos, fue Lissette Herrera, una habitante de la zona metropolitana de la capital mexicana, quien se dio unos minutos para platicar conmigo sobre ése, su escape en busca de un refugio que terminó siendo un infierno.
Fue en 2008 que llegó a Tampico, Tamaulipas, acompañada de su esposo. La noticia de un embarazo los tomó por sorpresa, pero no fue la única noticia que se anunció inesperadamente: “…lo que era un lugar tranquilo, sin tráfico, poca gente, bonito, se convirtió en un lugar donde empezabas a escuchar rumores, ¿no? De que hubo balacera acá, ya no podías salir en la noche a ningún antro, a ningún restaurante, porque luego lo cerraban. Y ya pasó el tiempo y después esos rumores se convirtieron en noticias de que ya hubo muertos, ya hubo enfrentamientos. Empezamos a ver militares en las calles. Y lo curioso es que allá no pasaban esas cosas en las noticias, te enterabas por la gente…”
Apenas tres años después, el sueño de Lissette, Tampico, se convirtió en la  pesadilla…otra vez se sintió arrinconada por el miedo. El paraíso que buscaba, quedó convertido en el infierno. Los datos que arrojan los análisis del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno federal, hablan de un Tamaulipas que en cuatro años pasó a ser el tercer estado más violento del país, después de Chihuahua y Sinaloa.
Entre 2006 y 2010 la cifra de ejecuciones, sólo en ese estado, creció en mil 200 por ciento. El año pasado, la cifra de ejecutados superó los mil 200. Sí, sólo en Tamaulipas. Y en el primer trimestre del año, se contabilizaron más de 230 muertes. A esta cifra habrá que sumarle los muertos que llegan de las dantescas escenas de migrantes ejecutados en el rancho San Fernando.
Hace unos años, era escapar del DF a Tamaulipas —o a cualquier otro lugar en el interior del país—, hoy lo es el escapar de Tamaulipas para volver al Distrito Federal.
Es la historia que se está viviendo en nuestro México. Un país en el que tantos mexicanos, como Lissette, han tenido ya que huir de otros que también son mexicanos…
Addendum. Anteayer, en una ceremonia en Los Pinos, y a razón del anuncio de inicio del proceso de digitalización de las estaciones de radio que hoy están en el cuadrante AM, Tristán Canales, presidente de la CIRT, también le solicitó al presidente Calderón, que se revise el proceso para que las concesiones de frecuencias radiofónicas se otorguen bajo procesos más equitativos, pero también señaló lo que se ha logrado en este sexenio en materia de telecomunicaciones, en especial, lo que a la industria de la radio le ha tocado: “En nuestra industria las tres C: competencia, cobertura y convergencia...” Añadió también la solicitud de un compromiso para eliminar de la industria las prácticas ilegales y toda aquella presencia que ponga en riesgo el desarrollo del sector…

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