01 junio, 2011

la gira de promoción de Carstens

¿Quién sufraga la gira de promoción de Carstens?

¿No se siente obligada la Junta de Gobierno a informar, bajo qué condiciones anda Carstens por el mundo?

Ángel Verdugo

La búsqueda de la posición número uno del FMI por parte del gobernador del Banco de México ha servido para muchas cosas; no sólo para demostrar el desprecio de lo que afirmó cuando buscó —hace 16 meses— la posición que hoy ostenta sino para con una opacidad que preocupa, viajar por el mundo con cargo al erario buscando los votos que lo llevarían a dirigir el Fondo Monetario Internacional.

Lo que vemos de
Carstens hoy es casi tan surrealista como esto: Imagine que General Motors lo contrató a usted como CEO y 16 meses después, cuando Ford Motor Company despide al suyo, le informa a su Consejo de Administración que los autos que en realidad le gustan son el Fusion y la Explorer ya que el Malibú y la Cheyenne no le agradan.

Los accionistas de General Motors y los miembros de su Consejo responden orgullosos y alaban su capacidad y experiencia al tiempo que le dicen a la competencia, ¡contrátenlo, nuestro CEO es el mejor del mundo! En consecuencia, toma usted el jet de General Motors y se dedica a visitar a los consejeros de Ford para convencerlos de que su estancia en GM era “por mientritas” pues lo suyo, lo suyo, era y es dirigir la Ford. Esto, que a algunos podría parecer una burda exageración, es lo que hace hoy nuestro flamante gobernador del Banco de México.

Aquí, la conducta de algunos es apoyar acríticamente a Carstens para dirigir el FMI. Además de Calderón y Cordero, andan por ahí los que no dudan en acusar casi de traidor a la patria al que osare apoyar a la señora Lagarde o calificar de acomplejado y desencantado al que critique a Carstens como hizo Don Juan Pablo Roiz en su blog: HYPERLINK “http://jproiz.blogspot.com/2011/05/francia-peleando-la-zona-de-confort.html” http://jproiz.blogspot.com/2011/05/francia-peleando-la-zona-de-confort.html .

A su injusta adjetivación, opondría los argumentos objetivos que en La Razón dio Otto Granados.De estar interesado, aquí los puede leer:

HYPERLINK “ http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=78344

http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=78344

Dada la opacidad con la cual hoy se mueve por el mundo, ¿no merecemos saber quién financia su gira de promoción?

¿Es correcto que la institución, que dejaría en caso de ser designado director gerente del Fondo, la financie? ¿Sería legal, que el gobierno federal la pagare? ¿Se vale el “Te promuevo para que te vayas”?

¿Cuál es el fundamento de la decisión de la Junta de Gobierno para autorizar —de haberlo hecho— las actividades de promoción personal de Carstens? ¿De ser designado director gerente del FMI, lo removerían como lo señala el Artículo 43 de su Ley? ¿No se siente obligada la Junta de Gobierno a informar, bajo qué condiciones anda Carstens por el mundo? ¿Le aceptarían, de ser designado, una renuncia que la Ley no considera?

Antier envié al Banco de México la solicitud OFI006-4427; en ella pido información acerca de las condiciones bajo las que se desplaza el gobernador. Si bien el Banco de México es autónomo, esto no significa condonar despropósitos como el del doctor Carstens. A éste, lo pinta su respuesta a la pregunta del reportero de El País: “The Economist decía que muchas veces se lucha por el primer puesto para hacerse con el segundo. ¿Es ese su objetivo? No, yo no quiero ser número dos del Fondo. Ya estuve en el segundo nivel y, si ese es el caso, prefiero quedarme ayudando a mi país.

Doctor, gracias por el favor de su ayuda.

Cordero, el PAN y el oficialismo

Cordero, el PAN y el oficialismo

La filtración de una lista de panistas que respaldan al secretario de Hacienda difícilmente puede ser vista como un ejercicio que no cuenta con la venia de Los Pinos.

Pascal Beltrán del Río

No pasó más de una semana entre el anuncio que hizo Josefina Vázquez Mota sobre la integración de su equipo de campaña —en el que destaca Ernesto Ruffo, primer panista en alcanzar el cargo de gobernador— y la entrevista que dio Santiago Creel a Excélsior —en la que retó a sus competidores por la candidatura presidencial del PAN a demostrar que tienen mayor apoyo que él— para que por fin emergiera con claridad la opción que se impulsará desde Los Pinos para la sucesión presidencial de 2012.

Quienes apoyan al secretario de Hacienda Ernesto Cordero para que sea el candidato de Acción Nacional parecen haber tomado nota del mensaje que les lanzó Creel, en el sentido de que el PAN es un partido bronco que suele rechazar las imposiciones, incluidos los candidatos oficiales, cuando tiene la posibilidad de opinar.

Así fue en 1999, cuando una parte de la cúpula panista trató de contener las aspiraciones presidenciales de Vicente Fox, quien la había ido construyendo desde la gubernatura de Guanajuato dos años antes. Esa vez, la nomenklatura blanquiazul acabó por entender que el foxismo era una ola imparable y dejó que El Grandote se presentara sin contrincantes en la primera elección abierta que organizó el PAN para elegir a su candidato.

Cinco años después, en mayo de 2004, Fox no supo entender que ya no seguía siendo el rebelde del partido, sino el Presidente de la República, y que la mayoría de los panistas no estaría dispuesta a seguirlo en sus intenciones de dejar un sucesor.

Por eso, cuando Calderón hizo públicas sus aspiraciones, en aquel memorable acto en Jalisco, Fox creyó que el problema se desvanecería con sólo despedirlo del cargo de secretario de Economía, y no se sintió obligado de reforzar la precandidatura de Creel, su carta para la sucesión. Ambos, Fox y Creel, debieron pensar que bastaba la magia del guanajuatense y el poder de la Presidencia para resolver la contienda por la nominación.

Calderón, en cambio, sí leyó bien los signos aquella vez. Sabía que el respaldo presidencial a Creel no garantizaba el triunfo de éste en la elección interna.

Montado en su profundo conocimiento del partido, así como en los amarres que hizo con gobernadores como el yucateco Patricio Patrón y, sobre todo, en el rechazo de la base del partido al candidato oficial —como reconoció el propio Creel en la entrevista—, Calderón arrasó en la primaria panista.

De los cerca de 297 mil votos emitidos en las tres etapas de la votación —de un padrón de 1.1 millones, sufragó menos de una tercera parte—, Calderón obtuvo poco más de 153 mil, suficientes para evitar una segunda vuelta contra Creel, quien se quedó muy atrás, con 95 mil adhesiones.

De entonces a la fecha, el padrón panista ha crecido sustancialmente. Hasta el último corte, estaba integrado por casi 290 mil miembros activos y 1.43 millones de adherentes. En total, un millón 722 mil ciudadanos con derecho a participar en la tercera elección interna de este tipo, que aún no ha sido convocada, pero que con seguridad se llevará a cabo en los tiempos previstos por la ley electoral, es decir, no en septiembre u octubre, como ocurrió en 1999 y 2005, sino seguramente a principios de 2012.

La reforma electoral de 2007, que compactó los tiempos de campaña y puso límites a la forma en que los aspirantes pueden hacer proselitismo, dejó intacta la ambición de quienes buscan llegar a Los Pinos el año entrante. Eso ha creado un ambiente de nerviosismo en el partido del gobierno, donde, a diferencia de los otros bandos, se libra una lucha encarnizada por la candidatura presidencial.

Una apertura de cartas por parte de la nueva dirigencia del partido —encabezada por Gustavo Madero— dejó en siete el número de aspirantes: cuatro secretarios de Estado, dos legisladores y un gobernador. De entrada, demasiados aspirantes para asegurar un proceso interno que deje al partido unido en 2012.

Hace algunas semanas, Excélsior reveló que existía la intención de limitar a uno o a dos el número de secretarios de Estado que tomarían parte en la interna del partido. Los cuatro secretarios que aspiran a la candidatura habían estado sumamente limitados en sus actividades públicas de proselitismo, no solamente por las restricciones legales sino por la decisión del presidente Calderón, expresada a este diario el año pasado, de que los miembros de su gabinete debían cumplir primero con su trabajo.

La filtración de una lista de prominentes panistas que respaldan al secretario de Hacienda Ernesto Cordero difícilmente puede ser vista como un ejercicio que no cuenta con la venia de Los Pinos. ¿Por qué? Porque Calderón había instruido a los miembros de su equipo a cumplir primero con sus responsabilidades como funcionarios y porque tras del virtual destape de Cordero no ha habido ningún tipo de reclamo público desde Los Pinos, ni un llamado al orden, mucho menos un despido como el que propinó Fox a Calderón.

También es necesario recordar el discurso que pronunció recientemente el secretario de Hacienda ante los delegados del gobierno federal, en el que Cordero hizo énfasis en su pertenencia al equipo de Calderón. Se trata de un mensaje que han querido reforzar quienes recientemente hicieron pública su simpatía con el funcionario, con el uso de la palabra “unidos”.

No pueden pasarse por alto algunos signos que chocarían con la idea de un apoyo total de la Presidencia con la precandidatura de Cordero, como la presencia del exvocero presidencial Max Cortázar y el ex jefe nacional panista César Nava en sitios prominentes de la estructura de campaña corderista.

De ambos se ha dicho públicamente que salieron del primer círculo calderonista luego de algunas diferencias con el mandatario, por lo que hay tres interpretaciones posibles: 1) las versiones de ese distanciamiento no son completamente ciertas, 2) el apoyo presidencial a la precandidatura de Cordero no es total, o 3) el Presidente es suficientemente pragmático para no perder de vista el objetivo que más le importa en estos momentos: no pasar a la historia como el hombre que hizo volver a Los Pinos al viejo partido de Estado.

Si es verdad que Cordero es el candidato oficial —y no sólo lo parece—, los filtradores habrán hecho un movimiento arriesgado aunque calculado: identificar al secretario de Hacienda como el favorito de Calderón, a fin de ubicar los núcleos de resistencia y trabajar sobre ellos de aquí a la elección interna. No soy de los que cree que esto haya sido un simple acto de cargada al estilo priista.

En todo caso, el primer reto para Cordero y Calderón rumbo a 2012 será quebrar el maleficio de que los candidatos oficiales sean rechazados por la base panista. Más allá de si Cordero es o no el favorito de Calderón, el secretario de Hacienda ya trae esa etiqueta y tendrá que competir con ella.

Por su parte, el Presidente ya recibió una advertencia de lo difícil que pudiera resultar incidir en la precampaña panista, luego de que quien era percibido como su favorito para la dirigencia del partido, Roberto Gil Zuarth, fuera derrotado en la reunión del Consejo Nacional de diciembre pasado que ungió como presidente del PAN a Gustavo Madero, y como secretaria general a Cecilia Romero.

¿Cómo crear condiciones para una contienda interna en la que Cordero pudiera remontar la ventaja que, en las encuestas, le llevan Creel y Vázquez Mota, cuando las principales figuras del partido no comulgan del todo con la línea de Los Pinos?

Quizá por eso circulan los rumores en el PAN de que, ante un mal resultado en las elecciones estatales del próximo 3 de julio, Madero podría presentar su renuncia, lo cual dar lugar a la elección de un nuevo jefe nacional panista —el quinto del sexenio— que esté mejor sintonizado con el oficialismo.

El video de la maestra

El video de la maestra o los maestros pandilleros

Jorge Fernández Menéndez

Para Valeria,
porque es una de ellas.

El video, grabado desde un teléfono celular, dura poco más de un minuto y medio y ha recorrido el mundo por las redes sociales. Mientras suenan las ráfagas de AK-47 en la calle, la maestra Martha Rivera Alanís ha pedido a los niños que se tiren al suelo del aula en el kínder de la colonia La Estanzuela, en el sur de Monterrey. Los chavos obedecen y se dejan caer cuerpo a tierra. La voz de su miss se escucha por encima de las ráfagas: “No pasa nada, corazón, nada más pongan sus caritas en el piso, preciosos, aquí no va a pasar nada, nada más no levanten la cabeza...” Ninguno de los chavos llora, todos obedecen, afuera arrecia el tiroteo. Martha propone un nuevo juego. “¿Vamos a cantar una canción?” Todos aceptan y comienzan a cantar, acompañando a su miss, “si las gotas de lluvia fueran de chocolate, me encantaría estar ahí...” ¿Quién quiere chocolate? ¡Yo!”, contestan a coro los chavos que no saben que a unos metros de esa aula quedaron cinco muertos, dicen que eran halcones de una de las pandillas que asuelan la ciudad.

La tranquilidad de Martha, la forma en que manejó la situación, la manera en que se ha expresado desde que un amigo suyo difundió el video que ella misma había tomado con su teléfono celular, le valió, desde un reconocimiento del gobierno del estado, hasta una catarata de mensajes en las redes sociales. Pero creo que, por sobre todas las cosas, Martha nos recordó lo que hacen muchos maestros todos los días, en sus aulas, no sólo para enfrentarse a la violencia externa, sino también a la interna, al bullying, a las amenazas y desafíos que se viven hoy en las aulas, incluidas desde la falta de valores hasta la pobreza y la desnutrición de sus alumnos o sus padres. Recordar a esos maestros y maestras a las que todos alguna vez de niños recurrimos, de los que todos alguna vez dependimos emocionalmente, también nos permite recordar la verdadera esencia, la humanidad intrínseca, en esa profesión.

Hace unas semanas, en el programa Todo Personal contábamos la historia de otra maestra, en Ciudad Juárez, que se enfrentaba a un desafío completamente diferente al de Martha. En el aula, un grupo de niños, durante la clase, entre gritos, se estaban pasando un teléfono celular para ver unas imágenes. Cansada, les quitó el teléfono para ver qué era lo que los entusiasmaba tanto. El video mostraba a uno de los niños, de los jóvenes, ahí presente, matando a golpes a otro estudiante del mismo grupo que desde hace días había dejado de ir a clases. El jovencito había filmado su propio crimen y lo exhibía a sus compañeros. Dice la maestra que era de la pandilla de Los Aztecas. Él mismo amenazó a la maestra, recuperó su teléfono y ella decidió dejar esa escuela, se fue a otra. No podía enfrentarse a esa violencia dentro de su salón de clases.

Mientras esos maestros luchan, sufren, se exponen, otros bloquean ciudades, dejan a millones de niños sin clases, explotan sus condiciones de líderes, para acumular poder. En Oaxaca, anteanoche, la Sección 22 decidió, dicen, levantar el paro que ha tenido tomada dos semanas la capital del estado y con el cual bloquearon el aeropuerto durante días, con el que dejaron sin clases a más de un millón de alumnos, por un pliego de peticiones que nada tenía que ver con la educación. La Sección 22 es el sindicato magisterial que menos trabaja, el que más cobra, el que tiene más afiliados que jamás dan clase, la Sección que realiza la mayor cantidad de movilizaciones al año, la que menos y peor enseña, la que se niega a someterse a cualquier prueba tipo ENLACE porque no quiere que sus maestros sean evaluados, la que ha dejado a la niñez oaxaqueña con el peor índice educativo del país. ¿Un ejemplo? El pasado lunes decidieron levantar el paro. Regresarán a clases hasta el próximo lunes. Quizá necesitan una semana de descanso adicional. Por supuesto, el gobierno local pagará sus salarios íntegros, hayan trabajado o no.

Y el mismo día que ellos levantaban el paro, pero no volvían a trabajar, en Michoacán, su vieja aliada, la Sección 18, retomaba la estafeta y comenzaban un paro con las mismas peticiones, las mismas formas, el mismo resultado en el deterioro de una educación estatal que muestra los índices más bajos del país.

Decía el poeta Jorge Luis Borges que “no nos unía el amor, sino el espanto, será por eso, agregaba, que la quiero tanto”. Será por eso que el ejemplo de Martha, sin ser extraordinario, sin ser muy diferente a lo que se hace muchas veces en muchas escuelas, nos recordó que hay otros maestros: que esos que vemos pateando gente, bloqueando calles, embadurnando con chapopote y plumas a sus adversarios internos, no son maestros, son simples activistas de grupos políticos que hace años dejaron la responsabilidad, quizá jamás lo hicieron, de educar y sacar adelante a niños y jóvenes que son el presente y el futuro de nuestro país.

El salto mortal

El salto mortal

Priistas se han convertido en perredistas y en panistas; éstos se volvieron priistas y/o perredistas, y perredistas se han pintado de azul.

Ricardo Alemán

No debiera sorprender a nadie que los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo —hasta hace semanas reputados militantes del PRD— hayan decidido sumarse a la campaña del priista Eruviel Ávila, quien les abrió los brazos sin regateo alguno. ¿Por qué no debe sorprender a nadie? Por dos razones.

La primera, porque si bien resuelta censurable e inaceptable que los políticos mexicanos se hayan especializado en el trampolín político, en el cambio de cachucha, de bandera y de ideología, como si se tratara de un cambio de ropa, lo cierto es que han abusado de esa práctica hasta niveles de náusea, hasta convertir la traición a la ideología y los principios en deporte nacional de la mal llamada clase política mexicana.

Es decir, desde los tiempos en que Cárdenas, Muñoz Ledo, AMLO y muchos otros salieron del PRI, para sumarse a la izquierda y luego al PRD, ha pasado mucha agua debajo del trampolín partidista de la clase política mexicana. Si hacen un esfuerzo elemental de memoria, recordarán que priistas se han convertido en perredistas y en panistas; que panistas se volvieron priistas y/o perredistas y, por supuesto, perredistas que se pintaron de azul.

En pocas palabras, nadie debiera sorprenderse de que un par de ex guerrilleros que desde la clandestinidad combatieron a los gobiernos del PRI, que militaron en la izquierda y luego pregonaron a favor de la socialdemocracia, hoy se digan atraídos por la seguridad del poder priista que encarna, nada menos, que el llamado a gobernar el Estado de México: Eruviel Ávila. A su vez delfín del priista llamado a convertirse en candidato presidencial del PRI.

Nadie debiera escandalizarse del “salto mortal” de Arce y Círigo, ya que meses antes también buscaron jalar al ex alcalde de Ecatepec —a las filas de la izquierda y del PAN— nada menos que el PRD de Los Chuchos, el PT de AMLO, el GDF de Marcelo y, claro, el PAN de Calderón. Todos ellos intentaron jalar a sus filas al entonces alcalde de Ecatepec. ¿Ya olvidaron que tanto los amarillos como los azules coquetearon con Eruviel Ávila para convertirlo en el candidato de la alianza PAN-PRD, contra Enrique Peña Nieto?

Lo curioso del trampolín político que con singular alegría practican todos los partidos, los políticos y los líderes, es que con el mismo cinismo que se escandalizan de la “traición ideológica” —de los que saltan del PAN o del PRD al PRI—, los puritanos de la política y del periodismo defienden el otro extremo del cochinero.

Es decir, cuando un político desprestigiado, cuestionado, con una larga historia en el lodazal priista, deja las filas del tricolor y llega a las del PRD o del PAN, entonces ha purificado su imagen y borrado su pasado. ¿Ejemplos recientes? El hidalguense José Guadarrama y el guerrerense Ángel Heladio Aguirre; dos pillos del PRI que, luego de ser reciclados por el PRD y el PAN, hoy son presentados como prohombres de la izquierda.

Y aquí es donde entra la segunda razón que explica el salto de dos políticos de la izquierda al PRI. Resulta que René Arce y Víctor Hugo Círigo han vivido una evolución ideológica que los llevó, de la guerrilla, a la izquierda y, luego, a la socialdemocracia. Esa evolución los confrontó con el grupo de Los Chuchos y luego con el de Marcelo Ebrard. Relegados del PRD, y vapuleados luego de que AMLO les asestó un golpe mortal al arrebatarles el poder en Iztapalapa —con el escándalo de Juanito—, Arce y Círigo se propusieron la creación de un partido socialdemócrata en el Distrito Federal.

Conocedor del riesgo que le significaba un nuevo partido en la capital del país, Marcelo Ebrard canceló todas las posibilidades y, con ello, literalmente echó a Arce y a Círigo a los brazos de Eruviel Ávila. ¿Por qué? Porque en el DF Marcelo Ebrad se apoderó del PRD y, en el Estado de México, toda la izquierda fue cooptada por AMLO. La única ruta de escape era el PRI, ya que el PAN está muerto.

Lo curioso es que la fuerza político-electoral de Círigo y Arce en Iztapalapa, y su conocimiento del PRD, los pueden convertir en la plataforma de lanzamiento, ideal, para el regreso del PRI en el Distrito Federal, en 2012.

Por lo pronto, se confirma que se avecina una derrota histórica para el PRD y la izquierda en el Estado de México: peor aún, que el PRI inició la pepena de ex perredistas para recuperar el control político electoral en el DF. Y, claro, en la feria de traiciones, peleas y pepenas, el beneficiado se llama Marcelo Ebrard. ¿Por qué? Porque la derrota de AMLO en el Edomex es la victoria de Marcelo en la elección presidencial. Al tiempo.

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