10 junio, 2011

¿Vale la pena la lucha?

¿Vale la pena la lucha?

Sicilia y miembros de la caravana colocaron frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua una placa en memoria de Marisela Escobedo. Si la quita será un criminal, advirtieron a César Duarte.

Ciudad Juárez • Ciudad Juárez, Chihuahua. Dos Ciudad Juárez recibieron a la Caravana del Consuelo esta noche de jueves. Uno terso. Otro violento…

El Juárez terso. Cientos y cientos de personas se paran en un distribuidor vial de Ciudad Juárez, en el puente de Cuatro Caminos. Literalmente bloquen la vialidad y la manada de coches y autobuses queda atrapada. La gente ondea banderas blancas, banderas de México, cartulinas, y con miradas de ansiedad, casi de súplica, pero también de alegría, de alivio, corea:

“¡No-estamos-solos, no-estamos-solos!”.

Luz María Dávila, madre de dos jóvenes asesinados en Villas de Salvarcar hace un año y medio, saludaba a Javier Sicilia y le ponía un crucifijo en el cuello. Él le besaba la mano. Consuelo mutuo por sus mutilaciones.

El Juárez violento: varios chavos tapados, de esos como los de Monterrey y Torreón que suele contratar el narco para bloquear vialidades y hacer marchas para pedir la salida del Ejército de las plazas, arremeten contra patrullas de la Policía Federal que custodiaban a la caravana. Escupen, insultan, patean.

Las dos Ciudad Juárez reciben al poeta y su caravana…

***

La madrugada del jueves llegaba la Caravana de la Paz a esta tierra, a Chihuahua, la capital, y un chihuahuense daba este recibimiento:

—Chihuahua es, toda, una sola lágrima: uno de cada tres muertos por la violencia son ejecutados aquí…

Horas más tarde, en la Plaza de Armas, una mujer cuya hija fue levantada y asesinada en 2008, definía así:

—Aquí es la tierra que hemos perdido, donde los niños juegan a ser sicarios. Donde matar mujeres es cosa diaria…

Chihuahua sangrante.

***

Uno. Dos. Tres. Cuatro… Cuatro pasos. Aquí, justo a cuatro pasos del Palacio de Gobierno, el 16 de diciembre del 2010 un sicario, sin importarle que lo grabaran las cámaras de seguridad del inmueble, persiguió desde la acera de enfrente a Marisela Escobedo y la ejecutó. El cuerpo de la mujer sin vida, que mantenía un plantón frente al edificio del Poder Ejecutivo local para protestar por el asesinato de su hija Rubí y la liberación de quien presuntamente la asesinó, quedó aquí… tirado a tan sólo cuatro pasos de una puerta de madera que representaba para ella la salvación, la entrada de la sede del Estado mexicano que debía protegerla.

Y aquí, en el mismo lugar, este jueves Javier Sicilia, Julián Le Barón y otros miembros de la Caravana del Consuelo, ayudados por unos albañiles, levantan cuatro mosaicos del piso y en su lugar colocan una placa de metal de aproximadamente 50 centímetros de largo, 35 centímetros de ancho, y 5 de grueso, de fondo. La fijan con mezcla, con cemento. En letras doradas sobre un fondo negro, se lee:

“Aquí fue asesinada Marisela Escobedo el 16 de diciembre del 2010 Marisela Escobedo Ortiz por exigir justicia en el feminicidio de su hija Rubí. Chihuahua, Chihuahua. Junio 2011.”

Los cientos de personas guardaron un minuto de silencio.

El poeta había advertido minutos antes al gobernador priista César Duarte:

“Si quita otra vez esta placa (unos reporteros locales dicen que una placa más sencilla la quitó una vez, otros que afirman que dos, y unos más juran que tres), si la vuelve a quitar… ¡es un criminal! ¡Es una persona insensible! ¡Un poca cosa! Esto es resistencia civil. Y que recuerde: la soberanía reside en el pueblo… ¡y esta plaza es del pueblo! ¡Este palacio es del pueblo (lo vitoreaban)! Le pido a la gente de Chihuahua que pongan placas con los nombres de sus muertos, para que los gobernantes recuerden sus omisiones y la deuda que tienen con todos los familiares de las víctimas…

Previamente, luego de escuchar varios testimonios desgarradores de víctimas de la violencia, Sicilia se dirigía desde el templete a otro político, al Presidente de la República:

—Le pregunto a Calderón: ¿ha valido la pena esta guerra? ¿Ha valida la pena?... Vea las fotos (todas esas decenas de fotos que los familiares de las víctimas enarbolan en las plazas)… Escuche los testimonios de las víctimas, de los familiares… No se puede haber salido a esta guerra sin una reforma del Estado, sus instituciones, y un nuevo Constituyente.

Luego, en charla con MILENIO, Sicilia insistía:

—Y también les pregunto a los gobernadores, los alcaldes, los procuradores, los secretarios de seguridad: y sus omisiones, ¿han valido la pena? Escuchen los testimonios, vean las fotos: ¿valen la pena sus omisiones?...

***

Caravana del Consuelo. Día 6. Ruta: Chihuahua-Ciudad Juárez. Distancia: 313 kilómetros. Tiempo: seis horas.

Marcha la gente, unos mil, del Monumento a la Madre a la Plaza de Armas. Y ahí, empieza el viacrucis verbal. Las historias del horror. Como esta:

“Soy madre de Paloma Escobar. Desaparecida y asesinada: la encontramos mucho después… Son dos muertes (comentaría después). Les digo a los secuestradores: ¿saben lo que se siente cuando desaparecen a nuestras hijas? ¿Saben? No sabemos dónde están. No sabemos si viven… Les digo a los asesinos: ¿saben el brillo de vida que se nos fue? Ustedes no saben cómo acabaron con nuestra existencia. ¿Saben?... A mi hija, le digo: me falta energía para vivir, pero sobrevivo por tu memoria…”

Chihuahua sangrante de dolor…

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