Crisis del euro
Alto precio para un respiro
Todas las soluciones parecen buenas para salir de la crisis.
Al final, los países de la eurozona reunidos en una cumbre de urgencia en Bruselas, acordaron un nuevo paquete de rescate para Grecia. Sin embargo, el problema subyacente dista mucho de estar resuelto. Y mientras, la factura sigue aumentando, tal y como advierte Die Welt.
Muchos podrían ver con razón el vaso medio lleno: al parecer, los jefes de Estado de los 17 países de la eurozona han realizado un importante avance en su cumbre sobre la crisis en Bruselas. Según se cuenta, ahora los acreedores privados participarán en el rescate de Grecia, tal y como insistía Angela Merkel, que se impuso a la oposición del Gobierno francés y, en especial, a la del Banco Central Europeo.
Se trata de un éxito importante para la canciller. También parece que en Bruselas se ha avanzado en otros detalles muy significativos. A diferencia de lo que cabría esperar hace tan sólo unos días, la cumbre ha resultado ser una grata sorpresa. Pero en realidad el vaso está medio vacío. El objetivo de la cumbre era apaciguar el temor a que la crisis se extendería a cada vez más países. Si se ha logrado o no este objetivo es algo discutible.
Y persiste el problema fundamental de la crisis del euro, es decir, que Grecia ya no puede responder a su deuda pública con sus propios recursos. La anunciada reestructuración es demasiado limitada para restablecer la capacidad de pago de Grecia. El país seguirá dependiendo del goteo de fondos de sus socios europeos.
Las garantías de los bonos griegos a largo plazo que se acaban de emitir, unas garantías que tendrán el respaldo del fondo de rescate europeo, también tienen el carácter de una subvención permanente. Vista desde esta perspectiva, la reunión de Bruselas constituye un paso más hacia una unión de transferencias. Los tipos de interés que exigen los prestamistas para las adquisiciones de bonos del Estado alemanes subieron ayer rápidamente.
Europa no puede esperar otro año y medio
A cualquiera que proponga un golpe contundente y liberador para acabar con la crisis se le tacha de no ser realista. El argumento es que la política no puede simplificarse hasta ese nivel, al igual que otros problemas complejos como la reforma de los sistemas sociales y que sólo es viable un enfoque gradual.
Sin embargo, este argumento malinterpreta el carácter de la crisis del euro. Toda pausa para respirar que logre la política europea en este asunto tiene un alto precio. Porque mientras, los problemas crecen sin parar y a un ritmo desenfrenado.
Si se hubiera encontrado una solución radical al problema de Grecia en la primavera de 2010, como mínimo Portugal quizás no habría necesitado pedir auxilio. Sin embargo, el enfoque supuestamente pragmático de hacer sólo aquello que fuera absolutamente necesario ha hecho que la montaña de deudas de Grecia sea asombrosamente mayor de lo que era hace un año y ahora incluso un país como Italia se ha convertido en candidato a sufrir una crisis de la deuda.
La política poco sistemática de los pequeños pasos se ha estado probando durante un año y medio. Europa no se puede permitir seguir esperando otro año y medio.
Contrapunto
El ganador es el BCE
El Banco Central Europeo ha perdido una batalla, pero ha ganado la guerra, opina Handelsblatt. Los responsables políticos han elevado los recursos para salvar a Grecia y han fortalecido las competencias del mecanismo de rescate. La UE "ha intervenido ahora mucho más decidida para ayudar a Grecia. Es exactamente lo que siempre quiso el BCE, que en ocasiones se quedó solo a la hora de comprar obligaciones para luchas contra la crisis de un país tan endeudado".
A fin de cuentas, juzga Handelsblatt, "las políticas alivian al BCE. En adelante, éste podrá centrarse en la política monetaria dejando el lado financiero a los ministros de Finanzas. Para ello, el BCE puede permitirse una pequeña derrota".
Unión Monetaria: la bomba de tiempo europea
Unión Monetaria: la bomba de tiempo europea
La eurozona se acerca cada vez más a la predestinada unión fiscal. Pero los escépticos no deberían cantar victoria, porque el caos también alcanzará a Gran Bretaña.
Por fin, una crisis de verdad. La operación de rescate franco-alemana para la eurozona era inevitable por la simple razón de que el Armagedón nunca llega a ocurrir. Nicolas Sarkozy y Angela Merkel de nuevo han remendado juntos otro rescate "temporal" para los griegos y lo harán también para los portugueses y los irlandeses si es necesario. Los contribuyentes alemanes pagarán las cuentas de los griegos y ayudarán a los bancos europeos, mientras siguen beneficiándose de un interés del 20% en sus préstamos soberanos. El poder siempre gana, mientras tenga a otro que pague.
Otra crisis más intrigante estalla en Gran Bretaña. El canciller George Osborne demostró un gran cinismo al abandonar su oposición a una Europa de "dos velocidades" y exigir que la eurozona llegue con prontitud a una unión fiscal, con Gran Bretaña claramente al margen. Afirmaba que únicamente una unión de este tipo impondría una disciplina a las naciones deudoras y de este modo se evitaría la anarquía bancaria que salpicaría a la economía británica. Gran Bretaña no participaría en ningún rescate, pero se basaría en la eurozona para seguir su camino hacia una unión más estrecha.
Puede que Osborne sea cínico, pero tiene razón en su análisis histórico. El último rescate griego supone para la Europa continental el momento en el que se ve obligada a dejar de ser una federación disgregada para convertirse en un Estado unitario frágil. Si la política europea va a estallar y a volver a la xenofobia, al control de las fronteras, a las limpiezas étnicas y a los boicots comerciales, lo hará ahora. Se trata sin duda de un momento decisivo.
Hay que hacer que los griegos paguen sus impuestos
Desde los inicios de la Unión Europea, después de la Segunda Guerra Mundial, la aparición de un momento así era el mayor de los peligros. Mientras las monedas nacionales pudieran moverse con flexibilidad en un ambiente de libre comercio, la economía política de Europa tan diversa podría disfrutar de una "geometría variable". La válvula de seguridad de la devaluación permitía a los países ajustarse con el tiempo. Sus características autonomías y culturas políticas podrían sobrevivir.
Esa válvula de seguridad ahora se está apagando. Enormes subvenciones fluyen de los países más ricos a los más desfavorecidos dentro de la eurozona para pagar las facturas de los Gobiernos, apoyar proyectos y financiar deudas soberanas. De paso llegan la intervención burocrática y la disciplina fiscal. Esto implica impuestos armonizados, aplicación de leyes armonizada, normativas armonizadas y gobierno armonizado, mientras el electorado no tiene mucha influencia en ello. Una vez que se introdujo la unión monetaria en 1999, el resto era cuestión de tiempo.
Cada paso hacia una "unión cada vez más estrecha" ha generado una reacción más fuerte. Si no se supera la prueba, el resultado será la destrucción. Hay que hacer algo para que los griegos paguen sus impuestos o los alemanes se negarán a pagar sus subvenciones. Tal y como expone Osborne, los eurobonos son necesarios, pero éstos impondrían que Alemania respalde las deudas de los Estados del sur, lo que implica que estos Estados acepten una "política económica de diseño alemán".
La desconfianza supera a la confianza
Bruselas debe fijar objetivos de gasto público y fiscalidad en los Estados más débiles o las quiebras bancarias acabarán echando por tierra el inestable equilibrio económico de Europa. Pero los intentos que ya ha hecho Bruselas para imponer un impuesto corporativo uniforme se tambalean. Entonces ¿cómo podría mantenerse en pie una auténtica unión fiscal?
Ya hemos comprobado cómo las demandas del eje franco-alemán y del FMI han molestado con furia a los países con problemas. Los griegos se rebelan ante su humillación y los alemanes se rebelan por su generosidad. En toda Europa se desvanece el antiguo consenso a favor de la UE. Los eslovacos se han negado a participar en el rescate del euro y han sido acusados por la Comisión de haber cometido una "infracción de solidaridad", unos términos que recuerdan a la antigua Unión Soviética.
El último eurobarómetro de la opinión pública demuestra por primera vez que la desconfianza general en la UE supera a la confianza, sobre todo en Gran Bretaña, Alemania y Francia. Las encuestas revelan que cada vez menos países consideran positiva la pertenencia a la Unión, con muestras de oposición más firmes cuanto más al norte nos dirijamos.
La "unión más estrecha", una fantasía
Es un mal presagio que la política del euroescepticismo se fusione con las antiguas líneas históricas. Cuando la UE era una unión comercial sólida, contó con el respaldo de la Europa protestante del norte. A medida que se desviaba hacia la ortodoxia institucional y las fuertes transferencias transfronterizas, empezó a ser atractiva para el sur de la Contrarreforma. El altisonante lenguaje del primer borrador del Tratado de Lisboa de Valéry Giscard d'Estaing era similar al de una encíclica papal.
Al igual que antes de la Reforma, los impuestos de Europa del Norte para mantener las subvenciones y las deudas de la madre iglesia duraron un tiempo, pero no podían durar siempre. Puede que los contribuyentes alemanes rescaten a los griegos, porque la mitad de las deudas griegas las han contraído con bancos extranjeros. Pero estos contribuyentes no rescatarán también a los portugueses, a los españoles y a los italianos.
El intento de reinstauración del Sacro Imperio Romano está condenado al fracaso. En breve, las tesis de Lutero no se clavarán en las puertas de Wittenberg, sino en el palacio de Berlaymont en Bruselas. La "unión cada vez más estrecha" siempre fue una fantasía peligrosa, un imperialismo desde arriba fraguado en las mentes sobrealimentadas de los cardenales de una fe paneuropea.
Una orgía xenófoba a la que Gran Bretaña no será inmune
La UE pensaba que podía negar la realidad política. Su arrogancia estriba en la creencia de que en cierto modo la unión monetaria podía dejar intacta la identidad nacional, que un Parlamento Europeo corrupto podría ofrecer suficiente responsabilidad democrática. Ahora, los buenos tiempos llegan a su fin, esa responsabilidad no puede validar las atroces disciplinas que deben imponerse a las naciones deudoras.
La enérgica democracia doméstica es la única fortaleza de los Estados europeos de la posguerra. No bastará con una disciplina distante. El intento de imponer una unión fiscal en toda Europa producirá su desaparición. Pero donde se equivoca Osborne y su estilo de escepticismo obviamente es en aceptar con agrado esta desaparición. Cuando la unión monetaria llegue al límite y se desencadene una orgía de xenofobia, Gran Bretaña no será inmune al caos.
Los Napoleones de bolsillo que se embarcaron en esta empresa pueden vivir su Waterloo. Pero la economía de Gran Bretaña no escapará a la carnicería. La unión monetaria, siempre inviable, ha desatado un desastre europeo.
Un hombre mata a 9 personas en un campo juvenil
Un hombre mata a 9 personas en un campo juvenil del Gobierno noruego
El ataque a las afueras de Oslo ocurrió a solo horas de que una potente explosión cimbró el centro de la capital (Ian Dutton).
(CNN) — Al menos nueve personas murieron este viernes después de que una persona vestida como policía abrió fuego en un campamento juvenil del Partido Laborista de Noruega en Utoya Island, a las afueras de Oslo, según informó la policía, que confirmó que el tiroteo guarda relación con la explosión de una bomba esta mañana en el centro de la capital noruega.
La policía arrestó a una persona tras el ataque en las instalaciones de las filas juveniles del partido gobernante, pero no estuvo claro de inmediato si se trata del atacante, informaron medios estatales.
El nuevo incidente ocurre luego de un ataque con bomba en el centro de Oslo que dejó al menos siete muertos y decenas de heridos.
No hubo de inmediato mayores detalles sobre el nuevo ataque ocurrido en la isla de Utoya, al cual asisten alrededor de 700 personas.
Un reportero de la televisión estatal NRK calificó de "caótica" la escena en el lugar tras el ataque.
El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó los “despreciables” actos de violencia ocurridos en Noruega y afirmó que monitorea de forma continua la situación, incluida la seguridad de ciudadanos estadounidenses.
“Nuestros corazones están con las víctimas y sus familias, y ya contactamos al gobierno noruego para expresarles las condolencias”, dijo a CNN un vocero del Departamento de Estado.
Estados Unidos se comunicó con las autoridades noruegas para ofrecer asistencia, pero hasta el momento no se han hecho peticiones en específico, agregó el vocero.
Además, se informó que no hay confirmación de víctimas estadounidenses, y se pidió a quienes se encuentran en Oslo que eviten el centro de la ciudad y que monitoreen los medios locales.
Pemex exporta más y produce menos
Pemex exporta más y produce menos
La paraestatal dijo que sus exportaciones subieron 4.2% a 1,425 millones de barriles en junio; produjo 2,554 millones de barriles en el periodo, cifra inferior a la registrada en mayo.
2012: ¿la prueba de fuego para Pemex? La número 1 de 'Las 500' de la revista Expansión verá el resultado de los contratos incentivados. |
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El Top 10 de 'Las 500' de Expansión Pemex, América Móvil y Walmart lideran el ranking 2011 de ‘Las Empresas Más Importantes de México’. |
Pemex, un importante proveedor de Estados Unidos, dijo que produjo un promedio de 2,544 millones de barriles por día (bpd) en junio, una baja frente a los 2,556 millones de bpd en mayo.
Sin embargo, las exportaciones de petróleo repuntaron 4.2% en el sexto mes del año a 1,425 millones de bpd, dijo la empresa, que divulgó sus datos mensuales a través de su cuenta en Twitter.
México, el séptimo productor de crudo en el mundo, ha estabilizado su producción en alrededor de 2.5 millones de bpd, deteniendo el declive registrado unos años atrás debido al envejecimiento de sus principales campos.
Los ingresos de Pemex alimentan una tercera parte del gasto del Gobierno de México, que perdió cerca de una cuarta parte de su capacidad de producción entre el 2004 y el 2009 debido en parte a la falta de inversión en exploración.
México espera cerrar el 2011 con una producción promedio de 2.6 millones de bpd y de 2.7 millones de bpd en el 2012
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