Dolido aún por el allanamiento de su casa, el poeta Efraín Bartolomé aceptó las disculpas que personalmente ofreció el procurador del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, y el reloj Montblanc que el funcionario le dejó en prenda simbólica hasta que “aparezca” el Omega que le robaron agentes.
Patricia Magaña, académica, bióloga de profesión, y sus padres también admitieron las excusas durante la reunión con el funcionario, que reconoció que el operativo iba a derivar en irrupciones de domicilios de gente inocente porque se trataba de un objetivo “muy difícil”.
“Al final de cuentas, como le decía yo al poeta (Bartolomé), el que no trabaja o el que no se sube al caballo pues no se cae, muchos prefieren no meterse en problemas y simple y llanamente decir pues no es mi bronca, que otro más lo resuelva….”, les dijo.
El funcionario comentó que durante el encuentro previo con el poeta, quien denunció que durante el operativo fue robado un reloj Omega con el que tenía 40 años, y por lo tanto era “invaluable”, “le dejé mi reloj en garantía para decirle que le voy a devolver el suyo, ya sea que se lo compremos nuevo o recuperemos el original”.
Indicó que en prenda le entregó un reloj Mont Blanc que compró cuando nació su hija, porque también “tiene un alto valor sentimental”.
Garantizó que los agentes ya son investigados y señaló que espera recuperar la prenda. “Voy a decirle a la gente que la pérdida de ese reloj es tanto como si hubieran tomado el mío”.
El poeta Efraín Bartolomé admitió las disculpas del servidor público y dijo que continuará con la queja que interpuso en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y ante el ombudsman local para evitar que cualquier ciudadano sea víctima de este tipo de atropellos.
Castillo Cervantes se reunió ayer por separado con los afectados durante el operativo para capturar a Oscar García Montoya, presunto líder de la organización criminal La mano con ojos.
En el encuentro con Patricia y sus padres señaló:
“Nos hubiera gustado agarrarlo en la calle, pero sabíamos que íbamos a tener un enfrentamiento con muertos, buscamos mucho no tener bajas, se nos movía muchísimo, él fue jefe de seguridad de los Beltrán Leyva, sabe moverse y qué hacer, un objetivo muy difícil y sólo había esta forma de detenerlo, de corazón les ofrezco una disculpa”, dijo el funcionario a los padres de Patricia en la sala de su casa en la calle de Bekal, colonia Torres de Padierna, en Tlalpan.
“Afortunadamente no tenemos ninguna vida que lamentar, se han evitado cientos de muertes, en verdad, y a lo mejor sientan que forman parte de este operativo”.
La madre de Patricia, quien tiene un bypass por una enfermedad del corazón, relató al procurador cómo inició el operativo. “El susto para mí fue impresionante, porque golpeaban y golpeaban el zaguán. Me espantaron cuando entraron…como un estallido”.
Castillo Cervantes explicó que se trató del operativo “más delicado” que ha tenido la Procuraduría General de Justicia del Estado de México por la peligrosidad del detenido, relacionado con la muerte de más de 600 personas.
Sostuvo que la complejidad era tal que tenían cinco posibles domicilios en los que se podía encontrar el sospechoso y atribuyó las irrupciones en tres casas de gente inocente a problemas de “georreferenciación” que enfrentaron los elementos de élite del grupo G60. Incluso existía la “seguridad” de estaba en Atizapán y luego se movió a Tlalpan.
Orlando Magaña, padre de Patricia, aceptó las disculpas pero también aprovechó tener enfrente al procurador para poner en duda la capacidad operativa de los agentes que allanaron su domicilio, pues “llegaron como verdaderos delincuentes destrozando lo que encontraron a su paso, ojalá podamos superar el daño moral”.
La plática se relajó con el transcurso de los minutos cuando aceptaron la reparación del daño. Orlando señaló que no querían más tramitología para cubrir los gastos. “Ahora si no quiere tramitología no vaya a presentar su denuncia”, respondió en broma el procurador.
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