Han matado a Osama Bin Laden. No ha sido un acto de defensa, sino de venganza. Así lo ha reconocido un funcionario del gabinete Obama al afirmar que: “el objetivo era matar a Bin Laden, no capturarlo". El Estado Español se ha felicitado por este hecho de venganza también al decir que “Obama ha hecho justicia a las víctimas del 11-M”. Cuando una persona se toma la justicia por su mano, le llaman asesina. Cuando lo hace el Estado, lo llaman acto heroico. La mentalidad de Occidente no destaca por su ecuanimidad, ni capacidad de usar la razón.
Sin duda, es una gran noticia que haya un criminal menos, pero todo esto no es más que parte del circo neocon. El director de la CIA, Leon Panetta, se ha apresurado a decir que "estamos seguros de que Al Qaeda no tardará mucho en intentar vengarse". Hilary Clinton, antes de que alguien se planté el fin del estado policial de EE.UU en el mundo, también ha dicho que “la lucha antiterrorista no termina con la muerte de Osama Bin Laden”. Seguirá existiendo el campo de concentración de Guantánamo, el gran atropello a los derechos humanos de la Patrioct Act, los abusos policiales, como los de la TSA y ocupaciones y matanzas en países extranjeros con la excusa de la seguridad nacional y mundial.
¿Cuándo acabará esto? Nunca. El miedo es lo que permite al Estado crecer. Lo vemos en el campo económico. Cuando alguien habla de suprimir privilegios sociales como las pensiones, educación o medicina gubernamental, siempre sale el político de turno, o lobby afín, gritando: “los viejos morirán de hambre”; o “sin sanidad (gubernamental), morirán miles de niños al día sin sus vacunas”. Y más gracioso aún: “sin educación (del Estado), los niños serán idiotas”.
La verdad es que la intromisión del gobierno sobre los temas de las pensiones, medicina y educación, ¿qué resultado nos han dado? El Gobierno empezó el gran latrocinio de las pensiones “públicas” con la excusa de que el Pueblo tuviera una “vejez digna”. Setecientos euros al mes no tienen nada de digno. No hay nadie con menos de treinta años que afirme que cobrará una pensión digna cuando se jubile. El Gobierno, partidos, sindicatos y patronal han alargado la edad de jubilación y vamos a morir todos con las botas puestas. La promesa del Estado fue MENTIRA. Fue una excusa para el ROBO.
El Estado se inventó la medicina estatal para darnos más seguridad también. Los resultados han sido un mal servicio, colas, camas en los pasillos y ahora la inminente quiebra del sistema en algunos lugares como Cataluña. Boi Ruiz, Consejero de Sanidad de Cataluña, aconsejó recientemente que “los catalanes se afilien a una mutua” para evitar el colapso y ruina de las finanzas catalanas. No es una anécdota regional. Claude Castonguay, creador de la seguridad social canadiense afirmó hace unos años que su “sistema [social] es una ruina”. Otra vez, La promesa del Estado fue MENTIRA. Fue una excusa para el ROBO.
¿Y qué pasó cuando el Estado se apropió de la educación? Adoctrinamiento, pereza intelectual, enormes cuotas de fracaso escolar. Cuando más ha invertido el Estado en educación, más ineptos, dependientes del Estado y aborregados están nuestros jóvenes. España, uno de los países más intervencionistas en esta materia, tiene el triste honor de estar entre los últimos países del mundo en competencia escolar. La promesa del Estado fue MENTIRA. Fue una excusa para el ROBO y la ADOCTRINACIÓN.
¿Por qué iba a ser diferente la seguridad nacional? La promesa de los políticos fue que tendríamos más bienestar. El resultado ha sido un deterioro claro en el bienestar con un aumento radical del Estado Policial (inseguridad), las invasiones en otros países, el robo, construcción de Bancos Centrales, monopolios privados y el asesinato en masa con el único fin de la dominación política y económica del mundo.
El objetivo del Estado no es ofrecer más seguridad, eso sólo lo puede dar la sociedad interactuando con ella misma: el mercado con sus empresas de seguridad, alarmas, porteros, agentes privados, vallas, armas, cámaras… El único fin del Estado es crear más inseguridad y buscar continuamente chivos expiatorios que quieran destruir el mundo. Algo así está muy bien que se lo crea un niño cuando lee un comic de Superman, pero es una excusa muy vaga para un adulto (lógico, ya que se lo han repetido mil veces en esas granjas de adoctrinamiento llamadas “escuelas públicas”). Cuando más invierte el Estado en un sector, más lo deteriora, para así, seguir aumentado su peso en él.
¿Qué es lo que nos ha dado la seguridad nacional, el Imperio americano, la ONU y órganos similares? Más inseguridad, más muertes, más déficits, más impuestos, nuevos enemigos a los que los políticos aprietan para que salten. ¿No cree que eso mismo es lo que están haciendo ahora con Libia? Arman a los rebeldes como hicieron con Saddam Hussein y Bin Laden. Luego los tuvieron que matar a ambos. ¿Qué cree que va a pasar de aquí treinta años?
Otra vez, La promesa del Estado para garantizar nuestra seguridad fue MENTIRA. Fue una excusa para el ROBO, el ENGAÑO, el ASESINATO, el PODER ilimitado y el CRIMEN a gran escala. Los mayores criminales se llaman Políticos y viven de nuestro dinero. La seguridad nacional no tiene respuestas “nacionales”, sino locales y privadas, pero eso ya es otra historia.
Jorge Valín
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