26 agosto, 2011

China: la locomotora del crecimiento en el mundo

El valor de su economía es de 5.8 billones de dólares, es la segunda más grande del mundo; en 2010 sus exportaciones crecieron 34.7%

Gabriela Chávez

Datos de China


CIUDAD DE MÉXICO, 26 de agosto.- En la apuesta BRIC de cuatro economías una se levantó rapidamente. China se despegó del bloque de los emergentes antes que sus homólogos del bloque y hoy se posiciona como la segunda economía mundial con valor nominal, a precios de mercado, de 5.8 billones de dólares, la segunda más grande del mundo, y un elevado ritmo de crecimiento.

Tan sólo en 2010 su Producto Interno Bruto (PIB) aumentó 10.3 por ciento a tasa anual, según las estadísticas del Banco Mundial.

Sin embargo, el paso firme de su desempeño económico se ve acechado por el imparable crecimiento poblacional, situación que obliga a esa nación a enfrentar grandes retos para mantenerse y otorgar la calidad de vida a sus mil 336 millones 718 mil habitantes.

Dueña de un territorio de nueve millones 596 mil 961 kilómetros cuadrados y una ancestral cultura anclada en respeto y honor, China, que lidió por años dentro de un sistema comunista se abrió al comercio capitalista en 1978, y actualmente juega el segundo papel más importante de la economía mundial basada en el comercio, donde sus principales armas son la manufactura tecnológica y la producción de bienes industrializados de manera masiva.

Apertura

Esta detonación comercial, impulsada por Deng Xiaoping, líder del parido comunista chino entre 1978 y 1992, se concretó finalmente en diciembre de 2001 con el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Las fabricas de manufactura China han vuelto el sello “Made in China”, en el referente de un país sostenido por el superávit de su balanza comercial. Además de las inversiones del exterior, en 2010 recibió 105 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) y para 2011 se prevé que supere 60 mil millones de dólares.

Ese flujo de capitales, según la información del Ministerio de Comercio de ese país, provendrá de empresas transnacionales que tienen operaciones en China, a fin de continuar capitalizando su crecimiento; firmas como Nike, Adidas, las tecnológicas Microsoft y Apple, de la mano de su armadora Foxconn e incluso las mexicanas Cemex y Gamesa han ingresado a ese mercado, de hecho la firma de galletas mexicana invirtió 129 mil 660 millones de dólares en parques eólicos.

Todos quieren un poco de China; sin embargo, esta escalada económica no la ha hecho sola, pues ha capitalizado relaciones comerciales Incluso, sucedió en 2004 a través de la Asociación Asia Pacífico (APEC), en donde participó y anunció inversiones de 100 mil millones de dólares dirigidas a toda la región de América Latina a materializarse para 2014.

Riesgo

Pero a pesar del amplio crecimiento económico de China, la inflación según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su más reciente informe de 2011, registra una tasa de 6.4 por ciento, porcentaje que, a decir de los analistas, aqueja al país.

El alza de precios es una pésima noticia para quienes esperan que China salga al rescate del mundo, como lo hizo en 2008 luego de la caída de Lehman Brothers.

“El Partido Comunista está sosteniendo políticas monetarias y fiscales contractivas, para tratar de contener los precios aunque no se podría apretar más, señaló un informe del banco londinese Standard Chartered.

Entre la comunidad internacional, China se ve como el gran oponente de Estados Unidos, analistas dicen que los sobrepasará en 2016 y el banco de inversión Goldman Sachs lo mantiene en apuesta para 2050; sin embargo, en su última predicción de crecimiento económico, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que para 2013 mantendría un ritmo de crecimiento por lo menos de 6.8 por ciento y para 2016 de ocho por ciento, toda vez que la crisis no recorte la demanda de sus mercancías por parte de las grandes economías como Estados Unidos.

Distorsiones

Con fuerte intensidad económica en Beijing, Shangai y Tianjin, el gigante asiático vibra bajo el crecimiento del mercado, pero el contraste entre la fachada y la calidad de vida de quienes trabajan la economía es un perfecto blanco y negro.

Clase media

Según las proyecciones del gobierno chino, en el año 2020 el Producto Bruto Nacional crecerá cuatro veces más que el actual, y el ingreso per cápita será tres veces superior al actual.

Y eso se traducirá en el nacimiento de una enorme clase media china, que numéricamente será mayor que toda la población de Estados Unidos o de Europa, y que transformará la economía mundial tal como la conocemos hoy.

Según la Academia de Ciencias Sociales de China, uno de los centros de estudios más importante del país, la clase media china—definida como el número de gente que gana entre 18 mil y 36 mil dólares por año— crecerá del 20 por ciento de la población actual al 40 por ciento en el año 2020.

Eso significará que para ese año habrá 520 millones de chinos de clase media.

Y las empresas globales, que hoy producen ropa, automóviles y noticias para el gusto de los consumidores estadunidenses, modificarán sus productos para conquistar a los consumidores chinos.

Las compañías multinacionales “tendrán una orientación más asiática y menos occidental”, dice el informe.

Los grandes retos de la potencia asiática se basan en el sostenimiento de su economía y el ambicioso balance, el ying y el yang, entre la calidad de vida de su población y sus amplios planes de producción, pues hoy los empleados chinos laboran jornadas usuales de doce horas y ochenta por ciento de la población rural no cuenta con seguro médico.

Hay una lenta integración de los trabajadores rurales en las ciudades, afectados por las alzas en los precios de la vivienda, y el desequilibrado desarrollo de la educación y de la salud.

Comercio, su gran pistón

La balanza comercial de China y su relación con inversionistas alrededor del mundo es lo que sostiene a dicho país; Estados Unidos encabeza la lista de sus principales compradores.

Las exportaciones e importaciones chinas totales en 2010 ascendieron a dos billones 972 mil millones de dólares con un crecimiento de 34.7 por ciento, de acuerdo con datos del gobierno chino.

Según los informes de los organismos internacionales, las relaciones comerciales de China cobraron importancia en el mundo a partir de 1978 cuando el impulso del entonces mandatario Deng Xiaoping.

Pero no fue hasta 2001 cuando concluyeron con éxito las negociaciones de las condiciones de adhesión de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Este ingreso puso a China en el mapa del intercambio mundial de bienes con 153 miembros pertenecientes a la OMC, hasta 23 de julio de 2008, lo que le genera un comercio vibrante principalmente con Estados Unidos, a quien le exportó 18.4 por ciento de sus ventas totales durante 2010, según el almanaque económico de la CIA, (World CIA Factbook).

Pero para sostenerse como la segunda economía del mundo, la balanza comercial china reportó, durante la primera mitad de 2011, un intercambio entre importaciones y exportaciones a escala mundial de un billón 703 mil millones de dólares, de acuerdo con el ministerio de comercio chino, lo que representó un incremento de 25.8% para igual lapso con respecto a 2010.

De enero a junio de 2011, los exportaciones chinas fueron de 874 mil 300 millones de dólares contra importaciones de 829 mil 300 millones de dólares.

En este intercambio la recepción principal de bienes provino de Japón con 13 por ciento, Corea del Sur con 10.2 por ciento, Estados Unidos con 7.7 por ciento y Alemania con 5.6 por ciento.

En cuanto al comercio interno, China se divide de acuerdo con el Departamento de Estadísticas de China, en cinco sectores principales: industria que ocupa 7.9 por ciento del comercio, construcción y transporte, con 0.9 por ciento y el sector de todo venta o ventas minoristas que se lleva la mayor parte con 53.9 por ciento del mercado interno; estos combinados con la prestación de servicios para satisfacer a su población, en un mercado que se compone en 30 por ciento por paraestatales, diez por ciento de inversión foránea y 60 por empresas gubernamentales.

Mantener el modelo

En 2013 el dirigente del poderío chino tendrá una nueva cara, Xi Jinping, proveniente de las filas del partido comunista al que pertenece el actual mandatario Hu Jintao, y quien ha preparado a su sucesor durante más de un año para tomar la estafeta del país que convirtió en la segunda potencia económica mundial.

Desde el nombramiento de Jinping como vicepresidente de la Comisión Militar Central, en 2007, cargo que representa la mayor presencia de poder militar en el país, se trazó una estrategia para la sucesión, de la cual ocupará el quinto lugar de sucesores desde Mao Zedong, hasta el actual presidente, Hu Jintao que hoy representa a la cuarta generación del partido comunista.

Su carrera ha ido ligada y en ascenso para ocupar el cargo para el que ahora le proponen, pues desde 1999 se ha hecho cargo de las provincias más complicadas e importantes del país como gobernador de la provincia de Fujian, frente a las costas de Taiwan, para después ir en 2002 a encabezar la dirección del partido comunista chino desde la industrializada Zhejiang y en la cual permaneció hasta 2007.

Finalmente y ya de cara a su nombramiento como vicepresidente de la Comisión Militar Central, en 2007, Jinping tuvo como tarea la dirigencia de el vibrante centro de negocios Shanghái.

Adelanta negociación

En la visita del vicepresidente estadunidense Joe Biden a China, el posible sucesor se pronunció a favor de acercar las relaciones entre ambas naciones y fomentar el comercio internacional.

“En un mundo complicado y en constante cambio, la cooperación es la única opción adecuada para los dos países”, indicó Xi durante el diálogo con su homólogo estadunidense, Joe Biden, en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing hace unos días.

Jintao, que ha ocupado la silla presidencial desde 2003, delegará funciones en marzo de 2013 y sí nada cambia todo apunta a que el poder chino continúe heredado en la quinta generación del partido comunista chino dando continuidad al sistema económico.

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