26 agosto, 2011

Cordero, tormentas y cachuchas

Felipe Calderón asegura tener sujetas las riendas de la economía...

José Cárdenas

“Tormentas fuertes y mares procelosos” acechan a la economía mexicana. Se prevé un escenario complejo.

Son serias las declaraciones del Presidente.

Sin embargo, Felipe Calderón asegura tener sujetas las riendas de la economía. “Mientras hagamos lo correcto, mientras no juguemos a la ruleta (…) México será fuerte y va a salir adelante”.

No lo dice ningún inexperto marinero de agua dulce, propenso al mareo y a la exageración. Lo advierte el capitán del barco. El Presidente pondera, no sólo la fuerza del próximo zarandeo, sino también la resistencia del navío.

“Lo que hace que este barco pueda mantenerse en equilibrio es una quilla muy fuerte, blindada y muy pesada, que son nuestras reservas”, de 135 mil millones de dólares.

La advertencia es clara para quienes, en el río revuelto del meteoro financiero, se atrevan a buscar ganancias rápidas, apostando fuerte contra el peso. La dolariza está lista para sofocar cualquier incendio.

No habrá una reedición de 1994, cuando las reservas internacionales eran de unos ocho mil millones de dólares y fueron pasto de la especulación hasta pulverizarse en pocos días.

En la inminencia de la tormenta y el meneíto, esa es una buena noticia.

Sin duda.

Es claro y comprensible el símil náutico para hablar de México. Es tranquilizador, por más subibajas que ocurran en la Bolsa de Valores. Por más respingos, nerviosismos y volatilidades derivados del miedo financiero.

Ya se perciben, sin embargo, los primeros efectos de lo que viene.

Los consumidores de EU están dejando de gastar y los inversionistas están dejando de invertir. Hay desaceleración que podría derivar en recesión. Ello implicaría, para México, menos producción de la industria exportadora y, por lo tanto, menos empleos.

Y a propósito, ¿alguien ha visto al segundo de a bordo? Sí, al encargado de pronosticar el clima financiero.

Pregunto porque el barco nacional parece navegar en piloto automático, sin el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero. Quizá por ello el funcionario se dé tiempo para ponerse la cachucha de precandidato en domingo, y decir (en referencia al PRI), que “chango viejo no aprende maroma nueva”, y luego, en lunes, sentarse a negociar el presupuesto con la misma “changada”.

Por cierto, Cordero es el primer secretario de Hacienda que lanza el recordatorio de seguir siendo (por ahora) el interlocutor para la negociación de los dineros. Pero al tiempo que se reúne, este viernes, con el liderazgo panista para soplarle a su precandidatura.

¿En horas de trabajo?

El secre-didato se cubre con diferente cachucha. No hay secretos. También se va, para que ya no juege a la ruleta.

MONJE LOCO: ¿Se puso nervioso Cordero por los apapachos del Presidente a Pinita Vázquez Mota? Nadie sabe, nadie supo…

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