03 agosto, 2011

Credit Suisse, en peor situación que el UBS en EEUU

El clima político en Washington marcado por el marasmo económico no es un buen augurio para el banco suizo.
El clima político en Washington marcado por el marasmo económico no es un buen augurio para el banco suizo. (Ex-press)


El Departamento de Justicia en Washington inicia una investigación criminal contra el segundo banco de Suiza y procede a nuevas inculpaciones. Según los abogados que representan a los clientes, la situación del Credit Suisse es más grave aún que la que sufrió el UBS en 2008.


Tres años después del escándalo UBS con el fisco americano, Credit Suisse recibe una carta de la Justicia americana en la que le advierte que es “blanco” de una investigación.

Cuatro nuevas inculpaciones elevan a ocho el número de empleados del Credit Suisse acusados de ayudar a su clientela estadounidense a defraudar al fisco.

La portavoz de Credit Suisse en EEUU, Victoria Harmon, declinó hablar a swissinfo.ch sobre este tema. Pero en un comunicado destaca el “compromiso” del banco de Zúrich de conducir “sus actividades transfronterizas en el marco de un respeto absoluto a la ley” y de “cooperar con las autoridades de EEUU en la medida en que sus obligaciones legales suizas se lo permitan”.

Por su parte, Scott Michel y Lawrenece-Horn, abogados de clientes del UBS y Credit Suisse, estiman que la situación del banco número dos de Suiza es aún más grave que la que enfrentó su competidor en el pasado.

“Los alegatos contra Credit Suisse son muy graves y abarcan una gama de acciones que rebasa el delito del complot contra el fisco para involucrar también otro tipo de actividades criminales”, afirmó Scott Michel, experto del gabinete Caplin&Drysdale, en Washington.

“No se trata solamente de alegaciones, según las cuales el banco abrió cuentas de las que sabía que no serían declaradas, sino también de alegaciones de que el banco mintió a la Reserva Federal, destruyó archivos relaciones con dichas cuentas y ayudó a algunos clientes a escapar de la red de investigación y suministró a sus sus clientes servicios bancarios sin autorización”, explica el abogado que representa a una treintena de clientes del Credit Suisse.


Tras los clientes del UBS, Scott Michel defiende ahora a los del Credit Suisse.

Tras los clientes del UBS, Scott Michel defiende ahora a los del Credit Suisse. (Caplin&Drysdale)

¿Rumbo a la inculpación?

Tanto Scott Michel como Lawrence Horn, este último del gabinete Sills, Cummis & Gross de Newark, destacan que las medidas tomadas durante los últimos días por las autoridades estadounidenses permiten anticipar una inculpación del banco.

“Credit Suisse está cerca de ser inculpado, a menos que negocie con el Departamento de Justicia y le comunique los nombres de los clientes estadounidenses involucrados”, afirma Scott Michel.

“Credit Suisse recibió lo que en la jerga jurídica se conoce como target letter (una carta con un objetivo preciso). Su significado es claro, implica que el Departamento de Justicia tiene pruebas suficientes para inculpar al banco”, precisa Lawrence Horn.

El Departamento de Justicia de EEUU rehusó todo comentario, pero el análisis hecho por los dos abogados confirma la versión publicada por la agencia Reuters que cita a “fuentes gubernamentales de alto nivel” según las cuales “el gobierno de EEUU prevé imputar cargos al Credit Suisse”.

¿Intenta engañar al banco el Departamento de Justicia? “No, las target letters jamás son enviadas a la ligera”, responde Horn, ex procurador federal. “Hace 30 años que ejerzo como abogado y jamás esperaría que el Departamento de Justicia exagere o fanfarronee con un comunicado de este tipo”, agrega Michel.


Un contexto desfavorable

La evolución que experimentó el entorno jurídico-político tras el escándalo del UBS complica la situación del Credit Suisse.

A mediados de julio, el Tribunal Federal de Suiza decidió que Berna había actuado legalmente al ordenar al UBS entregar información confidencial sobre sus clientes a las autoridades de EEUU.

Por otra parte, en Washington el clima político está marcado por el marasmo económico, lo que se traduce en malos augurios para el Credit Suisse. “En el seno del Gobierno estadounidense no hay simpatía por quienes no están dispuestos a pagar la parte que les corresponde en tiempos de problemas presupuestarios”, observa Horn.

Y el Gobierno de Washington tiene interés en actuar con rapidez en el caso Credit Suisse para luego poder desplegar todos sus medios en la atención de problemas de evasión fiscal fuera de Suiza, como evidencian las investigaciones que tiene en marcha en otros lugares de Europa y en Asia.

El hecho de que el procurador haya presentado a los nuevos inculpados ante el Tribunal Federal de Alexandria, en Virginia, refleja este interés, ya que se trata de un tribunal reputado por su pronto ejercicio de la justicia.

“Está compuesto por magistrados de una calidad excepcional, conocidos por la rapidez con la que avanzan los asuntos que abordan. Es un tribunal que con frecuencia elige el Gobierno cuando quiere resolver un asunto con celeridad”, precisa Michel.

En el presente, los investigadores tienen a su favor la información que han suministrado los clientes del Credit Suisse que decidieron cooperar con las autoridades a cambio de una reducción de sus penas. “Varios de ellos son interrogados por el servicio de impuestos –algunos son mis clientes- y es previsible que esta dinámica continúe”, cita Michel.


Negociaciones en curso

Recientemente, el dominical SonntagsZeitung y la agencia Reuters informaron de rumores sobre la ruptura de las negociaciones entre Berna y Washington para llegar a un acuerdo marco en cuestiones fiscales. Un hecho que desmintió la embajada helvética en Washington. “Suiza conduce negociaciones con las autoridades de EEUU (...), pero no haremos comentarios sobre su desarrollo”, indicó la portavoz, Salomé Ramseier.

Michel considera que una ruptura de las negociaciones “tendría un impacto negativo para Credit Suisse, ya que los procuradores se sentirían en capacidad de ir verdaderamente a fondo”.

Ante este clima desfavorable y el riesgo de perder su licencia de operación en EEUU si es inculpado, el banco es el primer interesado en colaborar y disculparse, coinciden Horn y Michel.

“Credit Suisse tendrá que hacer lo mismo que UBS: llegar a un acuerdo con las autoridades de EEUU, pagar una multa de varios millones de dólares, y entregar información sobre algunas cuentas de sus clientes”, pronostica Lawrence Horn. Y puntualiza: “No hay escapatoria para el banco ya que desea mantener sus operaciones en EEUU”.

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