El Gobierno de Obama ha atacado la credibilidad del análisis que justifica la decisión del viernes de Standard & Poor's de rebajar la máxima calificación de la deuda de Estados Unidos, diciendo que ha hallado un error de 2 billones de dólares.
S&P se vio obligado a retirar la cifra de su análisis después de que funcionarios del Tesoro descubrieran que las estimaciones de la agencia de calificaciones sobre el gasto discrecional del Gobierno eran demasiado altas.
"Un juicio fallido por un error de 2 billones de dólares habla por sí mismo", decía el portavoz del Tesoro después de conocer que S&P rebajaba la calificación de deuda de Estados Unidos en un escalón.
Es la primera vez que el Tesoro estadounidense ha criticado públicamente a S&P. Funcionarios del Gobierno se han quejado de que la compresión del sistema político del país por parte de la agencia de calificaciones es demasiado simple.
Las discrepancias
Fuentes que conocen las conversaciones que tuvieron lugar el viernes entre S&P y el Tesoro de Estados Unidos han dicho que la agencia de calificaciones no quiso enmendar su error a pesar de que se le informó de los pormenores al respecto.
Funcionarios del Tesoro que no han querido revelar su identidad afirman que los principales operadores de bonos también están cuestionando la credibilidad de S&P, que ya recibió otro varapalo durante la crisis financiera de 2007-2009, cuando la deduda relacionada con las hipotecas perdió gran parte de su valor después de que originalmente recibiera buenas calificaciones.
Guerra política
Entretanto, los legisladores han aprovechado la rebaja para debatir sobre la mejor manera de controlar la brecha en el presupuesto de la nación. Los demócratas piden que haya más ingresos y los republicanos quieren centrarse en los recortes del gasto.
La decisión tomada por S&P "reafirma la necesidad de un enfoque equilibrado para una reducción del déficit que combine recortes del gasto con medidas para elevar los ingresos", ha dicho el líder de mayoría del Senado, Harry Reid, un demócrata de Nevada.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, un republicano de Ohio, dijo que la rebaja era "la más reciente consecuencia del gasto sin control que ha tenido lugar en Washington durante décadas".
Finalmente, el senador Jim DeMint ha sido más radical y ha pedido la dimisión del secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
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