Oficina de la agencia Standard & PoorŽs en Nueva York.| Afp
- Cunde en todo el mundo el temor a una nueva caída en la recesión
La agencia de rating Standard and Poor's rebajó la calificación de la deuda de Estados Unidos. Y China, principal cliente de los bonos norteamericanos, reaccionó con una dureza inusual criticando la política fiscal de Washington. Tras una semana de fuertes tensiones bursátiles, muchos se pregunta ahora cómo reaccionaran el lunes los mercados.
El diario 'The New York Times' calificó de acción "simbólica" la rebaja de S&P, cuyas consecuencias apenas se pueden prever todavía. Pero la reacción china no deja predecir nada bueno.
Washington intentó evitar la rebaja hasta el último minuto. A media tarde del viernes la agencia de rating hizo saber al gobierno de Barack Obama que el anuncio oficial se retrasaría por precaución hasta la noche, una vez hubieran cerrado las bolsas.
Según la prensa estadounidense, el gobierno habría descubierto incluso un fallo en los cálculos de S&P, que habría estimado en 2.000 millones de dólares más las futuras deudas del Tesoro norteamericano. "Un juicio con un desfase de este calibre habla por sí sólo", citaron los medios a una portavoz del gobierno. La agencia de rating no se dejó sin embargo impresionar e hizo efectiva la rebaja.
La rebaja de S&P no podría haber llegado en peor momento. Los mercados sufren desde hace días tremendas caídas. Wall Street vivió en la última semana el mayor retroceso desde hace tres años y en todo el mundo cunde el temor a una nueva caída en la recesión.
A esta situación se añade la "doble crisis" que se vive a ambos lados del Atlántico. Sobre Europa se ciernen las deudas de los países mediterráneos, e incluso Italia, la séptima economía del mundo, corre ahora el riesgo de tener que ser intervenida. Si ahora se pone también en duda a la primera economía del mundo, nadie puede prever cuáles serán las consecuencias.
Un mal momento
Los más optimistas en Estados Unidos creen que las consecuencias directas de la rebaja de S&P serán mínimas, argumento que sostienen con el hecho de que las otras dos grandes agencias, Moody's y Fitch, siguen manteniendo la calificación máxima de la deuda norteamericana.
"El paso no debe haber sorprendido por completo a los mercados", explica uno de los directivos de Barclays Capital, Ajay Rajadhyaksha. Y es que en realidad, S&P llevaba semanas amenazando con una rebaja si Estados Unidos no conseguía alcanzar un compromiso para lograr una verdadera consolidación fiscal. Rajadhyaksha reconoce, eso sí, que la decisión de S&P llegó en un mal momento.
Tras los acontecimientos de esta semana, la apertura de los mercados el lunes se espera con visible preocupación. ¿Continuará la incertidumbre de la última semana? Según los más escépticos, unos Estados Unidos "rebajados" suponen una nueva realidad para los mercados, y también un nuevo motivo de incertidumbre.
En realidad, la deuda estadounidense quita el aliento por sí sola. Actualmente alcanza los 14.300 millones y los expertos creen que pronto supondrá el 100% del rendimiento económico anual del país. Tan sólo el déficit presupuestario supera este año el 10%, muy cerca de cifras propias de Grecia.
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