21 agosto, 2011

El tráfico de personas en una frontera plagada de crimen


Drogada, violada y vendida por sexo. Esta fue la vida de María (nombre ficticio), una chica mexicana de 16 años de edad que fue secuestrada por una banda local y llevada con engaños a ejercer el comercio sexual.

Ella está entre las que tuvo suerte porque la rescataron de las garras de la banda criminal.

Muchas otras no tuvieron tanta suerte. Varias de las amigas de María fueron sustraídas de sus hogares, maltratadas y luego vendidas en Estados Unidos o brutalmente asesinadas. Anualmente, cerca de 100,000 niños y niñas de América Latina son objeto del tráfico de personas a manos de pandillas, traficantes y miembros de organizaciones criminales transnacionales.

Las iniciativas de Estados Unidos para combatir ese tráfico han sensibilizado a la opinión pública sobre el tema, pero en muchos casos no son capaces de abordar las raíces del problema con una apática aplicación de las leyes de inmigración y una estrategia ad hoc de seguridad fronteriza.

Los narcotraficantes se aprovechan cada vez más de los vulnerables inmigrantes que hacen el peligroso viaje a través de la frontera de Estados Unidos. El comisionado adjunto del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB), David Aguilar, señala las conexiones entre el tráfico de drogas, la inmigración ilegal y la trata de personas:

Toda la violencia que se produce, en contra de los inmigrantes ilegales … se produce a manos de los contrabandistas … Los contrabandistas están trabajando en coordinación con los cárteles de la droga y las organizaciones del narcotráfico.

Los Zetas, una de las más violentas organizaciones criminales transnacionales de México, ha iniciado incluso su propia red de prostitución. Un oficial de Estados Unidos señalaba que: “Están empezando a cambiar su modelo de negocio y se están diversificando en cosas como el tráfico sexual … Se dan cuenta de que es una manera rentable de generar ingresos y es de bajo riesgo”.

Para los carteles y otras organizaciones de trata de personas, el tráfico humano tiene el atractivo de asombrosos beneficios. A nivel mundial, esta industria tiene ganancias de hasta $32,000 millones al año y los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera sur son un blanco fácil. Ya que hay pocas consecuencias negativas en la actualidad por traficar con seres humanos, el deseo de obtener mayores ingresos lleva a muchas organizaciones criminales transnacionales a expandir sus operaciones incluyendo el narcotráfico y la trata de personas.

Los traficantes prometen una vida mejor y un trabajo más rentable. Esta táctica ha funcionado en innumerables ocasiones, atrayendo a una persona tras otra, inmigrante tras inmigrante, a trabajos forzados o al tráfico sexual. Ese tipo de promesas son muy tentadoras para muchos latinoamericanos que necesitan desesperadamente un empleo que pague lo suficiente.

Según Delbert Richburg, del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), los contrabandistas “venden grandes mentiras … Los traficantes buscan adolescentes en remotos pueblos de América Latina y les prometen conseguirles trabajo en restaurantes o cuidando niños. Al llegar aquí, los mantienen en cautiverio y aislados.

Anualmente, 27 millones de personas son víctimas de este tráfico y están en necesidad de ayuda. Estrategias que reconozcan la raíz del problema –una frontera golpeada por la criminalidad— ayudará a proporcionar una solución. La amnistía no es la respuesta.

Las víctimas de la trata de personas están atrapadas en un ciclo de abuso y los que tratan de escapar a menudo se enfrentan con la muerte. María contó la historia de una amiga que trató de escapar; aún recuerda cómo los pandilleros le echaron gasolina a la chica, le prendieron fuego y siguieron golpeando a la jovencita hasta que se murió consumida por las llamas.

Hay que hacer justicia. Aquellos que, como María y 27 millones más que son los esclavos de la era moderna, deben ser liberados.

Washington y la administración Obama no puede hacerse de la vista gorda ante la tragedia diaria de millones de personas.

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