29 de agosto de 2011 — .En su largamente esperado discurso en la reunión en Jakcson Hole, donde estuvo Trichet, jefe del Banco Central Europeo, y otros connotados banqueros, el jefe de la Reserva Federal no pudo ofrecer el mentado "estímulo monetario" (QE-III) que los banqueros esperaban tan fervientemente, aunque si se pronunció totalmente a favor de la dictadura financiera de Barack Obama.
Algunas fuentes señalan que Bernanke no pudo conseguir la autorización para un QE-III de manera abierta, y por lo tanto, ahora depende de los rescates más encubiertos y tras bambalinas, (tales como las líneas de canje de dólares con los bancos centrales de Europa) que ya están en marcha.
Sin embargo, Bernanke no decepcionó totalmente a la élite de la oligarquía financiera británica. En primer lugar, puso un gran énfasis en que "la población de edad avanzada" y los "costos de la atención medica" como el los obstáculos para lo que el considera "crecimiento a largo plazo". Esto es coherente con el programa hitleriano de Salud de Obama, de recortar los pagos al servicio de salud pública y así recortar a los enfermos.
En segundo lugar, Bernanke le dio todo su respaldo, implícitamente, al anticonstitucional "súper Congreso", como medio para recortar el presupuesto, alegando que "se haría una gran servicio al país con un mejor procedimiento para tomar decisiones fiscales" evitando el complicado proceso de negociaciones en el Congreso. "Quienes elaboran las políticas fiscales considerarían desarrollar un proceso más efectivo que establezca metas presupuestales claras y transparentes, junto con mecanismos presupuestales para fijar la credibilidad de esas metas", agregó. Los principales promotores de los recortes al presupuesto (para seguir con los rescates a los bancos) de inmediato elogiaron su discurso.
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