La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
Lo sencillo sería apelar a la torpeza notable de Vicente Fox, decir que ha dicho otra frase propia de un estúpido.
Fox es al menos consistente. Lleva años proponiendo legalizar y gravar algunas drogas, pidiendo la salida del Ejército de las calles, porque “mientras siga esta guerra y este nivel de criminalidad seguiremos perdiendo”.
Sus opiniones tras la tragedia de Monterrey no son, por tanto, una sorpresa total. Expresó: “Se debería llamar a un grupo de enlace de expertos en el tema en el contexto internacional que aporte ideas, acciones y soluciones y, por qué no, convoque a los grupos violentos a una tregua”.
¿Es una estupidez plantear hoy una tregua con los criminales? Probablemente. Pero Fox no es el único. Más de un priista dice, en voz baja, que eso harán cuando Enrique Peña Nieto sea presidente. Es lo que, sotto voce también, más de un gobernador o presidente municipal presume que hizo para bajar el terror.
Gobernantes, ex gobernantes y futuros gobernantes con esa opinión común mueve a pensar que, más que de un necio ignorante, la idea podría ser propia del buen juicio.
Perfecto, que se pacte, que se deje de confrontar a los criminales. ¿A qué criminales? ¿Cada quién se hace cargo de su esquina, municipio, estado, país? ¿Qué modelo de pacto? ¿Qué hace suponer que los criminales quieren pactar un alto a su modelo de violencia, crimen y muerte?¿Sería un acuerdo de meses, años, generaciones? ¿Los criminales no aprovecharán el pacto para fortalecerse y romperlo cuando mejor les convenga?
Muy interesante sería que Fox y demás pro pacto respondan esas y más preguntas para convencer de que se trata de una propuesta virtuosa en sensatez.
Y no en estupidez.
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