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El pánico de los inversores
La extrema ansiedad que agita actualmente a los mercados se debe a una conjunción de factores macroeconómicos que espantan a los inversores y crean un clima de pánico en los parqués mundiales.
Estos son los principales motivos:
1. La deuda colosal de Estados Unidos, cuya nota fue degradada por S&P
- La primera economía mundial acumula una deuda colosal de 14,3 billones de dólares y un déficit anual de 1,6 billones de dólares.
- El presidente Barack Obama logró arrancar un acuerdo in extremis con sus adversarios republicanos el 2 de agosto que evitó la suspensión de pagos y por lo tanto la bancarrota del país.
- Pero el compromiso fue juzgado insuficiente por la agencia de calificación Standard and Poor's (S&P) debido sobre todo a las concesiones hechas a los republicanos, opuestos a toda subida de impuestos.
- S&P degradó en consecuencia el 5 de agosto la nota de Estados Unidos, juzgado hasta entonces un prestatario de primera clase (AAA).
- Las bolsas mundiales se desplomaron, aunque paradójicamente, la confianza de los inversores en la capacidad de Washington de devolver su deuda se mantuvo intacta: los intereses de sus bonos permanecieron estables.
2. Eurozona: tras Grecia, Irlanda y Portugal, Italia y España en el punto de mira
- Los mercados temen un contagio de la crisis de la deuda soberana a Italia y España, que representan el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro. Los bonos de ambos países marcaron récords históricos la semana pasada.
- La inquietud está alimentada por la complejidad de los últimos acuerdos alcanzados por la Eurozona para frenar la crisis y por la demora en aplicarlos, ya que deben ser ratificados a nivel nacional por los 17 países miembros.
- Principalmente, el plan prevé dotar al fondo de rescate de la Eurozona de la facultad de comprar bonos de los países en apuros en los mercados secundarios.
3. Una respuesta política insatisfactoria
- Las divisiones y los enfrentamientos entre demócratas y republicanos, a poco más de un año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, alimentaron el escepticismo de los inversores en cuanto a la capacidad de los dirigentes para tomar las decisiones necesarias frente a la crisis.
- En la Eurozona, resulta inquietante para los mercados la falta de unidad entre los gobiernos y la resistencia de Alemania a dar su brazo a torcer a la hora de poner más dinero sobre la mesa para ayudar a sus socios.
4. El miedo a una recesión
- Los gobiernos occidentales se comprometieron a aplicar importantes programas de austeridad para reducir su deuda, lo que, según muchos economistas, impedirá mantener y potenciar la senda del crecimiento.
- Las últimas previsiones económicas para Estados Unidos y Europa contribuyen a agitar los ánimos y los mercados temen una nueva recesión mundial, pese a que algunos expertos hablan de una "ralentización", gracias a la buena marcha de China e India.
5. Las perspectivas de las empresas, revisadas a la baja
- Aunque los resultados del primer semestre son más bien positivos, los grandes grupos mundiales se mantienen muy prudentes sobre las perspectivas para la segunda mitad del año.
- Muchas empresas industriales exportadoras y las sociedades de materias primas están revisando sus previsiones a la baja, provocando la caída de sus acciones en las bolsas.
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