Libre Competencia de Monedas
– Por Ron Paul
El cierre de Junio marcó lo que ojalá sea el fin de la política de “flexibilización cuantitativa” (quantitative easing) de la Reserva Federal. Durante meses, la Fed ha comprado cientos de miles de millones de dólares de deuda del Tesoro, permitiendo al gobierno financiar su libertino gasto deficitario, empujar el techo de la deuda hasta su límite y devaluar aún más el dólar. La confianza en el dólar está cayendo en picada, la confianza en el Euro ha sido destrozada por la crisis de los bonos europeos, y los asediados consumidores y los inversionistas están poco a poco dándose cuenta del hecho de que las monedas emitidas por los gobiernos no mantienen su valor.
La moneda es sólida sólo cuando es reconocida y aceptada como tal por los individuos, a través de sus acciones, sin coacción. A través de la historia, el oro y la plata han sido dos activos que han más que satisfecho los requerimientos de una moneda sólida. Éste es el porqué de que la gente alrededor del mundo está moviéndose en torno a éstos metales para usarlos como medio de preservación de valor, reemplazando y deshaciéndose rápidamente de un papel moneda que se deprecia día a día. Incluso hasta los bancos centrales han entrado en razón y han comenzado a abastecerse de oro, una vez más.
Pero en Estados Unidos hoy en día, el intento de utilizar oro o plata como moneda es severamente castigado, independientemente del hecho de que sean el único medio de intercambio constitucionalmente permitido. En un caso reciente, emprendedores que intentaron crear sus propias monedas de oro y plata fueron condenados por el gobierno federal por “falsificación”. Además, consideren otro caso de un individuo que fue condenado por evasión fiscal por pagar a sus empleados con monedas de oro y plata, en vez de papel moneda de uso forzoso (dólares). El gobierno federal reconoce que tales monedas son de curso legal a su valor nominal, como fueran emitidas por el gobierno de los Estados Unidos. Pero cuando se trata del impuesto a las ganancias de los empleados la IRS de repente considera que las monedas cotizan con el valor del mercado de los metales preciosos con los que están hechas.
Estos casos ponen en evidencia el hecho que el monopolio del gobierno en cuanto a la emisión monetaria es puramente un método de control central de la economía. Si uno puede ser forzado a aceptar un dólar estatal cada vez más devaluado, no existirá límite alguno para que el gobierno pueda hacer lo que quiera con su moneda. Cualquiera que intente crear una moneda basada en el mercado, es decir una moneda con un valor asignado por las personas, amenaza con avergonzar al gobierno federal y denunciar la locura de nuestro sistema monetario coactivo. Es por ello que el gobierno destruye la competencia a través de sus herramientas de arresto, confiscación y encarcelamiento.
Es por esto que he tomado medidas para restablecer el sistema monetario constitucional previsto y practicado por nuestros Padres Fundadores. Recientemente he presentado el HR 1098, el proyecto de ley “Free Competition Currency” (Libre Competencia de Monedas). Esta ley elimina tres de los mayores obstáculos para la circulación de dinero con valor verdadero: las leyes federales de curso legal que fuerzan la aceptación de las Notas de la Reserva Federal; leyes de “falsificación” que no tienen otro fin que el de prohibir la creación de monedas de bienes privados; y las leyes fiscales que penalizan el uso de monedas de oro y plata como dinero. Durante este Congreso espero celebrar audiencias sobre este proyecto de ley con el fin de destacar la importancia de volver a un sistema monetario sólido.
El permitir a los participantes del mercado elegir una moneda con valor real aseguraría que sean las necesidades de los individuos las que sean cubiertas, y no las del gobierno. La restauración de la moneda con valor real restringiría la capacidad del gobierno para reducir el poder adquisitivo de las personas y para llenar de deudas a las generaciones futuras. A diferencia del sistema actual, que beneficia a la Fed y a su cártel bancario, todos los individuos se beneficiarían con una moneda sana.
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