23 agosto, 2011

Moreira: el nuevo “montielazo”

Todos saben que el principal objetivo de los jefes del PAN y los del PRD es desbarrancar a Enrique Peña Nieto, al que quieren tirar de la contienda

Ricardo Alemán

Durante años, en torno a la figura de Enrique Peña Nieto apareció recurrente el fantasma que derribó las aspiraciones presidenciales de Arturo Montiel: la escaramuza mediática motejada como “el montielazo”.

Que si Peña Nieto se benefició de la fortuna de Montiel, que si Peña Nieto solapó las presuntas corruptelas de Montiel, que si le echó tierra al caso debido a su parentesco y que si, por ello, cerró la investigación. Bueno, otros fueron más lejos al especular que, en su camino rumbo a 2012, Peña Nieto podría ser derribado por una renovada versión del “montielazo”.

Por eso, también durante años, amigos y estrategas de Peña Nieto juraron y perjuraron que el gobernador mexiquense “tiene las manos limpias”, que sus malquerientes no encontrarán nada y menos un escándalo como el que derribó y ridiculizó al gobernador Montiel y que, por más que buscaran, no se podría repetir “el montielazo”, en el caso de Peña Nieto. Sin embargo, la terca realidad parece empeñada en demostrar lo contrario. ¿Por qué?

Porque guste o no a los jefes del PRI, “el montielazo” lanzado contra Enrique Peña Nieto ya llegó; ya está en los medios, se llama Humberto Moreira, y el combustible que lo hará estallar es el endeudamiento del gobierno que encabezó Moreira en Coahuila. Y, si existen dudas, basta revisar el intríngulis del escándalo que tambalea al hoy presidente nacional del PRI. ¿Pero qué tiene que ver el señor Moreira, su gestión como gobernador de Coahuila, su nuevo cargo como presidente del PRI y el escándalo del “montielazo”? Vamos paso a paso.

1. Todos saben que Humberto Moreira es presidente del PRI gracias a los buenos oficios de Enrique Peña Nieto. Es decir, que el ex gobernador de Coahuila es gerente de Peña Nieto en el PRI.

2. Todos saben que el principal objetivo de los jefes del PAN y los del PRD es desbarrancar a Enrique Peña Nieto, al que quieren tirar de la contienda presidencial, porque parece invencible.

3. Pero también todos saben que será difícil, si no es que imposible, encontrar lodo lo suficientemente consistente como para enlodar las aspiraciones presidenciales de Peña Nieto.

4. Por eso —y gracias a un error estratégico de Moreira, que se lanzó contra los gastos del gobierno federal—, el mismo gobierno de Calderón se encargó de exhibir el endeudamiento del gobierno de Coahuila, en la gestión de Humberto Moreira, en donde la deuda de esa entidad pasó, de 300 millones, a más de 30 mil millones de pesos. Un escándalo que supera en mucho el dinero que Montiel se habría llevado.

5. Pero lo que muchos no saben es que, si bien el de Moreira es un escándalo por el endeudamiento descomunal del gobierno de Coahuila, también es cierto que la información de ese caso se ha utilizado para derribar, no sólo a Moreira, sino para romper los controles de Peña Nieto sobre el PRI y, con ello, poner en duda la gestión de Peña Nieto y su candidatura presidencial. Es decir, el golpeteo va directo contra Peña Nieto.

6. Lo que otros tantos tampoco saben es que asistimos a una guerra de filtraciones ilegales de información pública y privada —lo cual no invalida la veracidad de la información— sobre las deudas de Coahuila.

7. Por eso valen las preguntas elementales. ¿Qué va a pasar si el PRI demuestra que funcionarios de Hacienda hacen el trabajo sucio de filtrar información confidencial sobre las deudas del gobierno de Coahuila? ¿Qué pasaría si se demuestra que esas filtraciones salieron por instrucción del precandidato presidencial Ernesto Cordero?

8. ¿Qué va a pasar si se confirma, por ejemplo, que parientes de Juan Molinar Horcasitas, que trabajan en altos cargos de bancos privados, son responsables de filtrar información sobre las deudas de Coahuila?

9. ¿Se van a quedar callados el PRI, los gobiernos estatales, los jefes del Congreso, los poderosos grupos del tricolor, ante la nueva versión del “montielazo”?

10. Está claro que muy pronto veremos una reacción violenta del PRI contra el gobierno federal, ya que el tricolor acumula evidencias de que la guerra desatada contra el nuevo presidente nacional del PRI es una guerra contra Peña Nieto. Y si el PRI deja caer a Moreira, habrá empezado la caída de Peña Nieto. Al tiempo.

EN EL CAMINO

Por cierto, Peña Nieto acudió a la fiesta de los senadores del PRI, y junto con el jefe de ese sector, el senador Manlio Fabio Beltrones, el mexiquense aclaró: “No se hagan bolas”, que la unidad goza de cabal salud. Dicen que el mensaje fue claro: cerrar filas ante la embestida azul. Y es que la guerra ya comenzó.

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