30 agosto, 2011

Primavera en el Mediterráneo e invierno en el Caribe

Chávez-Gaddafi-Castro Por Armando Ribas

Diario Las Américas

"Ver cometer un crimen en calma es cometerlo". José Martí

Mientras más percibo la aparente preocupación del supuesto mundo civilizado por los acontecimientos en Libia y la colaboración de la NATO para provocar la caída de Khadafy en nombre de la libertad, más tristeza me produce. Por más que esto pareciera una contradicción, en alguien preocupado por la libertad y el respeto a los derechos individuales puedo asegurar que no lo es.

No pretendo que el dolor de los cubanos sea compartido internacionalmente. Los sentimientos no se transmiten, pero la razón si trasciende. Es en ese sentido que siento que la denominada primavera árabe, que se interpreta como el surgimiento de la libertad en el Medio Oriente, en el Caribe persiste el invierno. El frío en el alma de los observadores internacionales que pretenden ignorar los crímenes de Castro, y la persistencia de la dictadura totalitaria más criminal que haya padecido América Latina.

En un reciente artículo de Joseph Michael Humire, miembro de la Atlas Research Foundation, manifiesta su posición al respecto a que la caída de Khadafy debe ser una lección para las dictaduras latinoamericanas. No puedo menos que estar de acuerdo con los juicios del autor respecto a la personalidad y el gobierno de Khadafy, pero la lección no es para las dictaduras latinoamericanas, sino que debiera ser para los gobiernos europeos.

Ya sabemos que en América Latina, la democracia mayoritaria es una excusa tan solo instrumental, a la instauración de lo que Jefferson denominara un despotismo electivo. En Cuba hace 52 años como antes dije impera el sistema más criminal que padeciera América Latina. No obstante ello recientemente la Unión Europea le levantó las sanciones a Cuba, en tanto que se las impuso al gobierno de Honduras, por intentar desprenderse del ex presidente Zelaya, amigo y colaborador del Castrochavismo. Más triste fuera que el Papa Benedicto XVI enviara al Cardenal Bertone a La Habana a felicitar a los Castro por esta a favor de los pobres y de la solidaridad.

Por otra parte en mi ignorancia del Medio Oriente me pregunto qué crímenes cometiera Khadafy que no compartieran los Mullah en Irán. Por favor no entiendan que estoy defendiendo la dictadura de Khadafy sino que me preocupa la aparente inconsistencia de la política de la NATO. No me cabe la menor duda que el gobierno de Irán hoy es el mayor riesgo para Occidente y una amenaza para Israel que no fuera Khadafy.

No podría menos que desear que Libia surgiera de este entuerto como un país libre a partir de la salida de Khadafy. Pero no puedo menos que tener mis dudas al respecto, pues como bien señalara Von Hayek en su “Camino de Servidumbre”. “Parece ser casi una ley de la naturaleza humana, que es más fácil para la gente estar de acuerdo en un programa negativo –basado en el odio a un enemigo o en la envidia a los que están mejor– que en cualquier acto positivo”. Y como bien señala Alexis de Tocqueville: “Los pueblos creen amar la libertad cuando solo odian al amo”.

Volviendo entonces a Cuba, puedo sentir al respecto que por más que cualquiera en la isla se atreva a oponerse al régimen castrista tiene mi mayor respeto y admiración, pero no puedo menos que reconocer mi desacuerdo con el “Proyecto Varela”, así como con el “Proyecto Todos Cubanos”. Respecto al primero puedo pensar que el propio Padre Varela, quien creo fuera el mayor pensador político cubano, estaría en contra. Fue así que dijo: “Si el ejercicio de la soberanía del pueblo no conoce límites, sus representantes que se consideran con toda ella, podrían erigirse en unos déspotas, y a veces el interés rastrero de un partido favorecería la desaparición de la nación… Jamás lo que es injusto será justo porque muchos lo quieren”. Es decir había tomado conciencia de la falacia del derecho del pueblo como el medio de justificar el poder absoluto y violar los derechos individuales.

En lo que respecta al “Proyecto Todos Cubanos”, debo reconocer que los conceptos implícitos en el mismo ignoran los principios fundamentales que han determinado la libertad en el mundo. En ese sentido debo señalar que el documento reconoce implícitamente la razón de Estado, al respecto de la cual Von Hayek escribió: “La razón de Estado es la ética colectivista, y no tiene otro limite que el oportunismo”. Por tanto y a la luz de la historia es necesario reconocer igualmente las sabias palabras de Tocqueville cuando dijera: Tanto son más fuertes los vicios del sistema que la virtud de los que lo practican”. Consecuentemente no son las virtudes de los pueblos, las determinantes de la libertad sino el sistema ético político en el que se desarrollan. Así me pregunto una vez más los opositores a Khadafy son conscientes de estos principios que produjeran por primera vez la libertad en la Historia.

Al ver este apoyo incondicional de la NATO a los opositores a Khadafy en defensa de la libertad, no puedo menos que recordar con tristeza, la traición de Kennedy a los cubanos en Bahía de los Cochinos. Y seguidamente al continente al Sur del Río Grande durante la crisis de los misiles en 1963, cuando acordó con Kruschev entregar a Cuba a la orbita soviética. Voy a insistir una vez más en que esa decisión determinó la guerra subversiva en Sur América. Circunstancia hoy olvidada y gracias a Jimmy Carter (Premio Nobel de la Paz) y su atlátere Patricia Derian, el único recuerdo que permanece de esa realidad fueron las dictaduras militares en América Latina.

Una vez más voy a ser políticamente incorrecto. Sin desconocer los errores y los excesos de dichas dictaduras no puedo menos que reconocer que de no haber sido por ellas el continente habría sido Cuba, con la excepción de Santo Domingo donde Johnson envió a los marines para liberarla de la dictadura castrista de Camaño.

En fin, la lucha por la libertad en Libia, no puede menos que tratar de hacer saber al mundo Occidental y Cristiano, que Cuba ha sido victima de la falta de comprensión y solidaridad en el mismo. Solo los cubanos podemos tener conciencia del dolor y el sufrimiento padecidos por los crímenes de Castro y el Che Guevara. Nuestro mundo Occidental y Cristiano que ignora esa realidad, solo insiste en denigrar a Pinochet, quien errores y excesos mediante, salvara a Chile de ser la segunda Cuba en el Continente.

Hoy los estudiantes chilenos aparentemente acompañados por el Foro de São Paulo, denigrando el lucro pretenden eliminar la enseñanza privada y por supuesto al presidente Piñera que tiene el pecado original de ser de derecha. Recuerden que “educar con marxismo es como amamantar con alcohol”, y asimismo debo recordar a la Civilización Occidental, las sabias palabras de Abraham Lincoln: “Todos nos declaramos por la libertad: pero usando la misma palabra no le damos el mismo significado”.

No hay comentarios.: