Juan O. Tamayo
Turbas progubernamentales atacaron a más de 40 miembros y partidarios de las Damas de Blanco en lo que una de sus portavoces describió como el peor acto de violencia contra este grupo en La Habana desde que la Iglesia Católica intercediera en su favor la primavera pasada.
La portavoz, Berta Soler, dijo que la turba asestó bofetadas, puñetazos y patadas a las mujeres, las escupió, les tiró de los cabellos y les desgarró las ropas para evitar que llevaran a cabo una protesta en las calles el jueves.
Varias de las 42 mujeres que fueron atacadas reportaron moretones en sus brazos y piernas, pero ninguna necesitó tratamiento médico, indicaron el viernes Soler y la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, desde La Habana.
Pollán dijo que las mujeres salieron de su casa después de su reunión mensual para un “té literario” a fin de llevar a cabo una marcha como protesta contra los violentos ataques a las Damas de Blanco en la ciudad oriental de Santiago de Cuba durante las últimas cuatro semanas.
Cuarenta y siete mujeres se habían reunido en la casa, pero cinco no salieron debido a su edad y problemas de salud, dijo Pollán. La policía detuvo y se llevó a otras ocho mujeres cerca de casa de Pollán el jueves por la mañana para evitar que se unieran a la reunión. Fueron liberadas más tarde.
Soler dijo que el ataque del jueves fue el más vioklento ocurrido en La Habana desde marzo del año pasado, cuando la Iglesia Católica urgió al gobierno a que cesara una serie de agresiones contra las mujeres durante sus protestas regulares de los domingos.
“Este fue un acto muy violento por parte del gobierno”, dijo Soler, agregando que el acoso a las Damas de Blanco, quienes exigen la liberación de todos los prisioneros políticos, se ha estado haciendo más grave desde diciembre.
Los disidentes cubanos están reportando un aumento de la represión del gobierno este año a lo largo de la isla, entre especulaciones de que el gobierno aplica mano dura mientras trata de poner en vigor riesgosas reformas para la economía de la isla.
“Yo pienso que el gobierno se siente acorralado y perdido, y está utilizando estos actos terroristas contra la población indefensa” para mantener a raya a los cubanos, dijo Soler.
Agregó que los hombres de civil que dirigían la turba del jueves eran agentes del llamado Departamento de Confrontación, la rama del Ministerio del Interior a cargo de los disidentes y sus actividades.
Las Damas de Blanco, quienes ganaron el prestigioso Premio Sajarov del 2005, quieren urgir al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, a que interceda como hizo el año pasado, dijo Soler. Pero él está fuera del país y regresará hasta después del 23 de agosto.
La intercesión de Ortega trajo como consecuencia que las mujeres de La Habana sean las únicas disidentes a las que se permite llevar a cabo regularmente protestas en las calles -todos los domingos después de la misa en la iglesia de Santa Rita- por un gobierno que ha insistido por mucho tiempo en que “las calles son de Fidel”.
Turbas organizadas por el gobierno han empleado la violencia para impedir que la rama del grupo de mujeres en Santiago, la segunda ciudad del país, marche allí después de la misa en lo que sus miembros admiten es una campaña para ganarse su propio derecho de salir a la calle.
Un editorial del viernes en el periódico The Boston Globe señaló que Siria no es el único lugar donde “gobernantes tiránicos han estado derramando la sangre de sus críticos”, y criticó los ataques contra las Damas de Blanco por parte de “matones progubernamentales”.
Castro “no tiene nada que temer de ellas que no sea su integridad y su autoridad moral. Sin embargo, esas son cosas que ellas poseen en abundancia, mientras el despiadado régimen que Raúl Castro y su hermano Fidel han presidido durante más de medio siglo hace mucho que ha perdido todo derecho al respeto o la admiración del mundo libre”, añadió.
La página de la radioemisora oficial Radio Habana, mientras tanto, publicó una columna diciendo que un ataque a machetazos a un disidente en Guantánamo el mes pasado había sido el acto “espontáneo” de un partidario del gobierno, y que no había sido ordenado por ninguna autoridad.
Ernesto Carrera Moreno fue hospitalizado con una fractura de cráneo tras haber sido atacado por un hombre identificado como un funcionario del directorio municipal de los Comités de Defensa de la Revolución.
La columna señaló que las fuerzas de la seguridad de Cuba han intercedido para defender a los disidentes “de la ira popular”, pero añadió: “Sin embargo, hay una realidad: nuestro pueblo siempre responderá a cualquier provocación que ofenda sus principios y vulnere la tranquilidad ciudadana”.
La columna fue firmada por Percy Francisco Alvarado Godoy, un guatemalteco que vive en La Habana y que ha admitido que trabaja para la inteligencia cubana.
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