Los temores a otra recesión económica pasaron factura a la Bolsa de Nueva York, que acumuló pérdidas del 4%, encadenando su cuarta semana consecutiva a la baja. Las malas perspectivas de Morgan Stanley y JPMorgan para EEUU y Europa hicieron mella en la moral de los inversores y dispararon de nuevo el precio del oro, que se aproxima ya a la barrera de los 1.900 dólares la onza.
El Dow Jones de industriales se dejó un 1,57%, hasta 10.817 puntos, con pérdidas en la semana del 4%. El selectivo Standard & Poor´s 500 cedió en la sesión un 1,5%, hasta 1.123 puntos, y se dejó un 4,7% semanal. El mercado tecnológico Nasdaq Composite cayó un 1,62%, hasta 2.341 puntos y acumuló en la semana un descenso del 6,6%.
Las dudas sobre el estado de salud de la economía global alimentaron la fuerte volatilidad que se registró hoy en el parqué neoyorquino. Los inversores dudaron durante la mayor parte de la jornada entre optar por la prudencia a tenor de las últimas noticias sobre la situación en EEUU y Europa, o aprovechar las fuertes pérdidas que el mercado ha registrado recientemente y que ha convertido en muy atractivo el precio de las acciones de numerosas compañías, La indecisión provocó varios cambios de tendencia en Wall Street, que al final se dejó un 1,5% pese a que en algún momento del día llegó a repuntar en torno al punto porcentual.
Las referencias que llegaron hoy desde Europa siguieron sin ser buenas, y las noticias domésticas también dejaron bastante que desear. En el Viejo Continente el BCE trató de quitar presión al sector financiero al asegurar que la situación de los bancos es mejor a la de 2008, justo antes de la caída de Lehman. En las principales plazas del Viejo Continente no dieron demasiada credibilidad a estas afirmaciones y el sector financiero fue de los más castigados. Además, los índices bursátiles acabaron a la baja. En el caso del Ibex, cerró una semana negra, la segunda peor del año, en la que perdió casi un 6%.
Las advertencias sobre una bajada de ráting a Alemania y Francia, y las perspectivas de JPMorgan sobre una nueva recesión en EEUU no ayudaron a sembrar la calma en el parqué.
En EEUU Bank of America (-1%) volvió a ser protagonista en Wall Street. Hace unos días la entidad fue el centro de atención por las negociaciones para vender a Blackstone parte del negocio inmobiliario de Merryl Lynch y anunció que en este trimestre eliminará 3.500 puestos de trabajo en el marco de una profunda reestructuración de la entidad que podría suponer miles de despidos adicionales en futuros trimestres.
Mucho peor le fueron las cosas a Hewlett Packard, cuyo plan de reestructuración del negocio no gustó tanto a los inversores. La compañía informáticadecididó separar su división de PC's y comprar la empresa británica de tratamiento de datos Autonomy por 7.091 millones de libras esterlinas. Las acciones de la estadounidense se desplomaron más de un 20% en Wall Street y cayeron a mínimos de seis años.
En el mercado de materias primas el oro siguió con su particular escalada hacia nuevas cotas y cierró la semana con subidas un 1,7%, hasta 1.852 dólares la onza. En positivo se movió también la cotización del petróleo. El barril de West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, se revalorizó un 0,14%, hasta 82,26 dólares. La divisa norteamericana cedió un 0,7% en su cruce con el euro, que se pagaba a 1,44 dólares.
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