24 agosto, 2011

Yoani Sánchez

Nicolás Pérez

Si te involucras emocionalmente con lo que escribes, puede ser emboscada o asunción. También anzuelo que te pesca por el bembo o te roba por las agallas, por lo que en ocasiones me he preguntado, si jamás hubiese escrito media línea, ¿cuánto dolor y frustración me hubiera ahorrado? Pero nadie escoge sus vicios de carácter.

El periodismo debe ser claro: creer, pensar, decir y nunca callar. El periodista no debe comprar miedos. Y ser impermeable a las presiones del entorno,.

Últimamente evito el tema de Cuba porque marea mis apegos. Y siento que estoy en un bosque, es de noche y hay lobos.

En Cuba dice Mariela Castro que hay “apertura”, y pide se investigue a la UMAP y el quinquenio gris contra los intelectuales, pero sin darle el puntillazo final a su elaborada imagen de progre no tuvo el garbo de exigir también que se indagara sobre los crímenes del Presidio Político Cubano. Ni ha protestado porque su padre está moliendo a palos a las Damas de Blanco y al resto de la disidencia.

Mientras, los olmos viejos hunden sus raíces en Miami con resignación y los recién llegados se dividen según un clásico del cine del Oeste, en tres grupos:

• Los buenos: La inmensa mayoría que llegan aquí desorientados y victimizados a rehacer sus vidas en busca de recato y para dar un corte en seco a una vida de duplicidad y simulación.

• Los malos: bribones de la oportunidad, que aunque con derecho a viajar a donde les da la gana y eso hay que respetarlo porque vivimos en democracia y no podemos prohibir el suspiro y las curvas imprecisas, y censurar el hipo y el aroma de las flores imitando al castrismo, como pretende el congresista federal David Rivera, pero aguanten un poquito, también es bochornoso que una minoría con inmaculado descaro llega al aeropuerto de la Yuma declarándose exiliados políticos, y al mes y un día regresan a Cuba a comerciar con la miseria o en busca de infelices jineteras.

• Y también están los feos: almas muertas que vivan aquí o allá son cajas de resonancia de sus entornos. Arriban, y al día siguiente olvidan un triste pasado como miembros de los Comités de Defensa y van a la Calle Ocho feroces a dar mítines de repudio, idénticos a los que participaron durante el Mariel, indignados por la presentación en Miami de artistas de la isla.

Mientras, la disidencia histórica, con valentía y dignidad, escribe constantes manifiestos como El Camino del Pueblo o El Roque de la Esperanza, con lechugas polémicas entre col y col, tratando de aplicar a los problemas actuales viejas soluciones. Pero la realidad es terca, y se alza diariamente el sol exigiendo nuevos crisoles donde fundir la patria, tácticas frescas y lenguajes originales.

Recientemente leí que mientras mi generación usa el lado derecho del cerebro para pensar, que es el de la lógica, la juventud de hoy se inclina al de la creatividad, que es el izquierdo.

Esa es Yoani Sánchez, que desde Cuba ha roto con viejos esquemas y se ha disparado hacia el mañana con un celular en el oído y una computadora bajo el brazo. La cual con su blog Generación Y, traducido a 17 idiomas y con 14 millones de accesos al mes, ha ganado el premio Ortega y Gasset del periódico El País, seleccionada entre las 100 personas más importantes del mundo en el 2008 por la revista Time, y su blog fue elegido por la cadena CNN entre los 25 más importantes del mundo. Pocos cubanos en el último medio siglo han recibido tantos reconocimientos.

Y vence internacionalmente pero no convence en Miami, porque no la entendemos, no desciframos su novedoso idioma, signos y símbolos, todos crípticos, porque su circunstancia no es la nuestra. Y el castrismo de forma patética, con su ingrediente activo de gobernar, la reprime pero no la toca, no la adivina, porque gobiernan en La Habana loros sin fecundidad que solo repiten viejas consignas. Mientras ella, mujer del siglo XXII, que es el progreso y el futuro, se alza sobre sí misma con imaginación y creatividad pensando con el lado izquierdo de su cerebro y el derecho de su corazón.

Siempre decimos que somos un solo pueblo y eso es falso. Los que llegaron a Miami en 1959 no son el mismo pueblo que llegó por el Mariel, y ellos son diferentes a los que hoy abandonan Cuba. Somos 100 pueblos diferentes.

Pero en mis momentos más tristes tengo una absoluta convicción, que cuando todo sea tinieblas resurgirá la juventud cubana como siempre lo ha hecho, atrincherada en sus visiones y abrazada al porvenir, las Yoani Sánchez, Claudia Cadelo, Reinaldo Escobar, y los hijos de todos nosotros, muchos nacidos en este país, que dejando atrás odios, incomprensiones y antagonismos que nos destruyen, crearán mañana una nueva Cuba, no para un grupo extremista y sectario, sino para todos los cubanos de buena voluntad.

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